Este jueves, relato: Invierno
A pesar de su edad, -y de su nombre- Sigfrido no había visto nunca el invierno. Nació en primavera hace dieciocho años y su vida había trascurrido invariablemente de la primavera al verano, del verano al otoño y de éste de nuevo a la primavera. Dieciocho años sin conocer las Navidades, las rebajas de Enero o el día de San Valentín. Su reloj temporal le permitía revivir cada nueve meses los mismos acontecimientos; lo cual por otra parte era lo normal, pues nueve fueron los meses que él recordaba desde que su papá puso la semillita en su mamá, hasta el día que vio la luz por primera vez. Sólo conocía los tres cuartos de todo, y por supuesto desconocía el significado de las palabras Enero y Febrero. Su existencia estaba llena de misterios, de ausencias, de lagunas, incógnitas estas que potenciaban su curiosidad por las cosas. Un día de Diciembre, creo que el veintiuno, se despertó en la parte del año equivocada, una que él desconocía, y que no era ni la primavera, ni el verano