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Este jueves, relato: Cartas... Cartas... Cartas...

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     Valencia, Uno de Noviembre de 2014      Querido José:      Hace muchos años que no sé de ti… ¡Me casé!  Espero que al recibo de ésta te encuentres bien, yo estoy en la gloria… te cuento: Tengo nueve hijos y estoy esperando otro para Mayo.      María José es la mayor, se casó el pasado año, la veo poco, casi lo mismo que cuando estaba soltera, siempre ha sido “culo de mal asiento”.      Rubén es el segundo, tiene 22, todo un carácter como su padre, y como su padre, se toma todos los privilegios.      Marta es la siguiente, vive con un poeta melenudo desde hace años, dice que no traerá a este asqueroso mundo ningún hijo; espero que no se lo tome en serio, aunque yo creo que es ese Bécquer de pacotilla el que no vale.      Julia y Pilar, llegaron a la vez, gemelas para todo, el mismo estilo, las mismas ambiciones, los mismos errores y el doble de disgustos.     Elías, va a continuación, se cree único porque ha escrito un libro, como si no supiera que para mí, todo

Este jueves, relato: Cumpleaños

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    Tomás cumple años, ¡cincuenta! para ser más exactos; pero no todo en él cumple los mismos años. Su corazón, ese que se subió a su tren en marcha para caminar juntos, también los cumple. Lo siente como suyo, tanto que no podría vivir sin él.     A veces le cuesta seguirle, se detiene, le espera y siempre le alcanza a tiempo. Comparten sol y sombra. Todo al margen de ellos dos, parece mundano e innecesario.     Por todo eso, le gustaría fundir eternamente sus vidas, pero ese corazón prestado es veinte años más joven que él y eso, a Tomás, le asusta. Le preocupa que dentro de un tiempo no les gusten las mismas cosas, y que un día sin avisar, él, se sienta viejo.     Tomás hoy cumple cincuenta años, su corazón, el que le donó un extraño, sólo treinta...     ¿Qué se le regala a tu corazón, cuando es sensiblemente más joven que tú? Más cumpleaños en la Plaza de Alfredo

Este jueves, relato: "Obsesiones"

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    Marta, tecleó el punto y final con el que cerraba su relato. Un tema construido y desarrollado con minuciosidad, imaginación y un poco de sal. Editó y añadió una foto para ilustrar el argumento de su escrito. Lo etiquetó como: “Relatos”, y algo más específico: “Obsesiones”.     M arta, mimaba sus textos, para ella eran como pequeñas obras de Arte colgadas en las paredes de un museo intangible. Tecleó “Enter”, publicó su historia y se fue a dormir. En ese momento empezaba una carrera obsesiva, que compartió entre sábanas consigo misma.     A la mañana siguiente, con la taza de café en la mano, conectó su portátil y abrió su página personal: www.marta-unsolocorazon.blogspot.com releyó su entrada una y otra vez, se gustó, intentó imaginar qué efecto habría causado en sus anónimos lectores, desvió la mirada ansiosa buscando posibles comentarios y comprobó que:     "0 corazones latieron conmigo”     –Es un poco pronto. -se dijo-. A mediodía, repitió la operación, le

Este jueves, relato: "Supersticiones"

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    A Trececillo de la Torre se llegaba a través de carreteras secundarias; quedaban atrás aldeas, ermitas y ruinas de un casi desaparecido castillo medieval del siglo XIII. El pueblo te recibía con un paseo atiborrado de cipreses. -doscientos trece- Una sola calle, la Mayor y después... nada.     Sus pocos habitantes, Ciento trece, eran supersticiosos de las supersticiones, obstinados creyentes de la mala suerte y confiados inocentes de buscar la adversidad.     Cuando se producía un nuevo alumbramiento , el más anciano se moría a propósito... el censo no se podía alterar. Trece gatos negros que por alguna ancestral bendición, sus hembras, parían trece gatitos negros. Las damas pintaban de rojo sangre sus labios frente a cristales rotos en trece pedazos.     Trece segundos, no doce ni catorce... ¡TRECE! se utilizaban para cruzar la Plaza, subir a la torre o llenar los cubos en cualquiera de las trece fuentes que abocan sus cristalinas aguas en el pueblo.         Hasta

Este jueves, relato: Información periodística.

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Un somero acercamiento al periodismo de ficción. En el prólogo del libro “Este jueves, relato”  -que no deja de ser un ejercicio periodístico que fija en fecha y papel las inquietudes de un colectivo- nuestro Jefe de Redacción Luis Arias más conocido por Tésalo, en un alarde de abstracción editorialista, subrayaba estas pequeñas joyas: “Una convocatoria es un abrazo, por lo tanto no hay lugar en ellas a imposición alguna…” “La vocación, ¡por fin!... ella es la clave”  “He sido de ti, como has sido de mí a lo largo de estos años, nos hemos hecho uno y otro cada jueves” Casi tres años después, las rotativas siguen escupiendo convocatorias y respuestas en un bucle que no parece tener fin. Desde mi columna, una más, me tomo la licencia de lanzar al aire esta “información periodística” que es un homenaje al padre de la criatura: Querido Tésalo, este jueves próximo podría ser más o menos el que hace 250. Mucha batería se ha consumido desde ese inicio del 2010 en e

Este jueves, relato: Matrimonio Impuesto.

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Aurora se preguntaba cómo había llegado hasta ese punto.  Una situación para la que no había una explicación lógica. Todo parecía normal, pero la realidad era muy distinta y detrás de aquel regalo envenenado envuelto en papel de celofán le llovieron las dudas. ¿Es acaso la obstinación una imposición? ¿Lo es la ceguera, la ambición, los intereses, el patrimonio…? Cerró los ojos, e intentó justificarse a sí misma. Ambos eran un buen partido, sólo había que programar, ordenar, y poner en marcha los medios que justificaran el fin. Las palabras jugaban a disfrazar los significados:  Cuando decías Futuro, estabas diciendo Presente.  Cuando decías Compañero, estabas diciendo Vínculo.  Cuando decías Tener o Dar, estabas diciendo Intercambio.  Cuando decías Amor, estabas diciendo Querer. Le atrajo la Película en la que representaban a sus brillantes protagonistas, un guión adaptado cuya primera escena les deslumbraría para luego desnudarles a traición delante de su espectado

Este jueves, relato. "Encrucijada"

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     En la encrucijada te juegas la vida, no la vida física, que también. Esencialmente la vida en lectura de futuro. La elección es vital, a partir de ese momento, las cosas serán de forma diferente a como hubieran sido con la elección contraria.      En la encrucijada, no eliges entre algo bueno o malo. Entre el blanco o el negro. Entre el camino de la derecha o el de la izquierda. Entre la vida o la muerte. Eliges entre dos apariencias iguales, dos cosas buenas, dos blancos parecidos, dos caminos similares, dos vidas atractivas. Luego, es el destino el que te descubre lo malo, el negro, el camino incómodo o la muerte.      En su encrucijada, él, tenía que elegir entre ella y el otro. Los corazones pesaban lo mismo, los mismos placeres, las mismas promesas, el mismo amor, pero futuros diferentes. Al primer segundo después de tomada la decisión su vida ya estaba escrita. Un mundo de ENCRUCIJADAS en el Blog de Pepe

Este jueves, relato: Idiomas.

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      Los besos no hablan inglés, ni francés, ni suajili. No hay idiomas para las caricias, las miradas, los gestos, y el Amor se expresa de tal forma que no necesita traductor; pero, si existe un espacio físico donde este se conjuga en todas sus formas escritas posibles es en “Le Mur des Je t’aime”.       Pocas veces se puede repetir en tan poco espacio y en 311 idiomas un sentimiento tan universal como la expresión: "Te Quiero"  612 baldosas de lava esmaltada, forman en 40 m2 . lo que se conoce por "El Muro de los Te Quiero" situado en la Place Jehan Rictus de Montmartre, París.      Un nexo de unión y reconciliación que refleja la imagen del Amor y la Paz, como estrellas en un firmamento azul. 教室フアン·カルロスのその他の言語  

Este jueves, relato: "Silencio y Vino"

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     Mudo, sordo, ciego, muerto… me siento cuando las palabras oprimidas no fluyen. Cuando las oraciones montan del revés. Nada soy sin voz, nada. Desterrada mi prosa y exiliadas mis rimas en un silencio trabado, obligado. Es entonces cuando el corazón de los sonidos deja de latir y duerme.     Después, en plena agonía, un grito contenido trepa por la sombra de la ignorancia y un nuevo silencio libre nace del silencio cautivo. Me oigo, vocalizo, y mi verso alumbra destellos callados que nacen fraseando siseos entre dientes. Es el silencio que decide por si mismo seguir siendo silencio…     ¡Vaya mierda de vino que he bebido! Más silencios a gritos... con Matices

Este jueves, relato. "No te vayas a quedar de piña..."

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            -¡Que te he dicho mil veces que aunque la piña se vista de seda, piña se queda!      -¿Tú crees, no pasaría por una piña real?      -¿Real, dices…? Como mucho una piña colada con cola de pavo tonto.      -No me digas eso, que me despiñono, ahora que estoy en edad de merecer…      -¿Merecer…? Sí, solo te falta un cartel que diga “Piña vieja busca Piño en buen estado”      -Es que yo no soy una piña cualquiera… soy de savia azul, mi mamá me llamaba “Principiña”      -Eso sería antes de la guerra de los 100 piñones, y tú los perdiste todos.      -Los perdí con dignidad y eso me hizo heredera del honor que me acompañará siempre.      -Quítate de enmedio del camino que como venga el hijo del pastor, de una patada te pone el honor y la dignidad en la otra parte de la pinada. A partir de una idea de Dorotea, ella pone la foto y nosotros el resto

Este jueves, relato. "El Mar, la Mar"

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        El Negret llegó por el mar.      El 27 de mayo del año 1247, Jaime I, otorgó franquicias a los que se asentaran en el Grao de Valencia, a fin de crear una población portuaria a la que llamaron Villanueva del Mar de Valencia      Cuenta la leyenda, (y como esta, pero con diferentes collares, hay otras muchas) que el 15 de Agosto de 1411 se produjo la milagrosa llegada del Santísimo Cristo del Grao, llamado popularmente “ El Negret ” por su color oscuro, y el estado en el que llegó tras su incursión por el Río. La imagen apareció en el cauce del Turia que dividía los términos de Russafa y El Grao, dos orillas cuyos pobladores se disputaron la propiedad del Crucificado. Las autoridades de aquel entonces decidieron volver a tirar al Cristo al mar, para ver hacia dónde se dirigía el mismo y resolver así el conflicto. Al final, las corrientes condujeron la imagen a la orilla del poblado marítimo. El Cristo apareció según unos, levantado como un mástil sobre una escaler

Este jueves, relato: "Robos"

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           “Robar o no robar…” He ahí la cuestión.      En la madurez, la pasión revive con las mismas dudas con las que ya temblábamos en la juventud.      El corazón está ahí, al alcance de la mano, sólo hay que alargarla y robarlo.  Parece frívolo y lo es; esa pasión por lo ajeno es nuestra aliada, pero también es un sentimiento muy tramposo.      Al primer corazón robado, le acompaña una virginidad que justifica la exaltación, y a esta virginidad rota (porque se rompe), ya saturada se la adereza con nuevas joyas por sustraer. Y de nuevo es el robo de otros corazones el reto de nuestra incontrolada actividad.  Es un juego de muchos, de unos contra otros; por lo que no estamos exentos de padecer el despiadado robo del nuestro, por descuideros ladrones de voluntades.      En la madurez, la pasión ha girado sobre sí misma y resucita de nuevo. Aquel gesto multicolor es ahora una paleta de vivos grises, y sin embargo sigue siendo pasión. Han pasado años y el robo tiene

Este jueves, relato: "Virus"

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     Cándido, con una mirada disimulada barre al resto de los pacientes con los que comparte espera. Es un recorrido de periscopio, lento, observador, a un solo nivel. Él es el capitán y ellos los buques enemigos. Es discreto, no se hace ver y valora sus posibilidades. Cuenta mentalmente los que supone que van delante de él, y los odia por eso.      A veces la mirada se cruza y la curiosidad es recíproca. No deja de ser un oponente más. Cándido está deseando que por los altavoces suene su nombre antes que el de los demás, tal vez el médico se equivoque y se salte alguno.      A los pocos minutos, la escena se repite, toma conciencia de la situación y piensa que ese enemigo no lo es tal, sólo un aliado de la desgracia, una fuente de información con la que no desea establecer más vínculos que los necesarios. Sólo comparte con ellos la propiedad de ese maldito virus que lo tiene aterrado.       Mira ahora de otra forma, no le importa esperar;  el silencio lo ha unido a es

Este jueves, relato: Párrafos incluidos.

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           "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo"        Pensó, que este era otro tipo de hielo, el que paraliza los sentidos, detiene el tiempo y eterniza las dudas      -¿Por qué yo, y por qué ahora? Se preguntaba el coronel.   Tantos riesgos pasados, tantas batallas peleadas, tantos flirteos con la muerte salvados. Hubiera preferido mil veces morir de manos del enemigo conocido, que de la mezquina mano de este amigo desconocido-      Pero ya era tarde. Sus recuerdos y su mirada se perdieron entre los pedregales que delimitaban el paredón y la borrosa fila que formaban sus ejecutores. Sintió en su cuerpo el frío de la piedra y en su corazón la ausencia de su amada.        Aquel hielo de entonces le heló el alma de ahora, y sin pretenderlo, su espíritu se despidió con un hilo de voz dirigido a aquella gélida pared de mampostería:

Este jueves, relato: Él y sus Circunstancias.

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La suya es una enorme y pesada circunstancia. Toda la que a través de los años ha ido añadiendo a su cuerpo, como la nieve se adhiere a sí misma ante la inevitable y vertiginosa caída. Como las superpuestas cortezas del tronco de un árbol que tan solo sirven para revelar a golpes de hacha la madurez de ese corazón cansado de crecer. Empezó gustándose tal cual, no había espejos en los que referenciarse y a ciegas empezó una loca carrera a ninguna parte. Justificó su soberbia, su vanidad y su ira confundiéndolas con equivalencias de las que carecía. Las imitaba con tal convicción que parecían llevar sus apellidos. Pero también en eso se equivocaba, la sombra de la desigualdad, la escasez y la vejación de su adolescencia, dibujó en su futuro inmediato unos irreales pájaros negros con alas de plomo. Su condena sólo se purgó con la otra condena, la del cuerpo. Y al final, Él y sus circunstancias dejaron de pesar para su entorno más cercano y especialmente para él mismo. Más ci

Este jueves, relato. La Máquina del Tiempo.

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Tic, tac… tic, tac… tic, tac... El corazón de la máquina del tiempo late acompasadamente. Un ritmo tan preciso como insolente e inquietante. En el corredor de la muerte los relojes son la vida para sus inquilinos. Una vida concreta, limitada, pero sincera, con las expectativas claras de un futuro determinado. Un final, una hora, un minuto, un segundo… y se acabó. Una vez, alguien se burló del inexorable y calculado tiempo y en el último latido vio la luz, y el corazón de la máquina empezó con un tiempo nuevo, abstracto e indeterminado, no lo recuerdo bien, tal vez… sólo sucedió en la ficción. La escena quedó aprisionada en tiempo y lugar. Años después todavía veo en aquella pantalla de estuco blanco las figuras en blanco y negro, llorando de desesperación primero, y de alegría después. ¿Ha pasado realmente el tiempo…?  Para mí sí, a veces lento, a veces atropellado, pero pasa. Pero en esa pared de aquel cine de verano, las penas y las alegrías siguen quietas en sus des

Palabra 29... "Miedo" y relato del jueves... "Túneles"

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Una mañana de primavera Ernesto se levantó… y había perdido la guerra. Hace muchos años de esto, pero en el Túnel del Tiempo, quedaron heridas por cerrar. Las heridas de una guerra que no había pedido y de la que irremisiblemente se convirtió en propietario de la derrota. Fue entonces cuando empezó la suya, la de cada día, la del miedo, la de las restricciones, los sacrificios, las pérdidas y las ausencias. Y a ese Túnel de pánico ruidoso y carreras hacia la muerte, le siguió otro Túnel no menos oscuro, el de la sangre seca, el recelo y la realidad lacerante de también haber perdido la victoria.    Las guerras son oscuras… TODAS, y las que se hacen en nombre de algún dios, no sólo son escuras sino que además, huelen a podrido. Hoy, en ese túnel, los que lo andan cada día como único camino para ver la luz, tienen unas aberturas hechas a mano para iluminar y ventilar. Asoman la nariz, respiran y vuelven a seguir buscando la luz. A este Túnel Oscuro le aporta algo de

Este jueves, relato. Un momento especial.

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D. Ricardo no era santo de mi devoción.  Imponía, tan enjuto, tan circunspecto, tan estirado él con su guardapolvo gris. Pero por más que me resistía no podía evitarlo. Los brazos fuertes de mi madre me arrastraban por toda la calle hasta ponerme delante de la puerta de la barbería. Una vez dentro la conversación se repetía una vez más: -¿Qué le hacemos al niño, Amparo? -Lo de siempre Ricardo… al cero, que vaya bien fresquito. Sentado al fondo de la sala esperando mi turno, vivía aquel momento como algo especialmente dramático, un martirio sin merecerlo, una humillación de irreparables consecuencias. -A ver niño… ¡Estate quieto! Deja de mover la cabeza o te llenaré de trasquilones. La máquina de esquilar, se paseaba desde la nuca a la frente y desde la oreja derecha a la izquierda. Arrasaba con todo pelo que se le ponía por delante. Mis atributos capilares se esparcían por el suelo, mechones de pelo desraizado que nunca más volverían a deambular compactos por m

Este jueves, relato. Historias de Playa.

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La larga y sofocante noche, me obligaba a protegerme con el cuerpo desnudo, buscando el vacío de la ventana que abierta daba al jardín. Suplicaba por una ligera brisa que aliviase mi bochorno, y resignado por la infinita soledad, mi contemplación de la nada se eternizaba. Intenté reflexionar en profundidad pero mi estrategia de vencer el pegajoso calor con raras elucubraciones no dio resultado. Parecía como si las ideas bailasen desintegradas en busca de un orden imposible de alcanzar a esa elevada temperatura. El hastío se hizo dueño de la perezosa situación. Pasaban los minutos y mis paseos por la habitación se atropellaban a golpes de abanico. Amanecía por fin, y como había deseado con desesperada pasión sonó el timbre de la puerta… -¿Eres tú, Juan? -¡Sí, soy yo…! ¿Estás preparado? -Llevo toda la noche preparado… un segundo, cojo la toalla y la sombrilla, y ¡nos vamos! Más historias playeras en el Blog de San   

Este jueves, relato. Hechizos, Gualichos y demás..

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- ¡Ha sido un Hechicero! -¿Un qué…? -Un hechicero… un brujo, estaba aquí hace un momento. -¿Cómo que estaba? -Sí, de pronto ha desaparecido, se ha esfumado, como si se lo hubiera tragado la tierra. -Pero esta zona es reservada, aquí no podía haber nadie que no estuviera acreditado. -Pues él, acreditado o no, estaba, justo al final del banquillo. Aparecía y desaparecía por arte de magia; hasta ahora, próximos al final, no he caído en la cuenta. Al principio no me llamó la atención su intermitente presencia, pensé que se trataba de algo típico relacionado con el evento… ¡Ahora lo entiendo todo! -¿Qué es lo que entiendes? -Llevaba algo parecido a una pata de conejo que dirigía con frecuencia hacia los chicos haciéndola girar en círculo. Me pareció demasiado pintoresco para ser sospechoso, aquí te puedes encontrar cualquier cosa por más variopinta o grotesca que parezca. -Entonces, Toni, crees que ha tenido algo que ver. -Seguro Vicente, cuanto más lo pienso, más s