Esta plaza ubicada en el barrio de Gracia de Barcelona es un lugar nostálgico en el que a uno le gustaría que todas sus ilusiones se cumplieran. Tal vez, para compensar los desdichados avatares de sus dos entrañables protagonistas, el Quimet y la Colometa.
Dentro de cada trozo de madera se esconde un corazón que late por si solo, dejando a la luz un sin fin de emociones encerradas que solo la magia de unas manos pueden liberar. Besos
Un corazón de madera que late y que lleva otro corazón dentro... Extraño. Un corazón embarazado? Como metáfora bién. como poesia también lo acepto. Ya sabes, lo de mis etendederas. No pretendo molestarte. Un saludo
poesía, Alfredo, NO TENEMOS CORAZÓN
ResponderEliminarPilar, nosotros no, los árboles sí.
Eliminartambién es cierto, ...besos Alfredo
EliminarQue hermoso ese corazón de madera y el otro, el que está dentro de cada tronco latiendo y pidiendo que lo cuidemos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Dentro de cada trozo de madera se esconde un corazón que late por si solo, dejando a la luz un sin fin de emociones encerradas que solo la magia de unas manos pueden liberar.
ResponderEliminarBesos
Hermoso poema. Aunque sea un corazón de madera su tic tac está latente.
ResponderEliminarSaludos
El corazón del árbol que fue y también ese otro que volcó en su trabajo todo el amor de su arte.
ResponderEliminarMe encanta esa figura tallada
=)
Un corazón de madera que late y que lleva otro corazón dentro... Extraño. Un corazón embarazado? Como metáfora bién. como poesia también lo acepto.
ResponderEliminarYa sabes, lo de mis etendederas.
No pretendo molestarte.
Un saludo
"...y viendo que Pinocho se moria,
ResponderEliminarle puso un corazón de fantasía.
y Pinocho soriendo despertó"!
Me hiciste recordar esa canción, un muñeco de noble madera con un bello corazón.
Besos
El corazón del maestro ebanista. Un abrazo
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