Este jueves, relato. "I Have A Dream"
Luther King, tenía 34 años, cuando recibió una carta de un desconocido que se hacía llamar Barack. El sobre tenía matasellos de Honolulu, pero lo que le desconcertó era que estaba fechada el 28 de Julio de 1980, cuando en realidad estaban en el 1963, pensó que se trataría de algún error.
Le llamó la atención el carácter decidido y soñador de aquel joven, que con una caligrafía minuciosa y ordenada, le recordó su adolescencia en Atlanta, en la que sufría el segregacionismo mientras intentaba graduarse formalmente en secundaria.
King, le devolvió el escrito, animándole a construirse un futuro firme, sin entrar en detalle sobre las diferencias en las fechas, pensando que sería un lapsus de la oficina de Correos.
La misma perplejidad le producía a Barack, al comprobar que estaba recibiendo en 1980 correspondencia sellada en Atlanta en 1962. Era imposible que aquello estuviera sucediendo. Ninguno de los dos sabía del otro. Un cúmulo de coincidencias misteriosas los habían unido en ese breve ejercicio epistolar.
Las cartas se cruzaban en el tiempo y en el espacio de una forma inexplicable. Por alguna extraña razón que no llegaban a comprender, éstas se perdían en algún punto del camino estableciendo una demora o un adelanto de 18 años.
Un mes después, el 28 de Agosto de 1963 King, recibió la última de estas cartas que le decía lo siguiente:
-Mi nombre, como sabe es Barack, tengo 19 años y soy de raza negra. Le voy a hablar de mis sueños, que son los suyos. Sueños sencillos y grandes, pero que desgraciadamente dependen de algunos hombres y aunque soñar es gratis, éstos son malos, poderosos e interesados.
De sueños hablaban, King y Barack sin saber nunca si se habían buscado o por qué las cartas acortaban o alargaban el tiempo, hasta encontrarse en ese extremo en el que ambos aún tenían sendas vidas por delante.
Al día siguiente, King inspirado por el contenido de las cartas de Barack, inició en un discurso multitudinario:
-"I have a Dream..."-
Lo que uno escribe no sabe qué efecto tendrá sobre los demás... ni siquiera sobre el mundo... entonces ejercer el acto de escribir, a veces, tiene que ser considerado como algo importante... desde el momento en que arrancamos a hacerlo con conciencia... no hablo de escribir por comenzar a escribir... que buena historia para el jueves. un abrazo!
ResponderEliminarQue fué lo que hizo que estos sueños se cruzaran? curioso destino. Magnífico Alfredo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hemos coincidido... ¿Será porque lo vivimos en el tiempo?
ResponderEliminarA mí, personalmente, esta historia, me fascina. Era una jovencita y me quedabo embobada viendo los acontecimientos en la TV. Forman parte de mi vida, de mis recuerdos, de mis sueños... La prueba de que los sueños se cumplen.
Estupendo giro el que le has dado... Felicidades, amigo.
Besitos
Cartas que traspasan épocas, como en un ensueño. Y de ahí el sueño de King como el del joven Obama.
ResponderEliminarNo sé si aprendió del todo el sentido del mejor discurso de los tiempos...no lo veo en sus actos poco oníricos.
Me ha encantado este juego de cartas. Besito.
Un potente hilo conductor, a veces con sus cables cruzados como en tu ensoñadora historia, se inició antes de 1963 y aún sigue marcando la pauta del comportamiento de muchos soñadores en su lucha por un mundo más humanitario y menos discriminatorio. A la capacidad de soñar hay que unir la decisión de obrar, de actuar y ahí es donde muchos no llegamos.
ResponderEliminarMagnífico enfoque para soñar con él.
Un abrazo.
Cartas cruzadas en el tiempo y el espacio pero que tenían el mismo destino, cumplir un sueño, un sueño de igualdad y justicia para todos.
ResponderEliminarUn relato magnífico, original y perfectamente hilado.
Un abrazo.
Un curioso y misterioso cruce de cartas que provocan uno de los discursos y de los momentos más importantes del siglo XX.
ResponderEliminarPero yo prefiero pensar que ese gran discurso fue provocado por el talento de un gran hombre visionario y de paz que tenía, en verdad, un sueño.
Un abrazo
Por más atrevidos que hayan sido los sueños de King, creo nunca se habrá imaginado que algún día no tan lejano un hombre de su raza, de esa que ha sido humillada y considerada inferior por tanto tiempo, hubiese podido llegar a la presidencia de esa nación en la que el racismo caló hondo en muchos (por no decir todos) de sus estratos sociales. Lo que hoy queda muy claro, es que sin aquel sueño primero de ese hombre luchador y visionario, nada de lo que pasó luego en el camino de las reivindicaciones humanas hubiese sido posible.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una bonita partida de cartas, uno echó la primera carta y el otro jugó la partida. Todo esto, porque ambos se atrevieron a soñar y luchar por ello. Una buena historia.
ResponderEliminarUn abrazo juevero.
Qué bonita historia, una persona en el año 80 y el otro en 1963, el pasado se juntaba con el presente sin saberlo y los dos tenían sueños parecidos. Desde entonces ha mejorado algo el mundo aunque a veces la cuestión del racismos parece muchas veces que hemos mejorado poco.
ResponderEliminarUn abrazo
vaya, vaya...
ResponderEliminarme ha sorprendido... lo que uno escribe quizás traspasa el tiempo y más que tiempo y palabras traspasan los sueños que no tienen lugar ni tiempo para decidirse a realizar
Los ideales no son un privilegio de nadie. Lo grandioso y particular está en quienes los llevan a cabo.
ResponderEliminarUno murió por ellos sin hacerlos posible del todo . Del otro, no nos queda certeza de que los cumplirá.
En todo caso hay sueños que vale la pena llevar adelante y enarbolar como banderas, aunque haga falta mucha entrega, fuerza y coraje, para llevarlos a cabo.
Un relato disparador de sueños, y de cuestionamientos (al menos para mi... que no soy muy coherente, como los sueños, jajaj)
Besos y abrazos mil.
Buena propuesta para un guion de cine, aunque no se....pienso quelos sueños a los que se referia Martin Luther king no eran precisamente los que tenia Barack ni siquiera a los 19 años.
ResponderEliminarUn abrazo
Ese discurso lo conocería Barack seguro lo ha leído muchas veces en su vida, es un estandarte para muchos americanos, supongo que a lo mejor cartas no hubo, aunque cuando te he leído me ha parecido un intercambio increíble, genial... por la carga de sueño que hay en ello.
ResponderEliminarUn abrazo
Original, así es tu relato, las musas no han pasado de ti Alfredo.
ResponderEliminarMe sorprendió mucho la victoria de Obama, seguro que Martin se alegro.
Besos soñadores.
Me encanta el misticismo del que has rodeado el discurso de Martin Luther King. Me he llevado una gran sorpresa con el relato, siempre he sido amante de las cartas perdidas en el tiempo.
ResponderEliminarExcelente relato, Alfredo.
Las palabras que han tejido sueños, sueños que en gran parte se han realizado, "I Have A Dream" era el sueño de aquel muchacho, el sueño de King, no importa en que año ni en que momento, pero el contenido de ese sueño creo que no se ha conseguido en su totalidad y ya llevamos andando un tiempo en el siglo XXI.,
ResponderEliminarLo que si hemos podido ver, en la magia de tus palabras, es el sueño de que un día la igualdad entre razas sea una realidad.
Un beso grande, grande, amigo.
Me gusta este ejercicio, en el que el soñador con un sueño imposible se encuentra con el soñador que logra su sueño.
ResponderEliminarSeguiste la consiga maravillosamente.
Abrazos.