Cuentos de andar por casa: El bosque animalado



El Bosque Animalado.
A las cinco de la mañana, El Bosque abre sus puertas. Nadie sale y sin embargo, un ganado de variopintos seres motorizados espera impaciente para entrar. Dentro, las acacias se desperezan alargando sus ramas paralelas a la tierra roja. Las cebras recogen sus paletas escurriendo y limpiando los pinceles del blanco y negro que quedó después de su aseo diario. En un claro, al descubierto las gacelas arriesgan hoy, igual que ayer, su vida ante el imprevisto e inevitable ataque mortal del depredador de turno. Simba vestido de lentejuelas doradas que caen en chorro por ambos lados de su cuello, despierta con cariñosos bocados a los cachorros que seguro hoy, aprenden una cosa más. El bosque, después de las grandes lluvias rebosa de agua cristalina que dibuja con nitidez el cuerpo de los hipopótamos sumergidos en sus poco profundas orillas. Todo está preparado para la Gran Fiesta, la de cada día.
Los primeros Toyota hacen su entrada siguiendo los indicadores de un circuito que no van a respetar.
La vida de hoy, ausente mañana, quedará impresa en una interminable lista de tarjetas de no sé cuántas gigas, pero que acompañarán siempre al portador de un boleto de entrada al Bosque Animalado.

Foto: José Luis Gómez


Comentarios

  1. En ese bosque, sobran los toyotas ...
    Lo demás esta en su estado natural .
    Un abrazo.

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