Kenzaburu Oé. Hymn nº 7


 El Premio Nobel de Literatura en 1994, le reconocíó como símbolo de revuelta contra el horror atómico de Hiroshima y Nagasaki.
Pacifista, vinculado a la nueva izquierda, rebelde contra los formalismos del lenguaje, su obra identifica a su hijo Hikari, nacido en 1963 con una deficiencia craneal, como símbolo de una juventud japonesa culturalmente desheredada por la derrota imperial de 1945


Shikoku, Japón, 1935


Comentarios

  1. Interesante propuesta la de esta serie fotográfica!


    Un abrazo.

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  2. Nos ofreces en esta série de retratos con manos, un abanico de humanidades diversas, todas muy vividas, todas fructíferas.
    Manos extendidas, francas, del escritor japonés, en los surcos se adivina el sufrimineto y la memoria.
    Besitooos Alfredo, hasta la próxima.

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  3. Espero con impaciencia esta serie que anuncias de las manos.
    Pero las manos lo implican todo y no sólo las de los genios...
    La manos pueden ser firmes que castigan o piadosas que perdonan. Manos rudas, laboriosas, las que labran, las que siembran las de anónimas labores, las que pintan la belleza, que componen sinfonías, las manos que escriben poemas, las de los escritores, las que modelan el mármol... las calladas que trabajan, las manos que son caricias, manos que no se dan, que se estrechan.
    Las manos guardan en sí nuestro misterioso arcano, manos, las nuestras que, cansadas del ajetreo de esta vida tan diversa, un día entrelazadas descansarán.
    (Así y mucho más escribió mi padre sobre las manos. Recuerdos de su memoria).

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  4. Querido amigo, he de decir que ignoraba completamente la existencia de este escritor.
    Supina ignorancia, pero es asi.

    Pero gracias a ti, ahora mismo voy a enterarme.
    Besitos

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  5. Gracias por ofrecerme nueva información. Cultura a manos llenas. Es impresionante el sufrimiento humano, la capacidad que tenemos para sobrevivir con el estómago encogido.

    Un abrazo, Alfredo.

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