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Mostrando las entradas etiquetadas como Este Jueves...

Este jueves, relato. "Amigos"

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Valencia, Abril de 1960. Esa noche, no aparecieron por casa.  Julia, Edu y él, habían estado maquinando la forma de escapar a la búsqueda de un mundo mejor; uno que les permitiese hacer suficiente fortuna para sacar a sus familias de la miseria en la que se encontraban. La noche les sorprendió en un bosque cercano y decidieron descansar hasta la madrugada. El destino era improvisado, igual valía un autobús a Barcelona, un auto stop a Alicante o la bodega del Ciudad de Granada hacia Mallorca. Los tres juntos, acurrucaron sus minúsculos cuerpos prometiéndose amistad eterna. Unidos para siempre, El miedo y la noche, se unieron para darles la alternativa lejos de los suyos, del brasero bajo la mesa camilla y la bolsa de agua caliente, pero su decisión era firme y aquella promesa, para ellos era un compromiso vital. Valencia, Agosto de 1980. Julia y Edu, esperaban su primer hijo, ella insistió en llamarle como a Luis, al que con la misma insistencia propuso como padri

Este jueves, relato. Homónimas y Polisénicas.

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     Hoy es nuestro aniversario, debería estar contento y  sin embargo me embarga la ansiedad. Siento la presión como una ola traicionera que me abate sin decir ni hola . Necesito estirar las piernas, me levanto de la mesa y me dirijo a la cocina; dentro, Jorge se pelea con una cabeza de ajos. Extrae de ella el más pequeño y agita el ajito hasta dejarlo inmaculado. Vacilo al acercarme y mantengo la distancia, mi tos de estos días esconde un bacilo invisible que no quiero compartir. Jorge, es mi pareja, bello como un David luciendo un ensortijado vello .  Regreso a mi mesa y espero con semblante grave , que mi pecado no se grabe en mi mirada. Hoy es nuestro aniversario y tengo que decirle que me he enamorado de otro. Más palabras de estas planean en las Llanuras de Auxi

Este, jueves relato. Me perdí en la Noche

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La noche... que larga es la noche. No era la primera vez. Aquella noche me perdí queriendo. La buscaba con la inconsciencia que dan unas copas de más. Fantasías en las que se respira el salitre que despide la proximidad del Mar. Me veía en sepia, perdidamente perdido. Horas de vanidades y cobardías disfrazadas. Horas de mirar por encima del hombro y abrirse paso a empujones. Horas falsas como la falsa moneda, y sin embargo… la buscaba. Aún no eran las dos de la madrugada, y ya empezaba a hablar solo. -Por aquí no pasa un alma- me dije. El silencio me abraza y a veces se transforma en miedo y pesa. No había nadie con el que presumir, seducir o intentar engañar. Ya no era el más fuerte, el más rápido. Me quedé quieto paralizado, echándome un pulso a mí mismo, que obviamente iba a perder. Expuesto en la oscuridad, imaginé la escena perfecta, la más cáustica. La ironía más agónica. La necesidad más feroz, dependiente y comprometida. Incluso vi páginas en blanco par

Este jueves, relato. Patios

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“El Patio de mi casa es particular, cuando llueve se moja como los demás…” En eso estaban las mellizas, cuando Alex irrumpió dando pelotazos a diestro y siniestro. Los pollos y las gallinas huyeron en busca de un lugar seguro. Los conejos, atónitos y molestos se refugiaron en la conejera. Tan sólo “Chocolate” quedó quieta, enfrentada al perturbador. No iba a consentir ninguna revolución en el Patio. Alex tomó posesión del espacio, midió con la mirada e imaginó la portería entre la maceta de geranios y el botijo que al fresco, colgaba de un alambre. Dio un paso atrás y chutó con todas sus fuerzas, la pelota se coló por el lateral del botijo, rozando el pitorro que acabó rompiéndose. Chocolate, -la cabra blanca con nubes marrones- se percató de lo grave de la situación y de su responsabilidad de mantener el orden en aquel patio florido. Saltó sobre sus patas traseras e impactó con sus diminutos cuernos en el trasero de Alex, al que derribó tumbándolo de plano sobre el pletó

Este jueves, relato. Romance Ambientado. (Revisado)

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A esas horas, la Bodeguita del Medio estaba llena de parroquianos y turistas llegados al calor de la música. Me abrí paso entre son y son hasta alcanzar una segunda fila de la barra, imposible avanzar más. Las nubes blancas de los habanos se reflejaban en el fondo del gastado vaso de cristal que contenía mi enésimo mojito. Permanecí inmóvil, aprisionado entre cuerpos calientes y desinhibidos que parecían estar aparcados allí para toda la eternidad. Ella quedó a mi espalda, hombro con hombro, su voz sonaba suave y próxima, la tibieza de sus palabras me llegaba como una caricia que resbalaba en mi nuca colándose en mi desnudo cuello. Su presencia en mi cuerpo estaba tan delatada y consentida como la mía en el suyo. Noté su culo buscando el mío y lo acepté con un rubor complaciente que disparó la excitación de mi sexo. Intentaba disimular al ritmo del son vehemente y colosal de las lágrimas negras de Matamoros, pero nuestros cuerpos una y otra vez, se encontraban sin buscarse

Este jueves, relato. Crisis

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Matías se levantaba todas las mañanas a golpe de despertador. De un salto se calzaba las zapatillas y ya en la ducha, repasaba mentalmente su plan de trabajo, ordenaba visitas y planificaba su tiempo. Es comercial autónomo, representa varias firmas de material de Papelería, desde lápices, chinchetas y bolígrafos hasta archivadores A-Z. Pero con “la crisis” los pedidos escasean y sus jefes le exigen cifras imposibles. Su guión seductor, basado en argumentos estudiados y convincentes ya no tiene oportunidad de lucirlos. Le faltan el ánimo, le confianza y la solvencia.   Ahora, Matías, cuando a la misma hora suena el despertador, sin actividad que ordenar, ni citas que planificar, se pregunta si merece la pena saltar de la cama, calzarse las zapatillas y sumirse en esa ducha gratificante que hasta bien poco marcaba el principio del día.  No lo entiende ¿por qué se necesitan hoy, menos chinchetas que ayer? o archivadores, ahora es el momento de guardar esos papeles que s

¡Feliz cumpleaños! 27 de mayo: Personas (O personitas)

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Su disfraz preferido es una globalización de remiendos. Un poco de todo, él es así: Algo de este, algo de aquel y, ya que se puede, por qué no todos a la vez. La cara siempre tapada para despistar y para asustar, dejando ver un hilo de luz a través del antifaz, dibujando unos ojos que persisten en la batalla hasta la claudicación del enemigo. Su boca, oculta, vomita sentencias que son derecho de autor de terceros que en sus labios pierden todo dramatismo, pero ganan en ternura. Al cuello, el medallón sagrado. Un pañuelo de pájaros y un escapulario de origen desconocido. Rodea su cintura con bandoleras, bufandas y una cinta fruncidora de la cortina que dábamos por  perdida. Es ahí, en la cintura, donde cuelgan las espadas de plexiglás, las pistolas de madera y un rallador de queso que ya no ralla. La capa del héroe, que sospechosamente parece un mantel recién planchado, cubre su trasero hasta arrastrar por el pasillo. Levanta la espada amenazadora y por arte de ma

Este jueves, relato: Los Sonidos de la Primavera.

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      Mi primavera suena a redoble de tambor, algo así: “Señoras y señores, con todos ustedes… prrrom, prrrom, prrrom… La P r i m a v e r a.” Y es entonces cuando ella, vestida con tules vaporosos y desmedidas lazadas al viento, aparece entre un ligero chiri-miri que le hace pasillo.       Una vez superada la excitante y aparatosa euforia de la bienvenida, la primavera nos abraza con un sonido de violonchelo, grave, alargando notas hasta suspenderlas en el tiempo, como de Semana Santa. Toma aire de nuevo y con colorido renovado, las cuerdas irrumpen en escena, dibujando en el cielo, una bandada de folías, jotas y sevillanas, que se instalan en el corazón del calendario.        Y juntos, tambores, violonchelos, guitarras y timples migran como ñus, desvaneciéndose en la vorágine de los tres siguientes meses que amenazan ardientes a la vuelta de la sabana. Más ruidos primaverales con la Sinfónica de Vezdemarbán.

Este jueves, relato: Vamos de cañas... (Reedición adaptada)

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Hacía una noche de perros, llovía a cántaros y los parroquianos se refugiaban entre aquellas gruesas paredes que protegían el interior de la Venta. Las jarras del mosto manchego corrían de mesa en mesa, en especial en aquella del fondo, donde dos grotescas sombras, competían alardeando sobre los pormenores de sus recuerdos. Ebrios de vino y pasión, agudizaban sus ingenios para descabalgar al otro, provocando cómplices risotadas entre los presentes. Miguel, arrastraba las palabras, gruesas y torpes por los efectos del vino, que en ese momento, avanzada la madrugada, empezaba a nublar sus interminables parrafadas. Guillermo, sutil y agudo respondía con la lengua trabada, inmerso en una densa borrachera, que había paralizado los escasos músculos de su cuerpo, excepto los del decir: -Su prosa Don Miguel, es cansina y vulgar. Qué otra cosa se puede esperar de una historia de caballerías, con un hidalgo venido a menos. -¡Cómo se atreve Don Guillermo! si de su cursi pluma sólo s

Este jueves, relato: "Mascotas 2"

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Este relato está inspirado en un comentario que tuve en una anterior convocatoria con el mismo tema: "Mascotas" el jueves  01/12/2011. (Adjunto enlace para los curiosos) Me llamo Pericles y no soy virgen, quiero decir que ya tuve dueña. Sí, se deshizo de mí. Con gran pesar suyo (y mío) me arrojó a un riachuelo, ella creía que estaba muerto, no sabía que los peces como nuestros amigos los gatos, tenemos varias vidas. No les extrañe que siendo un pez hable, mi nombre me rodea de gloria, no en vano también lo fue de el más influyente orador ateniense de su época, de ahí mi elocuencia. Por segunda vez mi destino es una jaula de cristal, aunque intuyo que mi nuevo dueño, no sabe muy bien que hacer conmigo. Me mira escéptico, preguntándose, cómo narices pudo aceptar ese regalo; supongo que el envoltorio: “para regalo” y la tarjeta adjunta que le admitía la devolución le animó a probar, luego ya veríamos… O sea, que estoy con una aleta dentro y otra fuera.  Me

Este jueves, relato: El Tren

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“En el tren que se alejó, va mi amor que me dejó. Que de mí se ha separado sin adiós. En mi mente siempre está el recuerdo de aquel tren que alejó quinientas millas mi querer…” Una y otra vez me esforzaba en dar el tono, en evitar los gallos, en no adelantar y no atrasar, en ligar una estrofa medianamente aceptable… ¡Pero no! Decididamente cantar no era lo mío. A mi lado, Trenzano, trataba de mitigar mis desentonos escondiéndolos tras el punteo de su guitarra eléctrica que acompañaba mi voz con resignación y caridad. Mi osadía no tenía límites, casi tan pocos como el respeto por una melodía que en su origen debería ser dulce y romanticona. La sensibilidad de Trenzano no soportó semejante desatino y entre notas (las suyas) me dijo al oído: -¿Por qué no pruebas silbando? Por la gloria de Sinatra y por compensación a Ennio Sangiusto y su tren que “500 Millas” se alejó, nunca más he cogido un micrófono… (Para cantar, claro)           Más trenes con pasajeros en el

Este jueves, relato: Vida Insípida.

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     Eran el arquetipo de la mediocridad compartida. Se conocieron en la Universidad. Médico él, médico ella, jugaron a “papás y mamás” intensamente durante un año, y se sumergieron en la más absoluta de la indiferencia durante el siguiente. Esta relación duró toda la vida, viviendo in crescendo diferentes grados de insipidez. A ambos los resucitaron terceros que llenaron sus vidas de emoción, y disimulaban anonadados en presencia de la persona que inspirara su pasión durante un único y lejano año.    La sombra de sus cuerpos seguía presente, anodina y oscura. Gris y desaparecida. Su corazón en cambio volaba hasta el estremecimiento y sus ojos en claro contraste con la tristeza de sus rostros, brillaban con la esperanza del infiel encuentro. Cada uno desconocía el del otro y era preceptivo aparentar normalidad, renunciando a la persona que inspiró su primeriza pasión y a la que ahora se condenaba recíprocamente a una soportable vida insípida. Más vidas insípidas en el B

Este jueves, relato. Amor

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Maldita Coca. (actualizado) Es Domingo, el silencio se dibuja en el aire. Las miradas, abatidas, se encuentran una y otra vez buscando una respuesta que no existe. La casa se inunda de vacíos, y estos se llenan de nada. La penumbra ayuda a mantener el sosiego, a recuperar la paz robada, la noche ha sido larga, cansada y los cuerpos se abandonan en cortos, pero reconfortantes duermevelas. Se confunden cansancio y esperanza, a golpes de segundos se disimula la tranquilidad, otro día más sin saber de Ella. Imaginamos el futuro que nos gustaría, y se borra en el aire. Ese futuro no tiene futuro, me escondo y la busco, la encuentro en sus imágenes, que son Ella, que tanto me quiere, y la quiero. Le hablo, me duermo hablándole, me duermo queriéndola. Dios, que largo Domingo… tanto amor, y no poder contra la Muerte. Más amores que matan, en el Balcón que da al Mar del Plata  Foto de cabecera: Ibán Ramón

Este jueves, relato. En Prisión.

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Queridos hijos: Por fin me decido a escribiros. Hasta ahora los ánimos no me han acompañado y mi cabeza ha estado perdida intentando sin conseguirlo una explicación que ordenase mis ideas. Sé que mi estancia aquí, no va a ser prolongada, pero un solo día entre estos muros es una prueba demasiado dura para no abandonar en el intento. A las 10’00 de cada mañana abren las puertas del patio, es el único momento en el que mi ansiedad se disipa y me alío con los colores del cielo abierto. Busco el movimiento de las nubes hasta que desaparecen en el horizonte forzado de las paredes que por el lado opuesto, (el que no veo) tienen el color de la libertad. Aquí, en este solar descubierto, la fiel espera se consume entre impaciencias y la soledad entre esta multitud es más soledad todavía. Cuando cae la noche y con ella el silencio, todo queda a punto para el arrepentimiento, pero un ejército de un solo alma, se revela y renueva mis convicciones. Tal vez os preocupe lo que

Este jueves, relato. Personajes invitados.

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                      Escribí " Otoño en Manhattan "   en 2004. Es un relato largo de 8.888 palabras en 13 capítulos, que duerme en la Red una siesta placentera esperando un desenlace definitivo. Nunca he tenido un cara a cara con sus protagonistas, que se me escurren a cada capítulo, dejando un rastro de rasgos personales que se vician y deterioran tal y como la pasión y los sentimientos van golpeando sus vidas. John y Mary son dos ganadores, se mueven con soltura en el business  de la Gran Manzana. Él, periodista de asfalto, editor de los telediarios matutinos de la CNN en la última planta del Time Warner Center Ella, abogado en Glaser & Lichtman, Lawyers con despacho propio en el mismo edificio. Se aman sin reservas desde hace mucho. Una relación informal, fortalecida por el respeto a sus libertades individuales. Con un comprometido pasado, comparten presente y futuro, ilusiones y proyectos y una estupenda casa en Queens. James es compañero de Joh

Este jueves, relato. Un regalo inspirador.

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Cuatro fueron los muertos. Cuatro los espíritus que siempre en aquella Noche de Reyes, se manifiestan a través de las cuatro únicas farolas encendidas en el Boulevard. Sucedió de madrugada, cuando el día abre sus puertas y la noche se viste de pasado. Cuatro disparos a la razón. Primero Elena, luego los dos niños... El ruido de una secuencia caprichosa y equivocada. Cuatro balas de las que sólo una de ellas hizo justicia, pero desgraciadamente esta fue la última. Más regalos cruzados en casa de Gaby

Este jueves, relato. El regalo Navideño

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Hoy es mi día, por fin voy a comprar mis regalos de Reyes. La mañana está tranquila y a esta hora, la calle fluida y rápida. Alcanzo las puertas del Gran Almacén y me acerco a la sección de Música. Suena mi iPhone…      -Me da igual que sea víspera de Reyes, ¡necesito los planos para esta tarde…!- Alterado y confundido, llego al mostrador de Clásica, no recuerdo lo que venía a comprar. ¡A, sí! La Traviata de Salzburgo...      -lo siento pero ayer agotamos existencias- Salgo a la calle en busca de una alternativa a Verdi y al doblar la esquina me tropiezo con un indigente:      -dame algo...- Rastreo el fondo de mi bolsillo y al tacto reconozco una moneda de 2 euros. No quiero sacarlas todas y delante de él elegir la de menos valor, total… qué hago yo con 2 euros. De nuevo suena mi iPhone, los primeros acordes de “el loco de la colina”, debo de cambiarlo, estoy empezando a odiar a los Beatles,      -No, lo siento se ha confundido, no soy Tomás…- respiro hondo e

Este jueves, relato. De mayor quiero ser...

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      A los 10 años, Terry, necesitaba 10 minutos para contestar a esta pregunta, eran muchas las cosas que le gustaría ser de mayor:      -Quiero ser como el tío Tom, policía, me gusta su uniforme y la gorra de plato. Mandar en las calles y llevar un coche con sirena-      Terry utilizó tres minutos para gesticular imitando a su tío con movimientos marciales y apuntar con un arma imaginaria a unos malos imaginarios.      -También quiero ser como Charlton, el novio de Lucy, salir al monte todos los fines de semana y llenar las paredes de mi casa con trofeos de caza-      Cuatro minutos le llevó señalar los vacíos de la pared de su habitación imaginándola llena de cabezas abatidas por su escopeta de juguete.      -Pero lo que más… ser juez, como mi papá, vestir con la toga y golpear con la maza en la mesa ordenando silencio y condenando a la cárcel a todos los que se burlan de mí en el colegio-      Durante cuatro minutos imitó los gestos de su padre, sentenciando, sin

Este jueves, relato. Conventos.

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    Paseo por este jardín, sola, viviendo y padeciendo una soledad obligada. Me acompañan algunos libros y en esencia sus autores; en su lectura me pierdo queriendo, entre matorrales, desde donde se respira el dulce aroma que despiden los almendros.     Camino entre milenarios muros agrietados y descubro al doblar cada esquina la vista desnuda del ocre pajizo de los trigales que bordean la ciudad.     Me detengo en el claustro, admiro las miniaturas sobre los Comentarios del Apocalipsis. La cúpula, a continuación, presume de un vistoso trabajo de cantería con una gran decoración profusa de guirnaldas y amorcillos. Ahora, estoy serena, iluminada, en paz conmigo misma, muy lejos de mi otra realidad. Mi nombre es Juana, Juana de Castilla, y sería la mujer más feliz del mundo si me permitieran salir en libertad... fuera de los muros de este Convento. Más relatos sobre Conventos en el Blog de Rhodea  

Este jueves, relato. "Cementerios"

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París, bien vale una misa… aunque sea de difuntos. Miles de pájaros anidan sus árboles y el aire se llena de una música que aturde. A primera vista, o más bien a primer oído, los cantos se mezclan, fundiéndose en una cortina musical de difícil ubicación. Es cuestión de Fe… y de concentración. El paseo por una de sus grandes avenidas es lento y trascendente. Gris y húmedo, porque en París casi siempre llueve; y esa llovizna tan parisina templa la emoción. Lo justo para escuchar el trino de un ruiseñor o a la golondrina, que de lejos cuchichea: “je vois la vie en rose. Il me dit des mots d'amour” A las avenidas le siguen estrechos y sinuosos caminos. Las tórtolas resabiadas permanecen en las alturas lejos de los ejércitos de orondos gatos que desean amarlas hasta la muerte. Entre sauces y limas, un cansino y psicodélico eco repite: "This is the end beautiful friend. This is the end, my only friend, the end ” El entorno es frondoso, natural, y un moho regado d