Este jueves, relato. Tengo obras en casa.
Aquella casa, costó poco y pensamos que con un poco más, nosotros mismos podríamos restaurarla.
Sólo había que sanear
algunos tabiques, actualizar la fontanería, barnizar las puertas y ventanas... con una mano de pintura quedaría de "lujo"
Me gustaría publicar que
todo salió según lo previsto pero lo cierto, es que esa aparentemente sencilla
reforma, se convirtió en la más terrible de nuestras pesadillas.
Para nuestra desgracia,
nunca una casa muerta, ha estado tan sospechosamente viva.
Sólo teníamos que hacerle
el boca a boca y sus pulmones comenzarían a funcionar.
Sólo teníamos que aplicar
a su cuarteado rostro un poco de maquillaje y sus arrugas desaparecían para
siempre.
Sólo teníamos que
vestirla con un poco de seda y esta mona dejaría de ser mona.
Sólo teníamos que
inyectar un poco de vida y su descalcificado esqueleto brillaría como el más
luminoso de los neones.
Todavía me pregunto que
salió mal.
Tan sólo teníamos que
elegir entre el blanco crudo y el blanco nieve para las paredes, el nogal o el
roble para las puertas, el aluminio natural o el lacado crema para los
ventanales, el parquet pegado o flotante para el suelo, el algodón o el tergal
para las cortinas, la lámpara de araña o los focos empotrados para el Comedor,
el mármol o el Gres para la cocina, las puertas correderas o practicables para
los armarios o que estos fueran empotrados o no...
Me gustaría publicar que
todo salió según lo previsto pero lo cierto, es que hoy, a las 12’00 firmamos
nuestro divorcio.
jajajaja tengo que reirme Alfredo, aunque tenga el relato este triste final, pero !cuanta paciencia hay que tener! diria yo que sin ella las discusiones no tendrian fin.
ResponderEliminarNosotros nos decíamos cada día y cada noche: calma esto se pasa, calma esto se pasa.
Impecable y envidiablemente narrado.
Un abrazo.
Malo es hacerlo los albañiles; pero uno mismo es arriesgarse demasiado.No hay nada sencillo y menos unas reformas. En fin espero que el divorcio tenga vuelta atrás.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces se dan esas coincidencias...se proyecta un venturoso comienzo y termina siendo un angustioso final...triste historia narrada con la soltura de quien se halla cómodo entre ladrillos, revoques y pavimentos!
ResponderEliminar=)
Un abrazo.
P.d
aunque son totalmente distintos, curiosamente nuestros relatos se parecen jejeje
¡Ay! Alfredo, sino fuera por ese final, las "pequeñas reformas" que describes son de una gracia y gusto, que no tiene desperdicio.
ResponderEliminarUn abrazo.
y sí... algo que se construye y algo que se destruye.... una versión original del tema! un abrazo amigo!
ResponderEliminarUna pena. Y es que la casa es solo una escenografía, que puede ser la mejor, la mas hermosa, pero los sentimientos y las relaciones tienen vida propia e independiente. Ese tire y afloje de elecciones puede destapar una olla impensada y terminar mal, muy mal, como en este caso ...
ResponderEliminarSeguimos dando vuelta por África o ya volvimos a casita?
;)
abrazo
Siempre he pensado que los mejores amores pueden vivirse en una pensión barata mucho mejor que un 5 estrellas.
ResponderEliminarEs que el amor llena todos los decorados. Los enamorados creemos más en los lechos de rosas que en los somiers, jajaj...
besos
... el relato me gustó mucho, creo que no lo dije antes.
ResponderEliminarQue no, que no, que el maquillaje no arregla las grietas, se empieza por un leve desconchado y luego tiemblan los cimientos.
ResponderEliminarSale caro reformar las ruinas.
Un beso
Bueno, pero por lo menos, se intentó.
ResponderEliminarGenial relato, Alfredo.
Un abrazo.
Maat
¿cómo se puede soportar una lampara de araña en el comedor si lo que deseas es un halógeno de diseño?...divorcio justificadísimo
ResponderEliminarbesos
Hola Alfredo:
ResponderEliminarYo , desde luego, para las reformas no es que esté hecha...pero esos divorcios los firmaba yo enseguida!
Besos
Wendy
Me parece que lo que tenían que refaccionar más que la casa era el matrimonio!!! A veces en pequeñas cosas se establecen grandes diferencias.
ResponderEliminarMuy buenas las metáforas que utilizas para describir los arreglos por hacer.
Excelente Alfredo.
Un besote.
Me gusta esa comparacion, al menos yo la entiendo como lametáfora de las obras en la casa para las obras en el matrimonio. Lo cierto es que pensandolo bien es comparable, piensas que solo hay unos motivos y despues salen muchos mas.....
ResponderEliminarQuizas hay que ser mas cuidadoso con el bricolaje
Un abrazo
Ojala sea solo un relato de ficcion y no de verdad! Pero es que las obras te vuelven loco y afectan a la pareja y a la salud!
ResponderEliminarMe has recordado Alfredo la película de "esta casa es una ruina". Algo aparentemente simple se convierte en toda una odisea que acsba incluso con las ilusiones y los sentimientos. Si se superan las dificultades de una obra, es claro que el vínculo matrimonial está a salvo. ¿Existe mayor prueba que superar juntos y con nota una obra de mediana envergadura?.
ResponderEliminarUn abrazo.
le estaba diciendo a cas en mi comentario que los míos suelen ser raros, que puede que tan sólo alfredo me siga en eso...pero que en la ironía de alfredo, en eso sí que no puedo seguirle...añado a esto que tampoco puedo seguir al señor alfredo...joderse, te he llamado señor, con lo cual te he puesto muchos años...cuando este decide hacer una de sus pequeñas obras delicadas, cuando alfredo hace una de sus pequeñas obras con final lleno de ironía y con un inicio que es todo menos el giro final..con un inicio lleno de suspense, suspense resuelto, al final, de putísima madreeee¡¡...ah, tampoco puedo seguir al señor alfredo en..perdón, quería decir que alfredo no me puede seguir dando pedales hasta toro...jajaja
ResponderEliminarmedio beso, alfredo..
Qué buen relato! Me ha gustado como lo fuiste llevando hacia un final totalmente inesperado! Ahora entiendo lo que comentaste en mi blog, no todos los finales son felices, este caso es el opuesto, pero pienso que de alguna manera, por algo las cosas se dan del modo que se dan. La otra parte de mi historia, después de 9 años de casados y construir felicidad, podría llamarse: división de bienes (por suerte no incluyó la casa) pero, no deja de ser un tema bastante áspero :-(
ResponderEliminarUn beso:
Gaby*
Uysss, qué recuerdos!, pero todavía escucho eso de... "nada de lo que hay en la casa está a mi gusto..." jaja, la decoradora que es mi mejor amiga, todavía le dice a veces... no me tires de la lengua que yo no me he casado contigo...
ResponderEliminarAinss, pudo conmigo y me casé con él, alguno tenía que ceder...
Es cierto, Alfredo como la vida misma y las primeras grietas se ven en los desacuerdos...
Besos
Y eso que eran solo dos opciones para cada item, quizas les hubiera salido mas barato que un divorcio, contratar un desempatador.
ResponderEliminarMe encantó Alfredo, llego hasta el final esperando algún desenlace de los que aparecen sugeridos en el relato y no!, me sorprendés.. gratamente. Te mando un fuerte abrazo
Hola Alfredo, mil disculpas por llegar tarde a la obra, que por lo que leo no llegó a hacerse. Aveces pasa que los proyectos no siempre salen bien.
ResponderEliminarUn beso
Jime