Este jueves, relato: OVNI
Yo nací en un OVNI, -no fue idea mía-. La abducción de mi madre ya en el octavo mes de gestación y un largo viaje interplanetario me hicieron aparecer una mañana flotando en el ingrávido espacio de la cabina 7722. Un cordón umbilical de polímeros de topacio lunar sustituyó al original en el tiempo que iniciaba mis primeros años cautivo y de los que nada recuerdo. De ese pasado desconocido, no puedo renegar, salvo que en él fuera intencionadamente perverso. Hoy, adulto -creo yo- y una vez vomitado a la tierra, me debato entre la confusión y el terror de una vida de la que espero no tener nada que ver, pero con la que tengo que cargar sí o sí. Me dijeron que no había retorno, que no había otra vez. No existe la segunda vida, salvo ésta que alojada en una inmensa cabina huele a podrido por todos sus costados. De momento es la única y no valen los conocimientos almacenados de la primera. No sé qué hago aquí, me dejaron sin libro de instrucciones y en la encrucijada debe estar