Este jueves, relato. "Los ciegos también escriben"
El doctor le quitó con esmerada delicadeza el vendaje que cubría sus ojos y d espués de una vida entre sombras, Juan conoció la luz.
Al regresar al pueblo, quiso ver por primera vez, el árbol en el que un día prometió amor eterno.
El corazón garabateado a tientas, lucía claro a pesar de sus peleas con el viento y la lluvia. Lo vio y la obviedad le decepcionó. Con tristeza cerró los ojos. Era mucho más corazón cuando lo adivinaba recorriéndolo con su índice. Mucho más suyo, cuando abrazado a su amada sentía el palpitar de ambos.
Desconcertado se preguntó, si aquel milagro había merecido la pena.
Mas puntos de "vista" el el gratis de Gus