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A propósito de... “Los jueves, relato”

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Parece fácil... una convocatoria, un tema a compartir y algún amigo incondicional para sumarse a la aventura de relatar sobre el título propuesto. Nada aparentemente más sencillo. Libertad para expresarte, sin limitación de caracteres y aproximarte al jueves para publicar. El tema es una excusa para encontrar tu propia interpretación o incluso darle la vuelta y llevarla a un terreno en el que obviamente te encuentras más cómodo. Vale el drama, la tragedia, la comedia, la abstracción, el concepto, la ironía, la trascendencia o tal vez, todo lo contrario. La poesía, la prosa, la prosa poética, la retórica, la investigación, la historia, la ficción o la realidad, a veces la nuestra. El caso, es que relates acerca de “eso”. Sin embargo, nada más difícil que mantener viva esta participación. Con una frecuencia regular, semana tras semana, captando nuevos relatores y envejeciendo junto a la idea como un buen vino que mantiene el poso sedimentado en el fondo de la botel

Jacques Costeau. Hymn nº. 13 (y último)

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Oficial de la Marina, oceonógrafo, inventor, cineasta, académico, realizador de cientos de documentales sobre la fauna y la flora marítima, ecologista celebérrimo y uno de los hombres más famosos de Francia. Nadie ha hecho tanto por los océanos. El fotógrafo tuvo que perseguirle durante años para que posara unos minutos.  Es huraño, avaro y autoritario, pero al mar no le importan esas minucias. Saint-André de Cubzac, Francia, 1910 - París, 1997.

Admirable Japón

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Destaco este texto del crítico Carlos Boyero, entre la mucha basura de este fin de semana. "En Japón, el otro foco de las casi siempre horrorosas noticias del mundo, abundan las imágenes admirables, el temple y la civilización de una forma de ser que los occidentales consideramos enigmática. Los que tienen que convivir con el pánico no han perdido los modales. No hay pillajes ni atropellos. Desechan la ley selvática del sálvese quien pueda, la dignidad es transparente, la gente decide por voluntad propia y responsabilidad cívica dejar Tokio a oscuras para ahorrar energía. Una anciana confiesa sin ostentación que lo ha perdido todo en el tsunami, pero añade con sonrisa sabia que, al menos, ha conseguido traerse a sí misma. Es conmovedor. También alentador". Carlos Boyero, para El País