Admirable Japón


Destaco este texto del crítico Carlos Boyero, entre la mucha basura de este fin de semana.

"En Japón, el otro foco de las casi siempre horrorosas noticias del mundo, abundan las imágenes admirables, el temple y la civilización de una forma de ser que los occidentales consideramos enigmática.
Los que tienen que convivir con el pánico no han perdido los modales. No hay pillajes ni atropellos. Desechan la ley selvática del sálvese quien pueda, la dignidad es transparente, la gente decide por voluntad propia y responsabilidad cívica dejar Tokio a oscuras para ahorrar energía.

Una anciana confiesa sin ostentación que lo ha perdido todo en el tsunami, pero añade con sonrisa sabia que, al menos, ha conseguido traerse a sí misma. Es conmovedor. También alentador".

Carlos Boyero, para El País

Comentarios

  1. Aunque atrasada en mi lectura de los jueves,por motivos diversos, que me obligan a estar ausente de la blogósfera, hice un alto para aplaudir tu entrada, porque Japón, su gente, y su manera de vivir y de pensar merecen nuestro respeto, solidaridad y admiración.
    Gracias, Alfredo. un beso y buena semana

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  2. Sí,
    es un buen texto. Y todo lo que dice, es cierto. Es verdad , a mí al menos ese temple me parece enigmático. En estas circunstancias que están viviendo es admirable.
    Hoy que empiezo trimestre nuevo, seguramente, hablllaré algunos japoneses en clase. Aparte tengo un compañero de trabajo, un profesor de japonés, y una buena amiga. Claro, todos están preocupados. Afortunadamente su familia y amigos están a salvo.
    Un abrazo Alfredo.

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  3. Así es, pueblo, disciplinado, sereno dentro del dolor contenido, cauto, !admirable!
    Mi hijo estuvo justo hace un año y regresó maravillado. Ahora siente pena por los desastres, pero dice que son de un temple a prueba de todo.
    Buen artículo de Carlos Boyero, y buena idea traérnoslo a tu plaza.
    Besitos y que el sol naciente vuelva a brillar sobre los almendros floridos, lo conseguirán.

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  4. Bravo!!!, eso es un artículo y no el cebarse en las desgracias y revolcarse en las tristezas, un artículo a la altura del pueblo japonés, si señor, miles de besossssssssss

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  5. las dimensiones de la catástrofe y sus consecuencias son tan grandes que no te extrañe Alfredo que haya para todo...

    besos

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  6. Creo que su cultura su forma de actuar es tan distinta...te podria decir lo que un amigo querido mio japones dice...
    Somos conscientes de que si hoy tu vecino sufre daños, mañana me puede tocar a mi...lloran en silencio, esperan largas colas esperando recibir agua, comida, pacientemente, creo que deberiamos aprender de este pueblo que sabe sufrir en silencio, llorar en silencio pero sin olvidar que todos tienen que ayudar..
    Primavera

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  7. La verdad Alfredo que sobrecogen las imagenes que nos llegan de esa contención de sentimientos,emociones antes tanto horror. Estas palabras me ha recordado que ayer hablaban tres japonesas y explicaban esta forma de vida de comportamiento y decian que sienten como el que más pero saben contener. Yo siento admiración ante su comportamiento, y mucha tristeza por lo que están viviendo.
    Ojala todo pase pronto esta siendo una prueba demasiado dura para ellos.
    Un beso

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  8. Hola, Alfredo, vuelvo a estar más o menos activa por la red con un nuevo blog en el que ando de pruebas a ver qué surje.

    http://elalmacendelosdiasperdidos.blogspot.com/

    Y sí, es reconfortante este texto que también lei. Y que me conmueve y me afirma más en mi interés y amor por el pueblo japonés.

    Saldrán adelante, y me encantaría que su forma de enfrentarse a los contratiempos de la vida y su talante se nos pegaran por estos pagos donde triunfa lo cutre y el esperpento.

    Un beso,

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  9. Conmovedora manera de enfrentar con dignidad un drama imposible de dimensionar a la distancia.
    Muchas gracias por encararlo de esta manera.
    Un abrazo.

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  10. Sin embargo existía esa manpara de cristal tras la que se previene esa ssnsación de descontrol de quien se ahogaba.
    Allí, les ha faltado espacio.
    Por algunas razones vinvulasdas a una ide ade derrrollo sostenible, pienso en mi futuro de ser constreñido en una gran ciudad. Allí donde solo algunos servicios habrían llegado.
    No me fío... no es que no me haya agradado o por obvia niegue la importancia de su filosogía budista en cuanto al desapego. Los cristianos también lo practicamos.
    Pero mis reacciones han venido marcadas casi siempre por el cálculo de esa distancia que me separa sin frición ni golpetazos, de unos muros.
    ¡Aire... algo de vacío, por Dios en avenidas!
    Afortunadamente está el azar, la lotería...
    Mi voluntad se aprieta, sin embargo en un lugar de mi cerebro constreñida contra tales evidencias.
    Si lo grito al a desesperada, a mí me llamarán demente.

    Tésalo

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