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Este Jueves, Relato. Tauromaquia

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Ella, también estaba enamorada de él. Lo conoció una noche en la que sus caras se fundieron en el reflejo de una esperanza cristalina, les sorprendieron sus diferencias vitales, pero una primera conexión sentó las bases de esta relación tan abstracta y virtual. Era antinatural, ella hasta ese momento había jugueteado con los astros y él con las vacas, pero ese instante había torcido los destinos de ambos en una dirección impensable. Se buscaban en la noche, al reflejo de aguas salmantinas que cristalizaban sus rostros en la helada madrugada, su amor era incompleto, les faltaba tocarse, seguir con la mirada sus gestos, temblar con sus rubores. Así, con esas carencias se encontraban y así se disfrutaban. Ella, se llamaba Catalina, él, Ojos Negros, a ella la habían bautizado para la vida, a él para la muerte, aunque se dejaba engañar, cuando le vendían un destino inmortal. Había soñado con ser Ruiseñor, o Llama, o Lince y decidir sobre su propio destino, pero sabía que una tarde de glori

Un día en... San Sebastián

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8’00.- Desayuno en el Hotel Villa Soro. En 1898 Don Ramón Londaiz, construyó esta villa llamada Eguzki Soro para su hija María, con motivo de su matrimonio con Don Luis Gaytán de Ayala. Cuidadosamente rehabilitada y declarada Patrimonio Histórico de la Ciudad de San Sebastián, mantiene el estilo de principio de siglo, con unos jardines de extraordinaria belleza. 9’00.- Un taxi, nos deja en la puerta del Ayuntamiento, quedan a ambos lados, respectivamente el Boulevard y el Náutico, e iniciamos un largo paseo desde los jardines de Alberdi Eder por todo el arco de la Concha. Los primeros saludos nos lo dan los Tamarices, acercándonos sus ramas hasta acariciar nuestras cabezas. El caminar es lento y entretenido, a la derecha la playa, con su particular visión de la isla de Santa Clara y a la izquierda las inconfundibles mansiones y palacetes que miran al Mar, dejamos el Hotel Londres y La Perla, hasta cruzar el túnel de lo Antiguo, que da paso a la playa gemela de Ondarreta. 10

Este jueves, relato. Me gustaría encontrarme con...

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Lo mío, es caótico, siempre me encuentro con quien no deseo. Llevo tiempo esperando darme de bruces con mi Ángel de la Guarda, más que nada, para preguntarle: -¿Dónde te has escondido estos últimos años?- pero no hay manera, sigo sin encontrarme con él. Le busqué en la noche y me dediqué a romperla, empezaba cuando todos terminaban el día, frecuentaba discotecas, calles desiertas, descampados periféricos, Pubs y After Hours. Oí que los ángeles, con la luna, lucen de un modo especial, pero a mí sólo me deslumbraban demonias de aspecto buscón y taciturno. En la madrugada, incansable y deseando percibir alguna señal de su presencia, que aliviase mi presente o asegurase mi futuro, (el pasado, ya es irreversible), frecuentaba locales comerciales, grandes avenidas, hospitales, pero nadie respondía al patrón de Ángel que yo suponía o imaginaba, ni tan siquiera la más mínima percepción de su presencia en los alrededores de los lugares visitados. Pregunté a perros, gatitos y pajaritos, (por aqu

Un día en... Milán

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Los primeros rayos de sol, bañan de refilón la espectacular fachada de la Stazione Centrale, sus bellos relieves se inundan de una luz dorada que los hace más notables desde la ventana de la habitación del Hotel Michelangelo 8:00 En metro desde Duque d’Aosta hasta la Piazza del Duomo, son tan sólo unos minutos, a esa hora la plaza esta poco frecuentada y su paseo se hace más agradable y provechoso, imprescindible la primera visón de la catedral desde la salida del metro, su espectacular silueta, (en Milán, todo lo que es espectacular, lo es de verdad) te sobrecoge y aplasta por su belleza y magnitud. 9:00 El cappuccino con pastas del desayuno, vale en cualquiera de las cafeterías del interior de la Gallería Vittorio Emanuele II, Milán entera pasa por esta cruz peatonal entre los escaparates de Prada, Swarovski, Gucci, Louis Vuitton y el único en el que siempre termino por entrar, la Librería Casa Ricordi, un sueño para husmear o adquirir música (especialmente opera) y libros

Corriendo, corriendo.

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Llegó tarde al autobús de las 12, era el último, asumió el contratiempo con resolución y al instante decidió que cubrirá los 6 kilómetros que le separaban de su casa con una entusiasta carrera. 6 .000 metros corriendo, corriendo, sin parar. A legre, contento, ilusionado. Primero una gran avenida, luego otra, un cruce y a la derecha, el largo boulevard. Llegó al portal de su casa, extenuado y feliz, acababa de cumplir los quince y le habían dado el primer beso de su vida. Foto de Iban Ramón

¡¡ CAMPEONES !!

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Gracias... ¡¡SELECCION!!

Héroes de Cabecera. Mercè Rodoreda (XVII)

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Normalmente en las entradas de esta serie que llamo: “Héroes de Cabecera” intento evitar referencias biográficas gratuitas y de fácil localización en otras fuentes, recreo de forma desenfada y escueta los aspectos más desconocidos o anécdotas curiosas en un laborioso ejercicio de documentación. Por esa razón no suelo abundar en fechas o bibliografías, que aún siendo importantes, no dejarían de ser inadecuadas o pretenciosas y sólo añadirían una aportación distante a los detalles más sobresalientes y personales de los homenajeados. Aún así, la vida de estos Dioses de andar por casa, está unida a valores personales extraordinarios, el Creador está íntimamente ligado a su Obra, al margen de su más o menos amplio anecdotario particular.  Este es el caso también, de Mercè Rodoreda, cuyo libro “La Plaza del Diamante” es motivo de más escritos y estudios que los existentes en la biografía de su autora.  Gabriel García Márquez subrayó que: “La plaza del Diamante es, a mi juicio, la

Este jueves, Relato. "Me acuerdo de ti, cuando veo..."

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Me acuerdo de ti, cuando me veo en sepia, perdidamente perdido. Esa adolescencia sin principio ni fin, eterna a nuestros ojos, inconsciente e irrelevante, con una sola prioridad, ser, estar y llenar todo aquel vacío de irresponsables protagonismos. A ños de vanidades, de soberbia y de cobardías disfrazadas, años de mirar por encima del hombro y abrirse paso a empujones entre los inferiores, (que dicho sea de paso, resultaban ser menos inferiores que tu). U na prepotencia grotesca e injustificada, sólo para lucir cual gallo de pelea, la cresta más variopinta y artificialmente erecta. Años de vagos y equivocados objetivos, falsos como la falsa moneda. De presumir cuanto más mejor, de seducir o intentar engañar, ...soy el más fuerte, el más impertinente, el más rápido, aunque no soporte, ni razone, ni mueva nada. Quieto, paralizado, ni siquiera me echo un pulso a mi mismo, ...lo perdería. Me acuerdo de ti, cuando me veo en sepia, huyendo, escondiéndome, bajo los efectos

Este jueves, Relato. "Bichos"

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Los “Bichos” trasiegan perdidos en su corral, encerrados esperando el pistoletazo de salida se mueven sin orden, inquietos e intuyendo desesperados el momento en el que se inicie la carrera a la Gloria.  Ajenos, al roce de cuerpos que se está consumando en el exterior y expectantes ante una primera y única experiencia. Corredores de fondo entrenados para la alta competición, se preparan para un destino extremo de irremediable muerte o vida para la vida. Un Maratón, con más de doscientos millones de participantes y medalla sólo para el vencedor, cuya soledad compartida le aísla del resto con el único sueño de la Supervivencia. Suena el chupinazo, la cabeza y la cola diseñadas ambas tanto para la velocidad como para la resistencia, escupen toda su energía biológica en un primer salto hacia las posiciones más ventajosas en un circuito lleno de trampas. El recorrido es corto, menos de 20 centímetros, muchos comienzan a quedarse rezagados, otros dan vueltas y vueltas sin rumb

Este jueves, Relato. ¿Hacemos deporte?

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Transcurría el minuto 43 de la segunda parte, el resultado estaba equilibrado , que no así el juego, el dominio del equipo visitante era tal, que el asedio a la portería local se hacia insostenible. El esfuerzo de los defensores no garantizaba controlar el empate inicial, empate que por una parte mantenía en la categoría a unos, pero que no era suficiente para la obtención del campeonato a los otros. La lucha indistinta por el título y por la permanencia, se decidía metro a metro en aquel terreno de escaso césped recién regado. Un metro que para unos era de una defensa a ultranza y para otros de una conquista irrenunciable. Los cuerpos fibrosos, húmedos y tensos chocaban en buena lid disputando una posesión que les permitiera lograr un sueño largamente acariciado. Cumplido el último minuto, el balón salió despedido de la bota del extremo izquierdo y voló por encima de defensores y delanteros, superada la línea de la portería y en su lógico descenso, éste quedó a una altura y