Este jueves, Relato. "Me acuerdo de ti, cuando veo..."

Me acuerdo de ti, cuando me veo en sepia, perdidamente perdido. Esa adolescencia sin principio ni fin, eterna a nuestros ojos, inconsciente e irrelevante, con una sola prioridad, ser, estar y llenar todo aquel vacío de irresponsables protagonismos.

Años de vanidades, de soberbia y de cobardías disfrazadas, años de mirar por encima del hombro y abrirse paso a empujones entre los inferiores, (que dicho sea de paso, resultaban ser menos inferiores que tu).
Una prepotencia grotesca e injustificada, sólo para lucir cual gallo de pelea, la cresta más variopinta y artificialmente erecta.

Años de vagos y equivocados objetivos, falsos como la falsa moneda.
De presumir cuanto más mejor, de seducir o intentar engañar, ...soy el más fuerte, el más impertinente, el más rápido, aunque no soporte, ni razone, ni mueva nada. Quieto, paralizado, ni siquiera me echo un pulso a mi mismo, ...lo perdería.

Me acuerdo de ti, cuando me veo en sepia, huyendo, escondiéndome, bajo los efectos del shock de la ignorancia y del inmovilismo, aturdido e irremediablemente desplazado,

“La polar, es lo que importa” ...palabras huecas, metafóricas, socorridas, excusas para contemporizar y justificar lo injustificable.

Hoy me acuerdo de ti, cuando me veo en esta foto, ausente de responsabilidad, con un futuro incierto, incapaz de justificar aquellos... mal cumplidos 16 años.



Más recuerdos en la memoria Gus

Comentarios

  1. Vaya!, que original!, crees que si ese del retrato en sepia te escuchara ahora pensaría que eres un carca y un pelmazo?, porque has descrito perfectamente a mi hijo de 17 años, supongo que a esa edad todos somos clones, voy a buscar una foto mía de los 15 a ver si me recuerda quien era... un 11 sobre 10, reverencia y saludo, miles de besossssssssss.

    ResponderEliminar
  2. buen texto, pero con un narrador demasiado omnisciente. Me gusta, además se huele un ansia de búsqueda empática con un otro que sea capaz de hermanársele. Son procesos de cada quien, cuando escribo digo lo que me pasa, aunque no poseo el interés (al menso en las letras) de una hermandad que a vista de algunos podría resultar algo parasitaria. Lo digo de buena gana, piensa que los críticos (si persistes en la práctica literaria, que deberías porque talento derramas) han de ser mucho más severos. Un abrazo de cariño

    ResponderEliminar
  3. Pues chico, yo te encuentro guapísimo.
    No sé porqué eres tan duro con ese joven de 16 años, que está empezando a descubrir un mundo nuevo de adultos, que le asusta y desequilibra y por eso se hace el fuerte, el gallito de pelea, el vanidoso, pero es solo una mascara para esconder su inseguridad y su complejo de inferioridad ante las espectativas que todo el mundo tiene de él, cree que no va a ser capaz de superar los objetivos que le imponen sus circunstancias.

    Bueno, es mi visión de esa adolescencia tan dificil que hay que pasar inevitablemente.

    Pero luego se convierten en personas responsables y maravillosas, como por ejemplo tú, Alfredo.

    Un beso

    ResponderEliminar
  4. jajaja estoy con Tere, está pero que muy atractivo en esa foto. Magnífica tu reflexión llena de nostalgia y reproche hacia un ser que seguro hacía lo que podía.
    Magnifico tu relato, como siempre.
    Un beso

    ResponderEliminar
  5. Yo creo que estás muy lindo en esa foto. Tenés una mirada asi como desafiante; todos fuimos medio tarambanas a los 16, supongo que estábamos buscando nuestro lugar en el mundo. Probando, tirando de la soga para saber hasta donde aguantaba ... la adolescencia es una época complicada.
    Lo estás juzgando duramente al pibe, no era tan malo, el Alfredo actual puede corroborarlo todos los días cuando se mira al espejo.
    ;)

    ResponderEliminar
  6. Vaya!...por qué tan malos recuerdos te trae esa foto!...si se te ve niño aún y por lo tanto, merecedor de ternura y piedad...la adolecencia suele ser muy difícil y plagada de crisis y desencuentros. Mirándola desde la adultez hasta debería inspirarnos conmiceración, porque se debe atravesar cuando aún no se tienen las armas para defenderse o aprovechar los buenos consejos.
    Una entrada muy emotiva aunque seas muy duro con el que fuiste por aquellos años.
    Saludos!

    ResponderEliminar
  7. Alfredo:
    Me encanta este texto. Me parece muy original en cuanto al personaje escogido; pero también por el objeto que te lleva a acordarte de él...
    Y es verdad que cuando miramos una foto de esos tiempos nos cuesta reconocernos; pero, ¿ha muerto esa persona que fuimos? No exactamente. Sigue siendo parte de nosotros aunque ya no esté. Exactamente como un familiar que se haya ido. Por eso, tu idea, me parece excelente.
    Y sí; todos los adolescentes somos un poco lo mismo. Cuando veo según que salidas de mis hijos (¡tres adolescentes!)y cosas que hacen... La mejor manera de calmarme es pensar en lo que yo hacía y decía.
    Por todo ello, y como ecomendaba Gus, "una sonrisa".
    Un abrazo,
    Mar

    ResponderEliminar
  8. ¡Qué guapo Alfredo! Bueno la adolescencia tiene lo suyo; pero, ¿quien volviera unos cuantos años atrás? aunque mejor con lo que sabemos ahora. Ya se sabe esta época es la de nuestra afirmación como personas, y se hacen cosas que después uno se arrepiente.
    Me ha gustado mucho, muy original y bien escrito.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Hola Alfredo.

    Oye, que guapetón estás en esa foto...¿Sabes? me has recordado a uno de mis "amores" juveniles. ¿Te acuerdas de Enrique Guzmán? Me encandiló.Aún conservo todos sus discos de vinilo. En él he pensado nada más ver tu foto. ¡Qué gracia me ha hecho!

    En cuanto a tu impecable texto, tengo que decirte que no lo sitúo en la época de tus 16 años. Su contenido es mucho más actual. Por lo menos, así me lo parece.

    Una vez más, me ha encantado leerte.

    Un abrazo.

    Maat

    ResponderEliminar
  10. Hola Alfredo.

    No sé si mal cumplidos, pero en esa foto te veo muy guapo. En sepia te ves, como son todos los adolescentes; un chico inseguro disfrazado de vanidad por pura supervivencia.

    Como siempre, un texto original y muy bien escrito.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  11. La humildad ha logrado desprender cascarones en el largo camino para llegar de alguna manera al dia de hoy,mas integro.

    que mas decir,saludo cordial amigo Alfredo

    ResponderEliminar
  12. Hola Alfredo.
    Si es que a los 16 años nos creemos que ya lo sabemos todo pero cuando pasa el tiempo nos damos cuenta de lo niños que éramos.
    Creo que te has puesto demasiado duro con el chaval, yo le veo muy guapo y además el tiempo ha demostrado que no iba mal encaminado ¿no?
    Me ha gustado mucho
    Un beso de Mar

    ResponderEliminar
  13. Perdon por el comentario de antes pero no se como lo lei, ahora lo he vuelto a leer,
    Que recuerdo tienes de ti, tu te ves asi pero el resto de personas te ve asi, no lo creo.
    Siempre de las personas que por edad tienen mas que una, tiene infinidad de cosas que podemos aprender, sabes me gusta mucho que me cuente cosas de su infancia o niñez o juventud, porque es una manera bonita de saber como es la otra persona y como lo vivio.
    Primavera

    ResponderEliminar
  14. Me ha encantado caminar por los pasillos de tu memoria a través de esos ojos en sepia.
    un fuerte abrazo más permisivo que tus propios juicios.

    ResponderEliminar
  15. Si estos tuyos, hubieran sido muy distintos de los míos propios.
    Yo arrancaba a caminar entonces. Sin embargo, yo, nnca he imaginado, que el camino sea tan largo.


    Tésalo

    ResponderEliminar
  16. ¿Una hormona con patas qué quieres que haga la pobre?
    Adolescencias retrasadas las de entonces, eh?
    Entonces nacíamos con el pan debajo del brazo y ahora parece que nacen con el ordenador debajo del brazo!
    A los 16 años, mmmm, sexto de bachiller, mmmmm, regañando con el profesor de religión a muerte, mmmm, ah, ahora me acuerdo que se casó con una alumna a la que llevaba 35 años, el curita...
    A los 16 años todavía leía Mortadelos, me gustaba el aroma de mueca nueva, me di cuenta que tenía pelos y eso no estaba bien visto, un chico me regaló mi primera colonia, una que apestaba... Uf, 16 años, mucho ha llovido, amigo!

    Que apses un buen fin de semana, besitos.

    ResponderEliminar
  17. este jueves veng0 tarde, alfred0...per0 veng0...y veng0 para ver un retrat0 en sepia...para ver que ese del retrat0 nunca fue...
    desde mi punt0 de vista a l0s 16 añ0s, se puede n0-ser y se puede ser...desde mmi punt0 de vista a l0s 16 añ0s, casi t0d0 es prd0nabl, inclus0 el ser "fantasmal", fantasmal p0r l de engreid0 y huec0 del pers0naje...mas...mas...desde mi punt0 de vista, tambien es verdad, e restan c0m0 much0 3 0 4 añ00s para dejar de serl0 y asumir la vida...
    tu text0, desde mi punt0 de vista,
    p0esia pura.
    un medi0 bes0, alfred0.
    ahhh, y y0 te ve0 c0m0 un tren en esa af0ut0000.

    ResponderEliminar
  18. Hermosos 16 años. Nos creemos a esa edad los reyes de la creación. Llenos de sueños, de ilusiones, de proyectos, pensamos que somos los mejores, que somos capaces de comernos el mundo. Luego, ese mismo mundo, se encarga de bajarnos los humos y la prepotencia adolescente.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Yo tambien soy de la epoca en sepia. Ese envoltorio para perpetuar el recuerdo y detrás...esa tela de araña que es la adolescencia, esa rebeldía asida a las paredes de una casa de papel...
    Un beso

    ResponderEliminar
  20. Retrato del muchacho uno mismo (?)o el tópico aunque no total, que al cabo de... no se perdona, casi, la propia adolescencia.
    Chulo, conquistador supuesto, lleno de seguridades o sea, ninguna...Me acuerdo, me suena, me enternece ¿qué quieres?
    Ya sabes que el Quinto, de 17, las pasó canutas, otros tiempos, que no se maduraba porque a esa edad se tiene la edad, pero a golpes te hacían adulto, o sea, a empujones, los echaban a vivir o a morir. De todos modos aún ocurre, digo yo.
    Las mamamos más dulces, pero luego, algunos dan la talla como seres humanos y no quiero señalar.

    Alfredo, le has dado la vuelta a la tortilla de cuando veo...te veo, no esperaba menos de tu poderosa forma de escribir, siempre irónica y especial !salve! y perdona el retraso, acabo de volver !ya! de Madrid.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario