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Cuentos de andar por casa: La silla se va de viaje.

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La silla se va de viaje. Es la pequeña y es su primer viaje. Yo, su madre, la mecedora, no lo tengo nada claro, pero su padre, el sillón, dice que ya es mayor, que tiene que espabilar y ver mundo. Parece que fue ayer cuando Tomás, nuestro carpintero de cabecera me dijo: «María, vas a tener una silla». Salió del revés: primero las cuatro patitas, luego el asiento, cuadrado y horizontal y por fin un respaldo abarrotado de barrotes. Recién nacida olía a roble fresco De niña sentía la emoción de los primeros descubrimientos. Aquel culito blanco que acariciaba, escurriendo, las tiernas nalgas sobre su resbaladizo cuerpo; hasta que alguien decidió que había que tapizar el asiento con loneta de colores. Aquella base, cuadrada y horizontal, que iba creciendo en altura, con almohadones superpuestos, tal y como se hacía mayor, Carmencita. Siempre fue transparente. Su mirada limpia, a través de los barrotes torneados, encontraba el límite en la prolongación hacia el suelo de las cua

Cuentos de andar por casa: Pavarotti o el trágico final de un seductor.

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¡Adiós, amigo! Pavarotti aleteó escapando por la ventana abierta de par en par al reclamo de su amada Callas. Él, loro, papagayo, perico y ella, cacatúa, cotorra, periquita. Ambos, gregarios y monógamos, aunque enamoradizos repetían e imitaban incansablemente las melodías que, el uno a la otra y la otra al uno se intercambiaban por el patio de luces. A esa hora, cada día, Pavarotti solía visitar a Callas, la lora del quinto, y le recitaba de memoria el primer verso de «Poesía eres tú» de Bécquer. Seductor como buen loro. Coqueto como buen loro. Parlanchín como buen loro y soberbio como buen macho regresaba horas más tarde con alguna pluma de la lorita en su curvado pico. Prueba fehaciente de su conquista y trofeo silencioso que sólo podía compartir consigo mismo. Un día, al salir, una ráfaga traicionera cerró de golpe la ventana. En su vuelo ascendente se debatía entre el dilema de si esa deseada e inevitable visita tres pisos más arriba tenía que ver con una determinaci