Este jueves, relato: Plop, plop
Plop… plop.
Creo —me
atrevería a asegurar— que todos tenemos uno. Algunos, dos o tres.
Mi plop… plop es un tic, tac… tic, tac.
Mi tic, tac vela a mi lado; vive, reza,
duerme, bosteza y hasta ronca conmigo. Es díscolo, trasgresor, inicuo. Se
manifiesta caprichosamente con un secuencial y molesto orden. En un primer
sueño, el más profundo, me descubre a un niño saltando un muro. Lo recuerdo a
trozos, como fragmentado, sorteando charcos de agua embarrada, aupándose
sin llegar hasta la cara superior de esa pared, cubierta de vidrios.
Mi tic, tac me moja
el cuerpo. Me confunde. ¿Ese niño…? Le intento ayudar pero sus piernas se
escurren entre mis manos. Me fijo en sus ojos, no tiene. Después de dar vueltas
en la cama, voy al baño, bebo agua, apago la luz y escondo de nuevo mi
subconsciente bajo la almohada.
Mi tic, tac me dibuja
al niño indefenso, frágil, amenazado y le grito: «¡Salta! ¡Date prisa! ¡Te
ayudo!» Mi grito, mudo, se apaga. A lo lejos, un Kalashnikov escupe su cargador
y una ráfaga de balas a 700 metros por segundo se abre paso hacia la espalda
morena del niño… El impacto suena a metálico: «tic, tac; tic, tac…»
Como cada día, mi tic,
tac… se esconde a las 7 de la mañana y otro plop, plop, de más rango y arrojo aparece en escena: «Rinnnnnnnnnng, rinnnnnnnnnng, rinnnnnnnnnng…»
La alarma de mi despertador me avisa, es hora de levantarse. Noto húmeda la
almohada, la toco con mis dedos que llevo a mis labios; saben a barro o... ¿es
chocolate?
Que
extraño, solo ha sido un sueño al compás del tic, tac; tic, tac.
[Pintura de Antoni Tapies]
Bueno, has cumplido el reto de este jueves que es la mar de difícil, pero te salio de primera.
ResponderEliminarUn abrazo y muy feliz tarde.
Me has dejado muda con esa ráfaga de balas. Me mataste los plop plop que pasaba a buscar pero entre tic tac que no esperaba me sumergiste de lleno en una realidad que nos ahoga toda la inocencia que alguna vez todos tuvimos. Un abrazo
ResponderEliminarNo puedo menos que felicitarte de verdad por la forma de enfocar estos plop que, insisto, no era nada fácil, pero te aseguro que tu perspectiva es digna de quedarse con ella. La cotidianidad de los sonidos traspasados por otras fuerzas que nos nublan, que con la inocencia o la creatividad de quien se refugia en lo que una vez fue, y lo distorsiona a modo de juego aunque la realidad nos trastoque.
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena, Alfredo.
Un beso.
Pues vaya cruz de tictac. Mejor tener insomnio. Y luego ir a trabajar...
ResponderEliminarDramático relato
Saludos
Tienes un plop muy interesante, Alfredo
ResponderEliminarAbrazo
Sorprendente final para un relato que conforme avanzaba me encogía el corazón.
ResponderEliminarUn saludo
Tu plopado relato me ha parecido muy interesante y completo. Cœmo surgen mundos de la almohadaby del primer sueño... Gracias por participar y un plopabrazo desde Málaga.
ResponderEliminarSí que ha sido una extraña escena... Al final pensaba que lo que nota el protagonista en sus mejillas son lágrimas, lo cual cuadraría con el plop, plop... Pero ¿barro o chocolate? Hum... Habrá que investigar.
ResponderEliminar¡Saludos jueveros, Alfredo!
Un alucinada muy linda, pero yo prefiero poder dormir, la verdad. ;.)
ResponderEliminarUn texto muy chulo. Un abrazo y feliz tarde
Menos mal que volví a pasar, porque veo que no salió mi comentario. ¡Vaya, sueño el tuyo a pleno galope y mucho tic tac! ¡Menos mal que no hay buuuum bummmm ni rascatrash!
ResponderEliminarUn abrazo, Alfredo
(aunque lo de la ráfaga de Kalishnikov en la espalda del niño es... aterradora)
ResponderEliminarEsperando tu convocatoria.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, te dejo un texto que creo sintoniza con tu propuesta ;)
ResponderEliminarSaludos.
https://alfredcomermaprat.blogspot.com/2013/09/era-una-casa-abandonada-tenia-las.html