Este jueves, relato. Déjà vu.
La lluvia me acompaña 24 horas al día, diluvia con intensidad. Las enormes e interminables gotas al chocar contra la tierra, emiten un ruido amenazante que te recuerda que estás a su merced, su insistencia y mi sumisión van de la mano.
Asomado a la ventana de la habitación, no veo el momento de salir. 35 grados húmedos y mojados, son las lluvias largas en Tanzania.
Cuántas horas, hasta que de por terminado el día y regrese de nuevo a esta jaula de oro con cretona inglesa en los muros y algodón indio en las ventanas.
Extraño estas cuatro paredes, nunca serán mías. Me sobrecoge su proximidad y me asombra su lejanía. Sin embargo ahora, mientras espero, es todo lo que tengo, un refugio con mosquiteras, que bailan suaves al ritmo del run, run del ventilador.
Mientras espero, me vence la monótona y persistente cadencia. Por un momento, despierto a la realidad y contesto a la señal de la recepción: -Gracias, bajo enseguida-
Al cerrar la puerta, el golpe seco me recuerda la rutina de los últimos 21 días... Juraría que este momento, el del último, ya lo había vivido antes.
Nairobi, Agosto 2012
Tu texto hoy Alfredo me deja regusto a tardes de espera, si tardes o días en los que las horas parecen que se deslizan sin a penas hacer ruido. Van despacito mientras uno lo que desea es que todo se precipite.
ResponderEliminarMuy bello.
Un abrazo.
Juraría que estas cretonas las había visto, y la mosquitera en Tanzania...juraría que revivo y vivo o vivo y revivo. Juraría que estas letras me inquietan y me enamoran y me duelen.
ResponderEliminarAlfredo, besitos muchos que te lleguen cerca.
Tu relato me evoca cierta ambientación de películas de los 50 -60 e, donde los aventureros europeos viajan a sitios lejanos buscando hallar lo que no sienten encontrar en su casa. desde allí, en esos sitios tan lejanos aunque se halen próximos, ellos sienten su vida en un libre fluir de destinos y misterios sonde no son extraños ni improbables dèjá vues tan sutiles como el que os relatas.
ResponderEliminarSumergida en esa atmósfera suspendida me voy, no sin dejarte un abrazo juevero!
Me encanta contemplar la lluvia desde una ventana y observar los dibujos que sus gotas esbozan sobre el suelo encharcado. Estupendo el dèjá vu que me he montado leyéndote.
ResponderEliminarComo siempre, un placer tus letras.
Un abrazo.
Maat
Alfredo, me extrañaba que no hubieras participado, tú que no fallas mucho; pero como dices, más vale tarde. Veo que los amigos estaban pendientes.Bueno ya he colgado tu enlace.
ResponderEliminarA veces quiesiéramos tener otras vidas y eso se refleja en nuestros sueños, como a tí te pasó; aunque ese golpe de puerta te suene a que lo vivistes ya.
Un abrazo
Me llama la atención que diga que esas cuatro paredes nunca serán suyas y después...reciba una llamada de la recepción...así que está en un Hotel de ahí esa sensación de desapego aunque reconozca que es lo único que tiene y lo considere un refugio dónde sobrellevar la espera.
ResponderEliminarLos días son pura rutina y no es difícil tener un dèjá vu sobre todo si la lluvia hace acto de presencia.
Un abrazo Alfredo.
Porque me encanta la lluvia, el ruido y el olor que deja detras de las ventanas, porque en run-run del ventilador me suena insistente en los oidos...
ResponderEliminarsoledad espesa, como para no vivirla de nuevo.
Un beso
wauuu siempre es un placer leerte deslizarme por tus letras a pesar de que sigue lloviendo afuera..
ResponderEliminarFeliz domingo!!
Es el eterno día de la Marmota querido Alfredo. Ese sonido de la lluvia cayedo persistente siempre deja recuerdos de otros momentos vividos.
ResponderEliminarUn abrazo
La sensacion del que vive de hotel en hotel de estar siempre igual, de haber ya vivido esas sensaciones, un deja vu con origenes en la monotonia de la repeticion.
ResponderEliminarUn abrazo
Voy lenta en mis comentarios en esta vuelta a los jueves, el no estar al 100%, me tiene disipada la concentración y vuelvo a leerte.
ResponderEliminarLeo de monotonía y quizás recuerdos, un sueño, en la habitación de hotel de cualquier lugar, no ha de ser necesariamente en Tanzania, en ese silencio que a pesar del ventilador le deja escuchar su propio latido, el dejá vu de la soledad ,el deja vu de un portazo.
Precioso relato en la calidez de tus palabras. Un beso grandote amigo
yo diría que diría una vez que estoy por marcharme...yo diría que diría una vez que ya no estoy aquí...yo diría que diría una vez que ...¿dónde esto?'..yo diría que diría una vez que ¿acaso soy yo, que acaso estoy acá o allá?
ResponderEliminaryo diría QUE TE DESEO LO MEJOR EN ESTE VIAJE DE NEGOCIOS...
MEDIO BESO, ALFREDO.
Alfredo, la lluvia , la habitación sin dueño, pintas un paisaje que parece estar esperando tu vuelta, quiza me equiboco, pero diria que a ese sitio quisieras volver, haciendo un DÉJÁ VU,intimo, y lleno de belleza. Me gusto leerte.
ResponderEliminarPerdona mi tardanza, pero la entrada de la primavera, me absorvio el fin de jajjaj....Besos Lucia.
un excelente relato amigo! un abrazo!
ResponderEliminarMe transportó a esas tarde tardes de verano, esas tardes de sol intenso que nunca acababan cuando era niña. A esa espero eterna...
ResponderEliminarMuy buena imagen, una descripción plástica que valdría un haiku maravilloso.
Besito.