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Este jueves, relato: "Obsesiones"

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    Marta, tecleó el punto y final con el que cerraba su relato. Un tema construido y desarrollado con minuciosidad, imaginación y un poco de sal. Editó y añadió una foto para ilustrar el argumento de su escrito. Lo etiquetó como: “Relatos”, y algo más específico: “Obsesiones”.     M arta, mimaba sus textos, para ella eran como pequeñas obras de Arte colgadas en las paredes de un museo intangible. Tecleó “Enter”, publicó su historia y se fue a dormir. En ese momento empezaba una carrera obsesiva, que compartió entre sábanas consigo misma.     A la mañana siguiente, con la taza de café en la mano, conectó su portátil y abrió su página personal: www.marta-unsolocorazon.blogspot.com releyó su entrada una y otra vez, se gustó, intentó imaginar qué efecto habría causado en sus anónimos lectores, desvió la mirada ansiosa buscando posibles comentarios y comprobó que:     "0 corazones latieron conmigo”     –Es un poco pronto. -se dijo-. A mediodía, repitió la operación, le

Ernest Lluch

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(Obra de Ibán Ramón)            Eran las 10 de la mañana, Iñaki Gabilondo dirigía el programa con más audiencia de la radiodifusión española “Hoy por Hoy” de la cadena SER. Dolorosamente emocionado hizo una pausa para rendir un especial homenaje a su amigo Ernest Lluch y presentó la que según él, era el aria favorita del catedrático catalán:     "O Mío Babbino Caro" (Gianni Schicchi), sonó llenando el más absoluto de los silencios, quedando la canción de Lauretta unida para siempre a la memoria de Ernest Lluch. Fue un intelectual valorado, un político respetado, escritor comunicador, profesor, parlamentario, ministro socialista, rector de universidad y hombre extraordinariamente sencillo.                               Esta semana se cumplen 14 años de su asesinato a manos de ETA.      La Plaza del Diamante, le recuerda con cariño mientras escuchamos la música de Puccini.                      

Los domingos, Limpieza General: "Relato en Construcción" Aireando viejos relatos

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   Me paré delante del gran edificio y entré, no podía demorar por más tiempo mi incertidumbre. En aquellas cinco plantas estaba la inspiración que necesitaba para empezar, la fuerza para continuar y la magia para terminar.    Delante del ascensor dudé de nuevo, pero cuando se abrió de par en par, sentí una atracción hacia su interior inevitable. Estaba solo y mi imagen se reflejaba en cientos de yoes en su paredes acristaladas.  El elevador se puso en marcha y ascendió sin más ordenes que las de mi deseo. Unos segundos y se detuvo anunciando a través de una metálica voz:    -¡Planta primera! Argumentos, Temas, Propuestas. - Cerré los ojos y sentí como los cuentos más inauditos se recolocaban en mi estantería mental. Siguió  subiendo-.   -¡Planta segunda! Personajes, Chicos, Chicas, Niños, Animales. -Elegí rápido, para esa historia de Amor con dos me bastaba-.    -¡Planta tercera! Seducciones, Pasiones, Desengaños. - De la estantería que enfrentaba a la cabina, cogí el