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Este jueves, relato. "Los ciegos también escriben"

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El doctor le quitó con esmerada delicadeza el vendaje que cubría sus ojos y d espués de una vida entre sombras, Juan conoció la luz. Al regresar al pueblo, quiso ver por primera vez, el árbol en el que un día prometió amor eterno. El corazón garabateado a tientas, lucía claro a pesar de sus peleas con el viento y la lluvia. Lo vio y la obviedad le decepcionó. Con tristeza cerró los ojos. Era mucho más corazón cuando lo adivinaba recorriéndolo con su índice. Mucho más suyo, cuando abrazado a su amada sentía el palpitar de ambos. Desconcertado se preguntó, si aquel milagro había merecido la pena. Mas puntos de "vista" el el gratis de Gus 

Sentado, en la arena de la Bahía.

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(Un viejo libreto y cuatro textos de antesdeayer) Libro 1º         Escucho a Rodolfo (Luciano Pavarotti), mientras suelta la mano de Mimí (Mirella Freni), quien yendo hacia atrás, encuentra una silla sobre la que se deja caer, abatida por la emoción… “¿Chi son? Sono un poeta. Che cosa faccio? Scrivo. E ¿come vivo? Vivo”. (La Bohème. Acto Primero) “Al caer la tarde entramos en Montevideo. No me apunté a la excursión. Achanté la mui y aguanté a bordo, que es lo sano. La chavala se puso de morro y me salió con que ella prefería no comer a perder la oportunidad de ver el Uruguay. La dije que bueno, pero ni intención. Ella porfió y yo acabé diciéndole que yo me visto por los pies y que acá y allá, en mi casa mando yo. Terminamos mal y se largo al camarote sin despedirse. A mí que me registren. El sol tiene ya color de otoño. ¡Qué cosas! Retrasamos los relojes otra media hora. Mañana a la mañana en Buenos Aires. A lo que dicen ya

Este jueves, relato. "Vivir en las nubes"

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En las nubes del Zodíaco Siempre creyó en la interpretación de los signos, o más bien en aquellas particularidades que más le favorecían. Los perseguía y leía con ansiedad. Buscaba similitudes y se engañaba a sí mismo. Se autoconvencía de que aquellas cualidades le pertenecían y apropiándose de ellas construía una personalidad aparente. Modelaba de fuera a dentro, de arriba a bajo y el torso que le salía, quedaba hueco e inconsistente. Capas de barro como mentiras, cogidas con pinzas al vacío. La realidad es que era un signo de tierra y él estaba siempre en las nubes. Su símbolo representaba la lucha por no perderse en lo abstracto y en lo emocional, sin embargo siempre se veía atrapado en sentimentalismos y emociones que nublaban su razón. Escudriñaba su relación con otros signos de sexo opuesto, y se dispersaba en ensoñaciones imposibles, que le alejaban de su realidad más obvia. Le era cómodo y estimulante recrearse en calificativos, que cogidos al vuelo pren