Este jueves, relato: Se fue la luz.
La luz se ha
ido… y nadie sabe cómo ha sido.
Me ha dejado solo,
descompuesto y en la total de las oscuridades, ahora en su ausencia reconozco
que tenía razón, le he hecho la vida imposible, he subestimado su paciencia...
Todo
empezó la semana de Navidad; hasta ese momento estaba fielmente iluminado; la
casa brillaba con colores de fiesta; el Hall y el pasillo lucían en techos y
paredes; el Salón y el Comedor presumían con destellos uniformes; los
dormitorios eran lunas encendidas y la cocina un desfile militar con la
lavadora, el lavaplatos, microondas y frigorífico marcando el paso a ritmo de villancico.
Ya sabemos que
tener luz no es ninguna ganga, no es un regalo ilimitado, pero es rencorosa y
vengativa y jamás me perdonará que en Nochebuena, Papá Noel me regalase un
equipo japonés de Aire Acondicionado Frio-Calor de más de 4.000 vatios. Fue la
gota que llenó el vaso, y magnetotérmicos, diferenciales y demás interruptores
saltaron por los aires.
Ahora es el
momento de las velas y los candiles, de interiorizar y cerrar por un momento
los ojos, las cosas importantes se ven mejor a oscuras... ¡Veremos más y más allá!
Inside... Ahora es el momento. Nunca mejor dicho,ni mejor elegido el día.
ResponderEliminarCon los ojos cerrados, muchas veces se puede ver más lejos, o más adentro y mejor.
Besos. (yo también volví al "jueves" pero bueno, estando de vacaciones...)
Que ingenioso. Así que es cuando salta la llave, porque ofender a la energía electrica por exceso de trabajo.
ResponderEliminarBien escrito.
Que sirva al menos, para reflexionar!
ResponderEliminar=)
Eso te pasa por no ampliar la energía contratada. Pues buenos son estos de las eléctricas, para aguantar que se le cuelen invasores japoneses con hambre de vatios.
ResponderEliminarLo bueno es que has comprendido, que sin todo eso también se puede vivir.
Un abrazo.
Creo que tú has salido ganando.
ResponderEliminarEs increíble cuando empezamos a enumerar todos los artefactos del hogar que funcionan con luz. Somos lumodependientes.
ResponderEliminarEs que no se puede abusar con tanto aparatillo molón, después pasa lo que pasa, que la luz dijo, basta. Hay que aprender a vivir a oscuras.
ResponderEliminarun abrazo
Me gusta la reflexion del ultimo parrafo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre hay para ver, lo bueno es elegir.
ResponderEliminarSaludos
Cuando llega la hora de la oscuridad, es el momento de ver con los ojos vueltos. Sabemos que la luz cuesta y cuesta mucho, pero a veces sucumbimos a su encanto irresistible sin pararnos a pensar en su elevado coste.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pienso que deberíamos cerrar los ojos antes de que se fuera la luz.
ResponderEliminarDE este modo quizás aprenderiamos a no mallbaratarla, y podríamos pensar mejor mirando hacia dentro.
Saludos y besos de luz natural
A mi me ha dado mucha penita que no pudieras estrenar tu maravilloso aparatito de frío- calor.
ResponderEliminarEl año que viene pidele a los reyes que pasen por la oficina y contraten más potencia, ¡ Desde luego la culpa es de ellos !!
Besos con cariño.
Si es que al precio que está ¿cómo contratar más watios? claro que luego pasa lo que pasa... Yo me quedo con los ojos cerrados a ver si descubro más, mucho más.
ResponderEliminarBesos.