Este jueves, relato. Historias alrededor de una taza de café.



Infidelidades, alrededor de una taza de café

-...Por favor, un descafeinado con leche entera, ¡Ah! de máquina y con azúcar moreno, muy caliente, y ya puestos... si es tan amable, en taza de porcelana.-

Tomás, que para las comandas de los cafés no solía tener problemas de memoria, necesitó hacer un esfuerzo, mientras ponía en funcionamiento su Gaggia, recordando y repitiendo en voz baja el pedido de este nuevo cliente.
Con precisión prusiana, sirvió el pedido, que acompañó con unas dulces y variadas galletitas de trigo.

Elena recién instalada en el barrio, le agradeció el detalle, comentándole lo difícil que a veces, le resultaba darse a entender y con el desinterés con el que también a veces, equivocaban alguna parte de su solicitud, obligándole a reclamar, hasta que su desayuno estaba tal y como a ella le gusta.

Tomás se acostumbró a la presencia de Elena. Cada mañana, en los “Buenos días”, compartían un gesto cómplice, que él acompañaba con un: -¿lo de siempre, Elena?-

Ella, estiraba el tiempo de su desayuno, disfrutando cada sorbo y cada bocado, haciéndolo coincidir con los escasos minutos en los que Tomás se desenganchaba de su cafetera, para compartir con ella su segundo café de la mañana.
El café rápido de él y el descafeinado pausado de ella, celebraron estos deseados encuentros en la barra, en un diálogo fluido y amistoso.

Los sentimientos que dan paso a la pasión, se mantenían vivos cada mañana alrededor de ese juego, presidido por aromáticas y cremosas espumas.
Tomás y Elena veían crecer los jolgorios en sus corazones. Y las coincidencias, provocadas, alimentaban leves pecados de pensamiento.

Era difícil asumirlo por indirecto, pero eran conscientes de sus respectivas secretas infidelidades, y disfrutaban complacidos el echo de que la comunicación y el deseo entre dos personas que comparten íntimamente un café, es a veces más placentera que la que se produce regularmente en la cama.


En esta ocasión el sexo, tenía sabor a expreso de Colombia y a galletitas recién horneadas.


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Comentarios

  1. El suyo, de ella, era pausado. En cambio el de él, por contraposición suya a lo femenino. ràpido y corto.

    Y es muy cierto.
    Por lo demàs, ee peca, ha dicho nuestra religión catolica, simplemente con el pensamiento.

    Inevitablemeente, por lo tanto ha existido la infidelidad en cada gesto que he acompasado alguna vez con alguien, de un modo placentero.

    Tésalo

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  2. Un exquisito aroma el del café así compartido! jejeje...toda una tentación!

    Un abrazo.

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  3. Cualquier acto puede ser bellamente erótico si va acompañado de ciertos gestos, pensamientos, aromas o sonidos. basta con no cruzar la línea de lo sensual.

    besos.

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  4. Añade un chocolatito a la naranja o a la menta, y esa infidelidad cafetera se convertirá en pasión entre aromas a moka.
    Cierto, a veces basta un café, compartido. Bueno Alfredo, además de verdadero y bien escrito. !Ave!
    lástima en Roma no conocían el café.

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  5. Juntos, café para dos
    fumando un cigarrillo a medias,
    Juntos, cualquier situación de broma entre las cosas serias.
    El mundo entre dos, diciendo a los problemas adiós.
    Juntos café para dos....
    Si tu eres así, que bueno que ahora estes junto a mi.

    Me ha encantado tu relato y me ha traido a la memoria esta canción de Paloma San Basilio, que a la vez me ha traido recuerdos muy entrañables, juveniles y felices.

    Un abrazo

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  6. Lo de siempre, Alfredo: muy buen relato, jajaj.
    Hoy el café está parcitularmente sabroso, debe ser la lluvia.
    un abrazo

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  7. La magia y misterio del cafè,poniendo de manifiesto lo sabrozo de una relacion especial,a la cual no hay que explicar,sino simplemente olfatear y degustar.

    Tiernamente bonito amigo Alfredo

    abrazo cordial

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  8. El café era el puente, el nexo, la atracción perversa de hacer el amor con la mirada, con el pensamiento...ajenos a la vida individual de cada uno.
    Esos momentos eran de ellos, el resto del mundo no importa....

    A veces la relaciones sexuales plenas pueden no ser tan excitantes,,
    un besito

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  9. Tienes razón, Alfredo, a veces en un café, en una mirada, en una galletita recién horneada hay más carga erótica que en el sexo más explícito.

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  10. Dejas meridianamente claro con tu relato, que el juego amoroso, la complicidad con el pensamiento, los sobreentendidos, pueden ser tan ricos o más que el propio acto amoroso. Es cuestión de empatía y química.
    La infidelidad se muestra palpable en tu relato sin que exista contacto físico.
    Un abrazo.

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  11. La infidelidad pasa mas por el corazón que por la cama?. Si, los hombres suelen adherir a esa idea (o la usan como excusa, no sé como es). La infidelidad puede pasar por cualquier lado cuando uno se deja llevar o seducir. Puede ser un café o la habitación de un hotel ... da lo mismo, el punto es desentrañar que significado tiene la acción.
    Aia, la estoy complicando.
    Es un tema para debate creo.
    un abrazo

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  12. Pues si,lo cierto que el tomarse una taza de café puede ser más placentero que otras cosas. Esas historias de amor o de amistad con la complicidad de una taza de café, son mágicas y dan para mucho.
    Un abrazo

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  13. El pensamiento es la única parcela a la que nadie tiene acceso, alli la infidelidad se saborea para nutrir las grietas que la rutina va dejando.
    Un beso

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  14. veng0 de leer una deelicia...la de natali...hag0 escala en el siti0 de D0N ( h0y d0n p0r que sí) alfred0 y m t0p0 c0n 0tra delicatessen 0 c0m0 se escriba...¡¡¡que sueve eres, d0n alfreed0 en estas palabras que has dejad0 para e jueves cafeter0!
    en h0ra
    bue
    na y gracias p0r la deicatessen...
    salud0s...d0n alfred0...p0r h0y¡¡¡

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  15. Conozco a muchos de esos pidiendo el café jajaja, aunque Tomás lo tenía fácil, ya que solo era uno, pero cuando vienen una cuadrilla y a cual mas complicado es la repera! ajjaa

    Buen desenlace, amor, café, y galletitas

    un abrazo

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  16. Queridos colegas de los Jueves, este café me ha sabido a gloria bendita.

    Gracias a todos.

    Alfredo

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  17. Pareceré un disco rallado, más... ¡me ha encantado! lo has contado con pocas palabras y te ha salido redondo como las galletitas,el olor ha llegado hasta aquí.

    Un guiño con aroma incluído hasta ahí.

    Mimí

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