Delibes, "Milana bonita"


" Se iniciaba ya el otoño. Los árboles de la cuidad comenzaban a acusar la ofensiva de la estación. Por las calles había hojas amarillas que el viento, a ratos, levantaba del suelo haciéndolas girar en confusos remolinos. Hicimos el camino en la última carretela descubierta que quedaba en la ciudad.

Tengo impresos en mi cerebro los menores detalles de aquella mi primera experiencia viajera. Los cascos caballos martilleaban las piedras de la calzada rítmicamente, en tanto las ruedas, rígidas y sin ballestas, hacían saltar y crujir el coche con gran desesperación de mi tío y extraordinario regocijo por mi parte.
Ignoro las calles que recorrimos hasta llegar a la placita silente donde habitaba don Mateo. Era una plaza rectangular con una meseta en el centro, a la que se llegaba merced al auxilio de tres escalones de piedra. En la meseta crecían unos árboles gigantescos que Cobijaban bajo sí una fuente de agua cristalina, llena de rumores y ecos extraños. Del otro lado de la plaza, cerraba sus confines una mansión añosa e imponente, donde un extraño relieve, protegido en una hornacina, hablaba de hombres y tiempos remotos; hombres y tiempos idos, pero cuya historia perduraba amarrada a aquellas piedras milenarias. "

La sombra del ciprés es alargada (fragmento)

"Pero a Daniel, el Mochuelo, le bullían muchas dudas en la cabeza a este respecto. Él creía saber cuanto puede saber un hombre.
Leía de corrido, escribía para entenderse y conocía y sabía aplicar las cuatro reglas. Bien mirado, pocas cosas más cabían en un cerebro normalmente desarrollado. No obstante, en la ciudad, los estudios de Bachillerato constaban, según decían, de siete años y, después los estudios superiores, en la Universidad, de otros tantos años, por lo menos. ¿Podría existir algo en el mundo cuyo conocimiento exigiera catorce años de esfuerzo, tres más de los que ahora contaba Daniel? Seguramente, en la ciudad se pierde mucho el tiempo -pensaba el Mochuelo- y, a fin de cuentas, habrá quién, al cabo de catorce años de estudio no acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o una boñiga de un cagajón. La vida era así de rara, absurda y caprichosa. "

El camino (Fragmento)

Gracias, Maestro.

Comentarios

  1. Por los fragmentos que has publicado puedo entender la magia que emanaba en sus relatos. Acabo de conocerlo. Casualmente vengo de un blog donde también le han rendido un homenaje. Si bien la muerte no se priva de marcar finales, cuando muere un artista, sobrevive su obra, así que seguirá estando por siempre.

    Gracias por abrirnos las puertas a sus letras.
    Un abrazo.

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  2. Abrir sus libros,
    aunque sea a través de una película,
    es encontrar
    una riqueza enorme de palabras
    de personajes,
    es abrir una ventana a la naturaleza.
    Y eso... queda con nosotros
    en cada página,
    en cada imagen,
    y en cada recuerdo que
    cada uno pueda tener de Él.
    De todos modos
    se siente esta pérdida....

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  3. Un escritor de la naturaleza de todo tipo. La naturaleza, en el concepto de los campos, los rios, las tierras, que describía como nadie, asi como a su gente.

    Y la naturaleza del hombre. Sus múltiples facetas, formas de pensar y de ser.
    Inolvidable Personajes en "Los Santos Inocentes" y, un viaje en un psicoanálisis profesional, al alma de una mujer, en "Cinco horas con Mario"....

    En casa tengo varios libros de él, que ahora son ya un tesoro.
    Maestro, gracias por dejarnos tus historias, tus personajes y tu alma...
    D.e.P

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  4. me añad0 a gracias maestr0 que dices en esta entrada, alfred0...
    l0 era
    y l0 seguira siend0...
    el y y0 n0s hem0s cruzad0 entre lineas leidas p0r mi y escritas p0r el...
    una g0zada...

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  5. No lloremos su pérdida anunciada, solo estamos un poco tristes. Nos deja su obra, lo mejor de sí mismo, gran hombre, sencillo, apartado del ruído, sério castellano, rotundo al expresar lo que sentía, admirablemente honesto, elegante Miguel.

    Gracias Alfredo por los fragmentos, lo último que leí de él es "El hereje", magistral alegato contra la incomprensión y la barbárie inquisitiva, Don Miguel siempre alerta, nunca ausente del ser humano, en esta obra también me hizo respirar el paisaje sin excesos, concreto, vivo y sentido. Era hombre de observar la natura callado, empapándose para luego escribirla como nádie.
    Dejé un homenaje en mi blog, el mejor que podemos rendirle es seguir leyéndolo, un placer, era el más grande escritor en lengua castellana desde que empezó, eso opino. Bsitooo algo triste.

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  6. Un gran maestro no ha dejado,pero nos queda sus letras,un gran legado.

    Besos

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  7. Excelente homenaje Alfredo !!
    un abrazo amigo

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