Este jueves, relato. En Prisión.
Queridos hijos: Por fin me decido a escribiros. Hasta ahora los ánimos no me han acompañado y mi cabeza ha estado perdida intentando sin conseguirlo una explicación que ordenase mis ideas. Sé que mi estancia aquí, no va a ser prolongada, pero un solo día entre estos muros es una prueba demasiado dura para no abandonar en el intento. A las 10’00 de cada mañana abren las puertas del patio, es el único momento en el que mi ansiedad se disipa y me alío con los colores del cielo abierto. Busco el movimiento de las nubes hasta que desaparecen en el horizonte forzado de las paredes que por el lado opuesto, (el que no veo) tienen el color de la libertad. Aquí, en este solar descubierto, la fiel espera se consume entre impaciencias y la soledad entre esta multitud es más soledad todavía. Cuando cae la noche y con ella el silencio, todo queda a punto para el arrepentimiento, pero un ejército de un solo alma, se revela y renueva mis convicciones. Tal vez os preocupe lo que