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Desempolvando textos

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En alguna ocasión recordaba el desdichado destino que tienen nuestras entradas.  Se solapan unas a otras, amontonándose como expedientes de Juzgado y disfrutando de una corta vida; justo, la que tarda en aparecer la siguiente publicación. Afortunadamente no son testigos de papel que siendo actuales hoy, son el envoltorio del bocadillo de mañana, pero es ley de Blogger.  Hoy, cuando estoy próximo a las 500 entradas, lo hago rescatando aquel primer texto, con el que me estrené en los "Sábados Literarios..." en Abril de 2009 Qué pasaría si yo no fuera yo? Sé quien me gustaría ser, pero esa no es la cuestión, la cuestión es, ¿quién sería en realidad? Miro a mi alrededor y me fijo detenidamente en mis hipotéticos otros yos. Quizás aquel joven, vestido de semana santa,  solemne, serio y oscuro, está pálido y parece enfermo, camina demasiado deprisa y parece que va a ninguna parte para ser yo. Quizás este otro adulto, ¿Qué lleva puesto? parece un uniforme, variada

Este jueves, relato. Jefe, que no voy a...

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          Más farras de quedarse en casa en la fiesta de Gus

Este jueves, relato. A mano...

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A mano. Moldear y acariciar al tiempo que se crea lo desconocido. Imaginar que las manos húmedas toman el barro y perfilan el volumen del deseo. Modelar sin pausa, extasiado, en un caos de conexión emocional con el elemento natural  y lanzar las manos a la aventura de la creación. Los dedos calibran el fondo y se hunden en la superficie inmediata, o hábiles, repican cincelando pliegues, arrugas y arterias, que vivas se adueñan del espacio y del tiempo. Las manos no destruyen, sólo  transforman. Indistintamente de la magnitud de la obra y una vez terminada, el artista, convulso, enloquecido por tanta belleza y desatando una cólera contenida le golpea en la rodilla exigiéndole que hable…  ¿Por qué no me hablas?   Y ante el silencio de la piedra cae vencido a sus fríos pies. Más manos con sus cinco deditos en los guantes de Dorotea