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A fuego lento. Museo Peggy Guggenheim - Venecia

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El paseo por el Gran Canal, es uno de los más recomendados en la visita a Venecia. Sus palacetes de fachadas húmedas, los viejos hoteles de aspecto rancio y los estucos de las paredes luciendo la más amplia gama de colores. La vista se va acostumbrando a esa riqueza de matices, sensaciones e historias escondidas entre la estrechez de sus callejuelas. El museo Peggy Guggenheim es una sorpresa blanca, fresca.  Un volumen diferente, presidido en su terraza delantera por una escultura ecuestre de Marino Marini de una obscenidad subyugante . Después de disfrutar con la abstracción, el surrealismo y el expresionismo abstracto, su restaurante es la mejor escala para reponer equilibrar fuerzas. El Antipasto, es el aperitivo frío servido antes del plato principal, plato tradicional de la cocina italiana. Incluye desde especialidades del chef hasta las sencillas aceitunas. Su objetivo es abrir el apetito sin saturar los sentidos. Un preludio al gran banquete de carnes o

Este jueves, relato. "A la luz de una vela"

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Su voz era como un susurro cansino, hablaba y hablaba sin obviar detalles. A esas horas de la noche, los pormenores sobre la historia de nuestra familia me adormecían sin poder evitarlo; bueno, era la noche y no los pormenores, pues había sido yo el que había animado a mi madre a contarme de nuevo esas aventuras que tanto me entretenían. Con la cabeza apoyada sobre el mantel de hule, la miraba en un esfuerzo agradecido por ser como era. Ella, mientras hablaba seguía cosiendo, pespunte tras pespunte, hilván tras hilván. La vela, constante, sabía que no podía consumirse antes de que ella acabase su trabajo. Sus manos y los bajos de aquel traje de novia estaban iluminados al cien por cien, la penumbra era la dueña del resto. Su rostro, quedaba sesgado en un contrastado claroscuro. Era guapa, ancianamente guapa, sus arrugas parecían tener nombre propio. Los ojos perseguían la aguja, haciéndola coincidir con la tela y después con la superficie metálica del dedal. T

Este jueves, relato. "Quehaceres paralelos"

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Tengo  respuestas imposibles  para todas las preguntas posibles. Todas…  menos para una. Toda una vida de compartir conmigo mismo el mayor de mis secretos. Dejando translucir solo opiniones divergentes  y emociones convergentes, con el único objetivo que esconder un Arte Paralelo.  Una vida tangencial al margen de lisonjas y tormentas. Una doble cara. Un antifaz verde fósforo sólo visible en la oscura soledad. Un taparme con la palma de la mano los ojos en pleno día para distraer mi desconcierto, mi  gemela e impresentable otra personalidad. Pero ahora, desnudo y comprometido, sé que ha llegado mi hora, la de la verdad. De nada me vale desviar la atención disfrazándome tras un engañoso código bloguero de cartón piedra o de una exquisita apariencia con sombras de dudosa propiedad. Ahora, saboreando mi engaño y mi secreto, viene Gastón y me obliga a destapar mis otras cosas, esas que posan sedimentadas en el fondo del armario. Eso por lo que no cobro, aunque  me pa