Este jueves, relato. Desnudar el Corazón, en pretérito perfecto simple.
Divague. Nuestros estados de ánimo no siempre son coincidentes, y es posible, que cuando a unos se nos afloja el lagrimal, a otros les pueda el caos de una confusa identidad personal. Con lo cual, la necesaria conexión emocional, inexplicablemente se repele como polos del mismo signo. Por eso, es difícil desnudar nuestro corazón hasta tal punto, podría ser incluso, irrelevante o contraproducente. Relato. Me emociona pensar que he servido para algo y que he servido a alguien. Hoy, con 64 excusas para justificar mi paso por esta senda de elefantes, miro hacia atrás y busco entre imágenes en sepia un momento sublime, tan especial y tan mío, que sólo yo sea conocedor de su existencia y me atreva a vomitarlo. Pero los recuerdos, (incluso los del futuro) se amontonan. Se solapan edades, personas, lugares y circunstancias, como los naipes de una baraja ordenando un Solitario... Y tengo que jugar, aunque sea conmigo mismo. Los vuelvo sobre el tapete, que huele a vida vivid