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Idea Vilariño.

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Buscamos cada noche con esfuerzo entre tierras pesadas y asfixiantes ese liviano pájaro de luz que arde y se nos escapa en un gemido. Idea Vilariño

Una tarde con Nino.

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"Sufro al pensar que el destino, logró separarnos...” así empezaba la canción “Mis noches sin ti” que Nino nos dedicó a Regina y a mí, en un concierto,  a l que fuimos a verle la  tarde de nuestra boda. Vicente Moya “Suco” era su manager, y nos invitó a todos los amigos a asistir al citado concierto en una población próxima a Valencia. Más fiesta y emotividad no se le podía pedir al acontecimiento. Había conocido a Nino unos días antes, Vicente me acompañó a su casa para supervisar unos trabajos de Decoración y Amueblamiento que le estaban terminando y con los que no estaba satisfecho, me impresionó gratamente una habitación enmoquetada en blanco y con las paredes tapizadas en naranja, unos focos en el techo iluminaban diferentes marcos con los discos de oro y platino conseguidos hasta ese momento y un único mueble, que era un impresionante piano negro. Después de sucesivos encuentros, me pidió que empezara a trabajar en un Proyecto de Macro Disc

Amparín.

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El tren conocido popularmente como Alcazareño, tenía prevista su llegaba a la estación término de Valencia a las 21.15, pero siempre llegaba con retraso. Se le conocía por ese apodo porque la estación de partida era la de Alcázar de San Juan, histórica población de la provincia de Ciudad Real. Su salida era de madrugada y el recorrido por tierras castellanas y manchegas, hasta entrar en la provincia levantina era lento, permanentemente interrumpido por la cantidad de estaciones y apeaderos en los que paraba para recoger viajeros con destino a Albacete y Valencia. Regresaba en el Alcazareño como en otras tantas ocasiones, sentada en un banco de madera corrido y cargada de cajas, bolsas y paquetes; en tal cantidad que parecía imposible que ella sola hubiera podido subirlas y redistribuirlas por los desnudos anaqueles del compartimento de aquel incomodo vagón de tercera clase. Eran tiempos, que aunque algo distantes de la posguerra, la precariedad y escasez con la que vivía el pu