Las Fallas y yo,
Mi relación con el mundo de las Fallas ha sido especialmente difícil, con toda seguridad un incidente sucedido siendo niño, en el que los falleros de mi barrio, pusieron de manifiesto lo tremendamente cruel, que una decisión clasista e irrelevante, puede con el tiempo trascender en la que sería a partir de ese momento una continua y alimentada disposición adversa hacia las Fallas y su entorno. Nunca le he vuelto la espalda a los acontecimientos Falleros, pues si bien es cierto que a pesar del torpe comportamiento de aquellos vanidosos y falsos falleros, siempre he sentido con lógica y evidente emoción la esencia y los detalles de una Fiesta , que aunque a veces no lo parezca, pertenece a todos aquellos que son capaces de percibir con un mínimo de sensibilidad, (que no-sensiblería) sus autenticas señas de identidad, y que obviamente no son, ni las diferencias sociales, económicas o culturales, ni tampoco los excesivos y empalagosos adornos de reconocimiento a una Tierra y a un