Este jueves, relato. Un regalo inspirador.
Cuatro fueron los muertos. Cuatro los espíritus que siempre en aquella Noche de Reyes, se manifiestan a través de las cuatro únicas farolas encendidas en el Boulevard. Sucedió de madrugada, cuando el día abre sus puertas y la noche se viste de pasado. Cuatro disparos a la razón. Primero Elena, luego los dos niños... El ruido de una secuencia caprichosa y equivocada. Cuatro balas de las que sólo una de ellas hizo justicia, pero desgraciadamente esta fue la última. Más regalos cruzados en casa de Gaby