Este jueves, relato. SE VENDE (a cuatro manos)
Aquel lunes de otoño de 2020, Tomás, responsable de mantenimiento, llegó al museo puntual como cada mañana. Le llamó la atención un cartel colocado en lo alto de la puerta que, en grandes letras fosforescentes, rezaba así: “SE VENDE” . Perplejo y desconfiado, esperó la llegada de Don Antonio, el Director. Él le sacaría de dudas. -Es una decisión de las altas esferas- le contestó su jefe. -El Ministro ha dicho ya su última palabra. Ha decidido que hay que cerrar y venderlo todo por cambio de orientación en el negocio. ¡Malos tiempos para el Arte, Tomás! Ahora “molan” otro tipo de valores. Y no va a consentir por más tiempo la exposición pública de todo ese material obsceno y subversivo: Ese borracho con las uvas babeando por la cara, o ese otro de las Tres Gracias, clara e intolerable demostración de lesbianismo, o esa Maja enseñando su cuerpo de forma lasciva. ¡Esas Lanzas de Breda que acaban recordando la Independencia de los Países Bajos! Y todas esas tonel