¿Y Gustavo?
La Princesa está triste... ¿Qué tiene la Princesa? Este duro leñador, que hace un poético fuego con los troncos que pedal a pedal va dejando en el camino. Que irreverente nos gana el voto de una presidencia virtual. Que queriendo, (por que es muy listo) nos emplaza, provoca, estimula, semana tras semana en el noble empeño de dejar algo de nosotros en un papel de plasma. A veces, a este duro leñador, le pesa el hacha, le confunde el bosque y los periquitos le vuelven loco. (por eso yo, no tengo periquitos) A veces, a este duro leñador, le entran ganas de ponerse el mono de faena y subirse a los tejados y esconderse en la noche de los cementos y en la lluvia de las varillas de encofrar; por que dice que desde ahí arriba se ven mejor las estrellas y aunque empapado de melancolía y tristeza, el cielo de Vezdemarbán es el más claro y limpio para esos menesteres. A veces, este duro leñador, le falta el aire. Ese que sobra en sus campos y que frío le rebana las orejas.