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Mostrando las entradas etiquetadas como Este Jueves...

Este jueves, relato: Miradas

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Mi mirada se fija en el cristal y su imagen se dibuja frente a mis ojos. Es nítido su contorno, y su inexistente volumen acentúa un falso gesto en dos dimensiones. Pura fachada. Un mar de dudas. Un valle de desconciertos. Es la misma de siempre. Pero... ¿Qué sé de él? Siempre me confunde, me seduce con sus frescas facciones oliendo a temprana ducha de agua fría. Quiero acercarme a él, y él se deja lo que se deja, todo y nada. Quiero conocerle mejor, y él me enseña solo mi cara, lo demás no existe. Imploro, ruego, demando, suplico y mi seriedad se ve amenazada por una cruel e irónica risotada y, a continuación... me da la espalda. Mañana de nuevo, frente al espejo, me pediré  explicaciones, una vez más mientras esté delante: -Por favor desnuda tu alma ¡Quiero conocerte! Más miradas con matices diferentes en su Blog  

Este jueves, relato. Título sorpresa: "La silla va de viaje".

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   Es la pequeña y es su primer viaje. Yo, su madre, la mecedora, no lo tengo nada claro. Pero su padre, el sillón, dice que ya es mayor, que tiene que espabilar y ver mundo.   Parece que fue ayer cuando Tomás, el carpintero de cabecera me dijo: María vas a tener una silla, y recién nacida ya olía a roble fresco. De niña sentía la emoción de los primeros descubrimientos. Aquel culito blanco que la acariciaba, escurriendo las tiernas nalgas sobre su resbaladizo cuerpo, hasta que alguien decidió que había que tapizar el asiento con loneta de colores. Aquella base que iba creciendo en altura, con almohadones superpuestos, tal y como se hacía mayor Carmencin.    Siempre fue transparente. Su mirada limpia a través de los barrotes torneados encontraba el límite en la prolongación hacia el suelo de las cuatro patas sobre las que se sostenía.    Hoy, unos barnizados después, se va de viaje al bosque de la vida. Paseará entre robles nobles, hayas en sayas, pinos pintureros, y tomará

Este jueves, relato: Una canción, un recuerdo.

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        Me señalé haciendo el pino. Mi agilidad para mantenerme perpendicular al suelo no era ningún mérito, tenía la edad y la motivación necesaria para extenderme en piruetas que llamaran su atención.     En el país de los ciegos el tuerto era el rey. Y yo, en aquel pueblecito de la Mancha era un Quijote entre tanto Sancho. Sólo se trataba de figurar, de atraer, de seducir, en definitiva de presumir de lo que no era, pero parecía que era. Un chico de capital, con vaqueros de marca, un reloj de pulsera y un diminuto transistor a pilas.  Algo impensable a principios de los sesenta para aquellos niños de pantalones de pana con culeras, alpargatas de esparto y pelo al cero.     La culpa era de Rufina la hija del panadero, los ojos más grandes y bonitos de la plaza, que con sus largas trenzas y su rojiza piel llena de pecas, arrancaba deseos en el baile al run run de la canción del Dúo Dinámico. Fue nuestro primer beso, pero demasiado tarde para regalarnos el segundo. Estas cos

Este jueves, relato: Argumentos Oníricos.

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   Dormido, me deslizo hacia un lateral de la cama, y apoyando los pies en el tibio parquet me incorporo lentamente. Me adivino paseándome en la penumbra que cubre el recorrido hasta el balcón. Mi primera visión se detiene ante un espantapájaros, vestido con mi ropa de ayer. Lo intuyo en la oscuridad de la habitación, acaricio sus hombros que reflejan las luces que se cuelan desde el exterior. Erecto, suficiente, ordenado, arriba esto y debajo lo otro.     El extraño maniquí, al que siempre le ha faltado el sombrero de paja, me saluda ausente, descabezado, parco en palabras. Lo suyo no es la interlocución. Solamente una vez, en un alarde de locuacidad me confesó que su fuerte era vigilar mi sueño, testigo del paseo de mi alma hacia el balcón.       El objeto no tenía nombre, en el onírico mundo de mi inexistencia no hacía falta, sólo vigilaba. Su sexto sentido era suficiente para identificar y señalar cada uno de los misterios de aquel rosario en blanco y negro que guiaba m

Este jueves, relato: La Máquina del Tiempo.

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Mi vida está dividida en cuatro cuartos. Los tres primeros ya están consumidos; el cuarto, como lo fueron todos antes de suceder es una incógnita. Estos cuatro cuartos son exactos, cada uno de ellos comprende 22 años. Mi ocupación en estos meses es viajar a los tres primeros -pasado-,  y al cuarto -futuro- con mi peculiar transportador de materia. Hace unos meses regresé del final del primero. Me vi con uniforme, sin galones, el pelo al cero, -casi como ahora- fumador empedernido de glorias benditas al alucinante ritmo de los Pink Floyd. Irresponsable, sabelotodo y torpe.  Semanas atrás la máquina me llevó a mediados de la segunda etapa. Mi pelo había crecido. Comprometido con las causas perdidas y rey de la oscuridad en una noche que dominaban los grises. Errando en lo esencial y engañándome en los detalles.             Ayer me desintegré en el tiempo y arañé unos minutos de la tercera etapa, esa que ya dibujaba en color, pero a la que necesito retrotraerme para olerla, toc

Este jueves, relato: Compartiendo el final.

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Este jueves la propuesta viene de la mano de Lucía . Ella nos da el final del relato (entrecomillado en rojo) y nosotros ponemos lo que precede. Le dijo que lo de ellos no podía continuar. Esa decisión, sólo añadió algo de drama a su corazón quinceañero recién estrenado en el ejercicio de amar. La sombra de sus ojos delataba una triste oscuridad seguida de unas lágrimas que no merecía. Era diecisiete años más joven que él.  Un aventajado loco, experto en fabricar y romper sentimientos de cristal. Su dedo acusador le señalaba como el inconsciente instigador de esa engañosa locura de la que se sentía víctima. Alejandro provocó su ansiedad, sus dudas, y también el fin de aquel laberinto de deseos gastados que brillaban cuando lo veía. Guardaba aquel anillo de papel que arrancó de un tirón, ya no significaba nada para ella, en el suelo seguiría siendo sólo la vitola de un apestoso habano. El viento le acarició de costado, y sin llorar decidió alejarse de él. Todavía hoy oye e

Este jueves, relato: El caso Nisman

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Querida Cristina: No sabes cómo te entiendo. Es injusta la gratuidad con la que se nos carga de un lastre inmerecido las alforjas de nuestro destino.  Nosotros que lo abandonamos todo a cambio de nada. Nuestros mejores años quedan perdidos inmersos en un sueño que la mayoría de nuestros beneficiados súbditos no entiende. Nuestro tiempo lejos de la familia, la frialdad de nuestras horas muertas y la renuncia a los más que merecidos entretenimientos. Por no hablar de la sacrificada pero necesaria escasa remuneración. Somos frágiles chivos expiatorios. Como pasa con los niños, siempre es bueno que haya un cándido responsable para vaciar sobre sus cansadas espaldas toda la mierda que una minoría radical y bolivariana se le antoja descargar. Sin embargo sólo unos canallas podrían considerar como signo de progreso, que unos absurdos chismes sean reflejo de la auténtica verdad. Así pues, envidiada Cristina ¡Se fuerte! y ¡Aguanta! que eso es ruido para unos días pero silencio par

Este jueves, relato: LLorar de Felicidad.

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Había oído hablar de él. Sabía que era grande, con todos los tonos de grises, verdes y azules. Los verdes y azules me los tuve que imaginar, los grises no cabían en mis ojos. Siempre en movimiento, ocupó durante todo aquel Agosto la pared encalada del cine de verano. Esas imágenes me hipnotizaron con sus mil caras. Su ir y venir, siempre en movimiento. Aquella noche en el cerro de los ángeles a la sombra del molino grande, lo soñé por primera vez. -Algún día, me dije. Ahora sesenta años después, por primera vez a escasos centímetros de su piel, sobrecogido y minimizado por su tamaño, le planto cara y me emociono. Sigue sin caber en mi mirada, menos todavía cuando mis ojos empiezan a humedecer y empequeñecer frente a él. Amado Mar, desconocido amante. ¿Puede mi adulto corazón resistir tanta belleza sin romper en un inevitable llanto por tanta felicidad?

Este jueves, relato: Escritura creativa... a elegir

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Mª José Moreno, dando una vuelta más de tuerca nos propone una ficción en la que entre otros elegimos: el título “Tras el origen”, la primera línea “La chica de las pecas tuvo un presentimiento...”, y cinco palabras a utilizar “edad, bestia, tenderete, falsificador y cuervo”. En su Blog , podéis leer más relatos.                                                                   Tras el or igen.     La chica de las pecas tuvo un presentimiento... no todo lo que le rodeaba era humano. Ella misma tenía dudas. Esas pecas de color verde fósforo, le daban un aspecto de bestia sin edad  flotando en agua salada a merced del falsificador, que convertía sus días oscuros por noches iluminadas. Arriba, escondido, quedaba el cielo estrellado que sólo se adivinaba a través de cortinas hiladas, como un tenderete de algas varias.     La chica de las pecas verde fósforo, tuvo una duda, cómo había podido construir su vida en aquella cárcel de mares revueltos. Debía de haber mares

Este jueves, relato: Se fue la luz.

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La luz se ha ido… y nadie sabe cómo ha sido. Me ha dejado solo, descompuesto y en la total de las oscuridades, ahora en su ausencia reconozco que tenía razón, le he hecho la vida imposible, he subestimado su paciencia... Todo empezó la semana de Navidad; hasta ese momento estaba fielmente iluminado; la casa brillaba con colores de fiesta; el Hall y el pasillo lucían en techos y paredes; el Salón y el Comedor presumían con destellos uniformes; los dormitorios eran lunas encendidas y la cocina un desfile militar con la lavadora, el lavaplatos, microondas y frigorífico marcando el paso a ritmo de villancico. Ya sabemos que tener luz no es ninguna ganga, no es un regalo ilimitado, pero es rencorosa y vengativa y jamás me perdonará que en Nochebuena, Papá Noel me regalase un equipo japonés de Aire Acondicionado Frio-Calor de más de 4.000 vatios. Fue la gota que llenó el vaso, y magnetotérmicos, diferenciales y demás interruptores saltaron por los aires. Ahora es el m

Este jueves, relato: Invierno

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A pesar de su edad, -y de su nombre- Sigfrido no había visto nunca el invierno. Nació en primavera hace dieciocho años y su vida había trascurrido invariablemente de la primavera al verano, del verano al otoño y de éste de nuevo a la primavera. Dieciocho años sin conocer las Navidades, las rebajas de Enero o el día de San Valentín. Su reloj temporal le permitía revivir cada nueve meses los mismos acontecimientos; lo cual por otra parte era lo normal, pues nueve fueron los meses que él recordaba desde que su papá puso la semillita en su mamá, hasta el día que vio la luz por primera vez. Sólo conocía los tres cuartos de todo, y por supuesto desconocía el significado de las palabras Enero y Febrero. Su existencia estaba llena de misterios, de ausencias, de lagunas, incógnitas estas que potenciaban su curiosidad por las cosas. Un día de Diciembre, creo que el veintiuno, se despertó en la parte del año equivocada, una que él desconocía, y que no era ni la primavera, ni el verano

Este jueves, relato: OVNI

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Yo nací en un OVNI, -no fue idea mía-. La abducción de mi madre ya en el octavo mes de gestación y un largo viaje interplanetario me hicieron aparecer una mañana flotando en el ingrávido espacio de la cabina 7722. Un cordón umbilical de polímeros de topacio lunar sustituyó al original en el tiempo que iniciaba mis primeros años cautivo y de los que nada recuerdo.  De ese pasado desconocido, no puedo renegar, salvo que en él fuera intencionadamente perverso.  Hoy, adulto -creo yo- y una vez vomitado a la tierra, me debato entre la confusión y el terror de una vida de la que espero no tener nada que ver, pero con la que tengo que cargar sí o sí. Me dijeron que no había retorno, que no había otra vez. No existe la segunda vida, salvo ésta que alojada en una inmensa cabina huele a podrido por todos sus costados. De momento es la única y no valen los conocimientos almacenados de la primera. No sé qué hago aquí, me dejaron sin libro de instrucciones y en la encrucijada debe estar

Este jueves, relato: Cartas... Cartas... Cartas...

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     Valencia, Uno de Noviembre de 2014      Querido José:      Hace muchos años que no sé de ti… ¡Me casé!  Espero que al recibo de ésta te encuentres bien, yo estoy en la gloria… te cuento: Tengo nueve hijos y estoy esperando otro para Mayo.      María José es la mayor, se casó el pasado año, la veo poco, casi lo mismo que cuando estaba soltera, siempre ha sido “culo de mal asiento”.      Rubén es el segundo, tiene 22, todo un carácter como su padre, y como su padre, se toma todos los privilegios.      Marta es la siguiente, vive con un poeta melenudo desde hace años, dice que no traerá a este asqueroso mundo ningún hijo; espero que no se lo tome en serio, aunque yo creo que es ese Bécquer de pacotilla el que no vale.      Julia y Pilar, llegaron a la vez, gemelas para todo, el mismo estilo, las mismas ambiciones, los mismos errores y el doble de disgustos.     Elías, va a continuación, se cree único porque ha escrito un libro, como si no supiera que para mí, todo

Este jueves, relato: Cumpleaños

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    Tomás cumple años, ¡cincuenta! para ser más exactos; pero no todo en él cumple los mismos años. Su corazón, ese que se subió a su tren en marcha para caminar juntos, también los cumple. Lo siente como suyo, tanto que no podría vivir sin él.     A veces le cuesta seguirle, se detiene, le espera y siempre le alcanza a tiempo. Comparten sol y sombra. Todo al margen de ellos dos, parece mundano e innecesario.     Por todo eso, le gustaría fundir eternamente sus vidas, pero ese corazón prestado es veinte años más joven que él y eso, a Tomás, le asusta. Le preocupa que dentro de un tiempo no les gusten las mismas cosas, y que un día sin avisar, él, se sienta viejo.     Tomás hoy cumple cincuenta años, su corazón, el que le donó un extraño, sólo treinta...     ¿Qué se le regala a tu corazón, cuando es sensiblemente más joven que tú? Más cumpleaños en la Plaza de Alfredo

Este jueves, relato: "Obsesiones"

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    Marta, tecleó el punto y final con el que cerraba su relato. Un tema construido y desarrollado con minuciosidad, imaginación y un poco de sal. Editó y añadió una foto para ilustrar el argumento de su escrito. Lo etiquetó como: “Relatos”, y algo más específico: “Obsesiones”.     M arta, mimaba sus textos, para ella eran como pequeñas obras de Arte colgadas en las paredes de un museo intangible. Tecleó “Enter”, publicó su historia y se fue a dormir. En ese momento empezaba una carrera obsesiva, que compartió entre sábanas consigo misma.     A la mañana siguiente, con la taza de café en la mano, conectó su portátil y abrió su página personal: www.marta-unsolocorazon.blogspot.com releyó su entrada una y otra vez, se gustó, intentó imaginar qué efecto habría causado en sus anónimos lectores, desvió la mirada ansiosa buscando posibles comentarios y comprobó que:     "0 corazones latieron conmigo”     –Es un poco pronto. -se dijo-. A mediodía, repitió la operación, le

Este jueves, relato: "Supersticiones"

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    A Trececillo de la Torre se llegaba a través de carreteras secundarias; quedaban atrás aldeas, ermitas y ruinas de un casi desaparecido castillo medieval del siglo XIII. El pueblo te recibía con un paseo atiborrado de cipreses. -doscientos trece- Una sola calle, la Mayor y después... nada.     Sus pocos habitantes, Ciento trece, eran supersticiosos de las supersticiones, obstinados creyentes de la mala suerte y confiados inocentes de buscar la adversidad.     Cuando se producía un nuevo alumbramiento , el más anciano se moría a propósito... el censo no se podía alterar. Trece gatos negros que por alguna ancestral bendición, sus hembras, parían trece gatitos negros. Las damas pintaban de rojo sangre sus labios frente a cristales rotos en trece pedazos.     Trece segundos, no doce ni catorce... ¡TRECE! se utilizaban para cruzar la Plaza, subir a la torre o llenar los cubos en cualquiera de las trece fuentes que abocan sus cristalinas aguas en el pueblo.         Hasta

Este jueves, relato: Información periodística.

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Un somero acercamiento al periodismo de ficción. En el prólogo del libro “Este jueves, relato”  -que no deja de ser un ejercicio periodístico que fija en fecha y papel las inquietudes de un colectivo- nuestro Jefe de Redacción Luis Arias más conocido por Tésalo, en un alarde de abstracción editorialista, subrayaba estas pequeñas joyas: “Una convocatoria es un abrazo, por lo tanto no hay lugar en ellas a imposición alguna…” “La vocación, ¡por fin!... ella es la clave”  “He sido de ti, como has sido de mí a lo largo de estos años, nos hemos hecho uno y otro cada jueves” Casi tres años después, las rotativas siguen escupiendo convocatorias y respuestas en un bucle que no parece tener fin. Desde mi columna, una más, me tomo la licencia de lanzar al aire esta “información periodística” que es un homenaje al padre de la criatura: Querido Tésalo, este jueves próximo podría ser más o menos el que hace 250. Mucha batería se ha consumido desde ese inicio del 2010 en e

Este jueves, relato: Matrimonio Impuesto.

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Aurora se preguntaba cómo había llegado hasta ese punto.  Una situación para la que no había una explicación lógica. Todo parecía normal, pero la realidad era muy distinta y detrás de aquel regalo envenenado envuelto en papel de celofán le llovieron las dudas. ¿Es acaso la obstinación una imposición? ¿Lo es la ceguera, la ambición, los intereses, el patrimonio…? Cerró los ojos, e intentó justificarse a sí misma. Ambos eran un buen partido, sólo había que programar, ordenar, y poner en marcha los medios que justificaran el fin. Las palabras jugaban a disfrazar los significados:  Cuando decías Futuro, estabas diciendo Presente.  Cuando decías Compañero, estabas diciendo Vínculo.  Cuando decías Tener o Dar, estabas diciendo Intercambio.  Cuando decías Amor, estabas diciendo Querer. Le atrajo la Película en la que representaban a sus brillantes protagonistas, un guión adaptado cuya primera escena les deslumbraría para luego desnudarles a traición delante de su espectado

Este jueves, relato. "Encrucijada"

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     En la encrucijada te juegas la vida, no la vida física, que también. Esencialmente la vida en lectura de futuro. La elección es vital, a partir de ese momento, las cosas serán de forma diferente a como hubieran sido con la elección contraria.      En la encrucijada, no eliges entre algo bueno o malo. Entre el blanco o el negro. Entre el camino de la derecha o el de la izquierda. Entre la vida o la muerte. Eliges entre dos apariencias iguales, dos cosas buenas, dos blancos parecidos, dos caminos similares, dos vidas atractivas. Luego, es el destino el que te descubre lo malo, el negro, el camino incómodo o la muerte.      En su encrucijada, él, tenía que elegir entre ella y el otro. Los corazones pesaban lo mismo, los mismos placeres, las mismas promesas, el mismo amor, pero futuros diferentes. Al primer segundo después de tomada la decisión su vida ya estaba escrita. Un mundo de ENCRUCIJADAS en el Blog de Pepe

Este jueves, relato: Idiomas.

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      Los besos no hablan inglés, ni francés, ni suajili. No hay idiomas para las caricias, las miradas, los gestos, y el Amor se expresa de tal forma que no necesita traductor; pero, si existe un espacio físico donde este se conjuga en todas sus formas escritas posibles es en “Le Mur des Je t’aime”.       Pocas veces se puede repetir en tan poco espacio y en 311 idiomas un sentimiento tan universal como la expresión: "Te Quiero"  612 baldosas de lava esmaltada, forman en 40 m2 . lo que se conoce por "El Muro de los Te Quiero" situado en la Place Jehan Rictus de Montmartre, París.      Un nexo de unión y reconciliación que refleja la imagen del Amor y la Paz, como estrellas en un firmamento azul. 教室フアン·カルロスのその他の言語