Este jueves, relato. "A la luz de una vela"
Su voz era como un susurro cansino, hablaba y hablaba sin obviar detalles. A esas horas de la noche, los pormenores sobre la historia de nuestra familia me adormecían sin poder evitarlo; bueno, era la noche y no los pormenores, pues había sido yo el que había animado a mi madre a contarme de nuevo esas aventuras que tanto me entretenían. Con la cabeza apoyada sobre el mantel de hule, la miraba en un esfuerzo agradecido por ser como era. Ella, mientras hablaba seguía cosiendo, pespunte tras pespunte, hilván tras hilván. La vela, constante, sabía que no podía consumirse antes de que ella acabase su trabajo. Sus manos y los bajos de aquel traje de novia estaban iluminados al cien por cien, la penumbra era la dueña del resto. Su rostro, quedaba sesgado en un contrastado claroscuro. Era guapa, ancianamente guapa, sus arrugas parecían tener nombre propio. Los ojos perseguían la aguja, haciéndola coincidir con la tela y después con la superficie metálica del dedal. T