Este jueves, relato. Describir una fotografía.
Aún no son las dos de la madrugada, y ya empiezo a hablar solo.
Hace horas que por aquí no pasa un alma. El silencio me abraza y a veces se transforma en miedo y me atenaza... me pesa la guardia.
-¡Alto! ¿Quién va?...
Nadie, el viento o algún animal.
Ese coche... ¿dónde irá? Algún día me gustaría ir en uno, con mi familia, y conducir hasta el amanecer. Kilómetros devorando la noche y abrir los ojos en cualquier ciudad del norte del país... algún día. Son las cuatro, tengo sueño.
Ayer no fue un mal día, Claudia está contenta... creo que me quiere; hoy cuando acabe, le escribiré unas letras. Miro a todos lados con el rabillo del ojo, tengo que estar alerta, como dice el sargento: “anticiparse al enemigo”... pero ¿qué enemigo? Y en cualquier caso, estaría más preparado con un par de cafés entre pecho y espalda.
¡Mira, ya amanece! No recuerdo quien tiene que relevarme, pero a partir de ese momento todo será más fácil. Quiero confundirme con l