Este jueves, relato: Un giro inesperado.
—¿Qué es el destino? Se preguntaba el poeta mientras sentía el peso de una metafísica gravedad sobre su pecho. Hasta hace unos días no creía en él. Era poeta. Poeta existencialista. Poeta de reivindicar. Poeta de contestar. Poeta de anti todo.
—¿Qué es el Destino? Se seguía preguntando en medio de aquella
nueva oscuridad. Hasta hace unos días se respondía a sí mismo repitiéndose que,
el destino, no es ni más ni menos que el tino, sin des, con el que se hacen las
cosas.
En su caso la excepción confirmaba la
regla. Qué era si no esa circunstancia que padecía o disfrutaba casi a diario,
sin excepción, irremediablemente, da lo mismo la hora o el lugar; hasta el
punto de replantearse creencias y fabulaciones respecto a por qué sucede todo,
generándosele dudas existenciales que minan sus más torcidas convicciones. A estas
alturas estaréis preguntándoos, qué es eso tan trascendente que cada día, sin
excepción, tambaleaba su fe en lo puramente circunstancial. ¿Es eso el destino,
el azar, o error, un acierto o tal vez una mano negra que altera la vida retrasando
o adelantado su recorrido.
Cada día durante un mes, desde que empezó
aquella obra, al llegar al andamio protector, lo sorteaba bajándose de la acera
hasta superar la zona de peligrosidad. No era de pasar por debajo de los
andamios ni de las escaleras, hasta que aquella mañana desafió a su suerte y
quiso ser rebelde consigo mismo. Qué tontería ese comportamiento tan convencional.
Se enfrentaría a ese destino en el que no creía, vencería la adversidad y convencido
una vez más, seguiría su camino.
Ahora en el fondo de su tumba se pregunta de
dónde salió aquel ladrillo que le impactó en la cabeza resolviendo todas sus
dudas para siempre.
A este pobre hombre, Poeta existencialilsta, que no encontraba respuestas a sus preguntas, quiso saber más sobre el destino de las personas, y en cuanto se puso a buscar en serio, tuvo la mala suerte de hallarla. No se puede ser tan curioso. Un abrazo.
ResponderEliminar¿Destino o imprudencia? ...tal vez, cuando te llega la hora no importa si desafías o no la suerte. Pasa.
ResponderEliminarBuen relato Alfredo, me gustó. Un beso.
Los curiosos se arriesgan buscando nuevos retos, pero no siempre se encuentra lo deseable o la respuesta correcta. Un giro fatal para tu protagonista.
ResponderEliminarSaludo
Muy buen relato Alfredo, menudo giro que tuvo.
ResponderEliminarUn beso.
Yo por si acaso lo sorteo, nunca se sabe. Muy buen relato, con un giro verdaderamente inesperado.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Qué es el destino? Se preguntaba el poeta existencialista y albañil. Quizás el destino sea el ladrillo que le abrió la cabeza justo el día que decidio no ser supersticioso y pasar por debajo de aquella escalera.
ResponderEliminarSi el demonio tiene sentido del humor, tiene que pasarlo en grande con nuestras estupideces.
Un relato muy bueno.
El destino o la casualidad? Por cierto yo tambien evito andamios y escaleras con los errores humanos nunca se sabe. Muy buen escrito. Besos.
ResponderEliminarTanto ejerciendo el libre albedrio, como desafiando al destino, fue una pesima idea dejar de ser prudente.
ResponderEliminar¿Será más leído después de su muerte?
Bien contado. Fue un giro inesperado, sobre todo para él.
El destino quizo que su trayectoria se tropezara, ¿he dicho trayectoria?, no, no fué su trayectoria, fué un ladrillo el que encontró su cabeza causándole la muerte. ¿Podría haberlo evitado?, esa es la pregunta que responde a la existencia o no de eso que llamamos destino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado eso de que el destino es el tino con que se hacen las cosas, sin "des".
ResponderEliminarMe parece que ese eso tienen los desafiantes, una vez que el desafio les sale bien, lo convierten en una regla, imprudentes las mas de las veces
ResponderEliminarMe ha encantado el relato Alfredo, es un giro ingenioso!
Abrazo