Este jueves, relato: La muerte
La muerte, no muerte. La muerte, anunciada , golpeó de repente. Fue una triste madrugada de sábado. Pensaba que todo era una misma vida; sin embargo, cuando esa parte de mi cuerpo se desprendió del resto, me sentí mutilado. Algo se le había descolgado y, no obstante, seguía caminando. En mi corazón el trozo más grande que me quedaba continuó latiendo. Pensando que en cualquier momento mi descompensación me daría de bruces en el suelo. Estaba falto de equilibrio, sorprendido por la ausencia de entendimiento y por un futuro al que se le acababan de extraviar algunos objetivos vitales. Faltaba la referencia, el norte, y el castillo se desbarataba hasta derrumbarse a pedacitos. Caí en redondo. Sabemos que a todos nos toca, pero yo lo había olvidado. Somos llamados según una nómina que solo el enemigo conoce. Mientras se espera el turno, en voz baja, inventamos un pasado que a duras penas encaja en nuestro desenfocado presente. Antes de ingresar a este último sector teníamos nomb