Sábado literarios de Mercedes. Mordiendo el lápiz

Mercedes empieza con: ¿Cómo fue?... Sí, lo recuerdo… Me acompañaba a casa. Yo estudiaba con las monjas. Él me esperaba en la puerta, con sus libros y sus quince años. Me regaló un anillo de hojalata precioso; lo fabricó con sus propias manos. Venía a mi barrio después de la merienda. Jugábamos a “matar” (ese juego de pelota donde apuntas con el balón a uno del equipo contrario, lanzas y, si le das, pasa a ser tu prisionero). Apareció otro chico. Otro chico que se había obsesionado conmigo. Yo no le hacía ni caso, pero él no cesaba en su empeño. Un día, recuerdo que dejé a la pandilla en la calle y subí con mi amiga a la azotea de casa. Le estuve comentando que andaba hecha un lío: el chico del anillo de hojalata me gustaba; el otro se derretía por mí (y eso también me gustaba). Entonces, mi amiga me agarró del brazo y me llevó al borde de la terraza. -Mira ahí, abajo (y sacó el dedo de señalar): ese está loco por ti. Y ese otro es tu alma gemela. Ahora, tú decides…Me di la vuelta, escu...