Remasterizado, corregido y programado, publico este divertimento, mientras me congelo en tierras del transilvano Drácula. Impenitentes borrachos Hacía una noche de perros, llovía a cántaros y los parroquianos se refugiaban entre aquellas gruesas paredes que protegían el interior de la Venta conocida como de El Toboso. Las jarras del mosto manchego corrían de mesa en mesa, en especial en aquella del fondo, donde inestables siluetas, competían ironizando sobre los pormenores de sus recuerdos. Ebrios de vino y pasión, agudizaban sus ingenios para descabalgar al otro, provocando cómplices risotadas entre la cada vez más divertida concurrencia. Miguel, con su enésima jarra en la mano arrastraba las palabras, gruesas y sentenciadas por los efectos del rojo caldo; que en ese momento, avanzada la madrugada, evidenciaban su ebriedad. Guillermo, algo menos consumido, sutil y agudo respondía con la lengua trabada, inmerso en una densa borrachera, que había paralizado los escasos m