Feliz 2014 (desde el descaro y la contradicción)
Hoy, cuando caiga la noche y con ella la fiesta, todo quedará dispuesto para un nuevo día. Un día que amanecerá en silencio. Prólogo de un año en el que todavía nos tenemos que acomodar buscando la ocasión para reencontrar nuestro Yo. Ese, al que esta noche, con dos copas de más le haremos prometer que envejeceremos dignamente escribiendo en una servilleta sobre la espalda de nuestro acompañante la consabida retahíla de deseos de enfrentarnos a todos y contra todo, especialmente aquello que está quieto y se pudre. Seamos jóvenes y contradictorios, por vocación, por convicción, por naturaleza, porque SÍ...