Este jueves, relato. Dibujos Animados
Pues sí Gustavo, ya que lo
nombras a mí también me gustaba Heidi, y Pedro, ese amigo suyo que marchó a los
Andes en busca de su mamá… ¿O era Marco? No sé, hace tanto que dejé de ser
niño, que los nombres me bailan en la cabeza.
Añoro ese columpio, ese entrañable
Niebla, esa ovejita blanquita como la nieve blanca y esas cumbres de papel
Albal por las que asomaban los Alpes Suizos.
Sabías que el verdadero
nombre de Heidi era Adelaida
Siempre pensé que cuando
fuese abuelo sería como el de Heidi, tan pulcro, con su barba blanca y sus
quehaceres aparentemente intrascendentes en la montaña y sin embargo tan
metido en su papel de adulto ejemplar y conciliador. No así como la odiada Sta.
Rottenmeier, fea y antipática como un demonio, a la que obviamente Heidi, ganó
la partida en la compañía y preferencias de la adinerada Clara.
Pero hoy, amigo Gustavo, se
llevan otras cosas… Caracoles que se creen coches, animales que se sublevan en
la granja, aviones que se hacen la puñeta, ninjas asesinos, gigantes de color
guisante, enanos azules que nos mueven los bosques, y monstruos, muchos monstruos.
Todo un catálogo de
personajes de diferente pelaje a los que es difícil hacer un hueco en nuestras
vidas.
Querida Johanna, como te
echamos de menos...
Recuerdo con nostalgia y agrado a Heidi, Pedro, el abuelo y a Clara. Madre mía cómo pasan los años, Alfredo.
ResponderEliminarUn abrazo
Llevas toda la razón, Se echa de menos la candidez de aquellos cuentos de nuestra juventud. Los de ahora, tienen que tener gigas, memoria ram, megapilxes, algo de violencia y desde luego seres que no se parezcan en absoluto al hombre normal.
ResponderEliminarPasa el tiempo: ¿pero para bien?
Un abrazo.
Los tiempos han cambiado y los dibujos son reflejo de ellos, pero por muy inocentes que fueran los nuestros y muy sofisticados que sean los actuales,siempre tendrán a los niños con la boca abierta ante ellos. Es su poder.
ResponderEliminarOleolioli ooooooooooooo ¿era así el cántico entre montañas? Me acuerdo de Heidi, hoy estará hecha una pollita (ojo al interpretar) o más bien esté por jubilarse. Y Marco era el que buscaba a su mamá, no te líes Alfredo, abuelito ejemplar sin falta de barba poblada. Aiins qué tiempos de almibar azucarado amenizado con lagrimitas oportunas, era lo que había y no estaba nada mal. A cada epoca sus dibus animados. Conste que el dibujante japo de Heidi es uno de los maestros de la animación japo.
ResponderEliminarBesito animado y contento.
Evocar estos personajes nos retrotrae a nuestra infancia, donde las animaciones ciertamente, hacían destaque de otros tipos de cosas, valores, sentimientos, que tal vez, se fueron perdiendo en el camino. Pero todo ha venido cambiando, y los niños de hoy, viven, sienten y piensan distinto. Yo he aprendido a entretenerme con otras animaciones acompañando a los gustos que fue teniendo mi hija en su crecimiento (tuve que aggionarme y es que incluso trabajé con niños mucho tiempo), pero también, nos hemos hecho un tiempo para hacer ese flashback, que le sirvió para conocer a Heidi, Pedro, Marco, y otros tantos personajes de aquel entonces. Pensé que no tenía por qué perdérselos.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Yo también la echo de menos. Eran unos dibujos sosegados y tranquilos. Los de ahora tienen más acción, poque los niños de ahora les gusta más la acción rápida, supongo que es por la inmediatez de las nuevas tecnologías; pero donde esté Heidi que se quite lo demás.
ResponderEliminarMe ha gustado tu recuerdo
Un abrazo
Aquella inocencia era encantadora, así era el mundo. Supongo que como ahora el mundo es más canalla, se refleja en los dibujos animados. Y es verdad lo que dices, yo también me veía envejecer como el abuelo de Heidi, pero no tiene pinta ...
ResponderEliminarAbrfazos, amigo.
Todavía siguen haciendo Maya, o Pepa Pig, o Pocoyo, o... lo difícil es convencerles de que eso es más sano, frente a los Power Ranger Samurais, amigo mío, no tienen ni carisma los pobres.
ResponderEliminarUn animado abrazo.
A mi también me gustaban mucho más los dibujos animados de antes, ni punto de comparación con los de ahora, aunque claro, eran otros tiempos. (Uy, cualquiera diría que tengo 30 años, pero que yo también he visto Heidi y me encantaba) un beso.
ResponderEliminarYo crecí con Heidi y Marco pero no me negarás que eran un dramón!!
ResponderEliminarUn beso!!
Seguro que si ahora vemos esos dibujos tan sensibleros nos parecerían un poco ñoños. Ahora también hay dibujos muy bonitos, como Dora la exploradora, Caillou,Bob Esponja, Doraemon (que a mí me encanta)...solo es cuestión de escoger bien.
ResponderEliminarHeidi y Marco tan dulces y buenecillos... pero también sufrimos los balones en cámara lenta de Benji y Óliver que transmitían un espíritu de competencia feroz (CAMPEONES) donde quedar segundo era ser el primer perdedor. Me quedo con lo que dice Charo y es que hay que escoger bien.
ResponderEliminarUn abazo.
A pesar de que no viví en la época de los dibujitos que nombras (aunque mi mamá me ha contado), disfruté de otros dibujitos que a mi me encantaban, pero que actualmente los han modificado y ya no son lo mismo. Por lo que veo, las generaciones van pasando y todos tenemos añoranzas de lo que cada uno vivió.
ResponderEliminarUn beso:
Jime
Pienso que han cambiado los códigos, que han ido aumentando los dibujos animados que se inclinan hacia la acción y la violencia, pero siguen existiendo muchos dibujos que responden a ese esquema de buenos muy buenos y malos no tan malos, aunque eso sí, algo menos almibarados que los de antaño.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tienes razón. Si te digo los dibujos que les encantan a mis hijos... O___O
ResponderEliminarBesos, Alfredo.
Mucho drama, si, pero nos tragabamos a Heidi, con la excusa de que les gustaba a los niños. Evidentemente yo no queria ser como el abuelo, me preocupaba, eso si, llegar a ser tan cascarrabias como la señorita Rotenmeyer.
ResponderEliminarPuafff, soy una abuela dulzona y sensiblera.
Un beso