Este jueves, relato. El camino...
Me canso de conducir y no
amanece. Hace horas que entré en la autopista, todavía es de noche y en la oscuridad
los kilómetros son suspiros envueltos en un bucle interminable.
Atrás quedaron las grises
dudas y los agrios sabores del desengaño, la traición, y la soledad obligada;
esa que te golpea en el fondo del pecho y te desmonta como un castillo de
naipes en una corriente de aire.
Bad suena en el Auto-radio,
tengo que parar en el área de descanso, ordenar mi mente, y luego dormir profundamente.
El sueño me alejará a las
antípodas de esta realidad, en la que cada minuto que paso en la carretera me
envenena más. Necesito distanciarme, separarme de este muro de lamentaciones y
empequeñecer a los personajes de esta comedia para percibir lo banal de la
situación. Entonces, merecerá la pena.
Paro… se me cierran los
ojos.
Me despierta el paso de un ruidoso
camión, y la humedad que delatan mis pantalones no es onírica.
No sé cuánto he dormido,
pero estaba en la última fila de un cine de sesión continua, acariciando a una
muchacha.
A veces el placer de la
eyaculación es amargo… que larga es la noche de la noche en la carretera.
Veo que soy la primera en comentarte. Me ha gustado versión del camino. Los sueños a veces nos juegan alguna mala pasada, como la que tu explicas o como caerse de la cama, persiguiendo un gamo.
ResponderEliminarLomejro del relato: a mi me parece que está inpecablemente escrito y estructurado. Felicidades
Los viajes de noche tienen un encanto especial hasta que llega ese cansancio y vienen a mente muros de lamentaciones y personajes de comedia.(me encanta como lo cuentas) y es larga la noche en la carretera. Más larga aún esa noche de la noche.
ResponderEliminarAbrazos, amigo.
Me ha gustado tu narración. ¡Carreteraaaa! .... res de res, todavía me queda resaca de Cascanueces. Besos.
ResponderEliminarA veces es imprescindible poner tierra de por medio para tratar de dejar todos los malos momentos atrás y empezar una nueva vida lejos, sin embargo, los sueños nos juegan malas pasadas y nos hacen volver al pasado y sentir entonces la soledad de la larga noche. Así interpreto yo tu relato.Muy bien descrito el sentimiento de soledad en la carretera. Me ha gustado mucho, como siempre.
ResponderEliminarSueño pesado con sorprendentes desenlaces suelen pasar etapas negras en la vida....Buen relato Alfredo!!!!
ResponderEliminarBueno espero que detrás de ese sueño viniera una descarga emocional que hiciera sentir mejor al protagonista de tu relato.
ResponderEliminarNo sé porqué, pero cuando uno va en coche siempre le da por pensar y darle vueltas a las cosas, al menos a mi me pasa con frecuencia. Un viaje largo, solo, por carretera, tiene que ser pesadísimo, no me extraña que parara a descansar. Lástima que el sueño le jugara una mala pasada. Un beso.
ResponderEliminarOdio la noche para conducir. Si puedo evitarla, la evito. Dicho esto, si es necesario para poner tierra de por medio, distancia con un pasado que atormenta, conducir de noche, conduciría hasta el amanecer y aún después. Los sueños, sueños son y bien placentero tuvo que ser para tener esas consecuencias lúbricas y húmedas.
ResponderEliminarUn abrazo.
He viajado esa carretera, camino, letargo, sueño, eyaculación, sensación, soledad y ansiedad. En la ultima fila del cine se ven las mejores pelis, esas que son parte nuestra, mientras sigue el asfalto, el camino.
ResponderEliminarAlfredo, me enamora tu capacidad para hacer perceptible cualquier sublime y a la vez. íntima sensación humana.
UN BESOOOOOOOOO.
Eres un mago de los sentimientos y de las palabras, trasciendes por encima de lo que nos quieres decir con relatos que me devoro. Como siempre genial. Un beso
ResponderEliminarA veces los caminos se nos hacen más largos y cuesta arriba cuando el cansancio nos nubla. El personaje del relato, contagia esa carga emocional, ese revoloteo de pensamientos que lo inquietan... el final sorprende... o no tanto, "es la noche de la noche en la carretera." Todo es posible.
ResponderEliminarBesos! Buen Jueves!
Gaby*
Excelente como nos llevas por ese viaje nocturno, conducir de noche y solo tiene esos riesgos, menos mal que el protagonista paró a tiempo antes de dormirse mientras conducía, el final del relato es impecable y sorprendente. Un buen sueño, en otro camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Conducir fundiéndose con la negra noche, que nos lleve a un lugar donde el sueño sea placentero, y sentirnos a salvo de la dura realidad que a veces nos rodea.
ResponderEliminarBesos amigo.
Un viaje a la oscuridad que ojalá aporte luz al protagonista de tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo!
La noche de la noche, como dice Juan Carlos, maravillosamente andada desde la estatica butaca de un cine cualquiera. Los sueños caminan solos.
ResponderEliminarUn abrazo
Un sueño que se adentra en otro sueño, para después dejarte a los pies de una realidad en la que se pide que los focos iluminen hacia otro lado...
ResponderEliminarUn abrazo!!
El escritor con calidad y elegancia nos trae hoy la historia de un viajero gastado y desesperanzado frente al fracaso de su presente. El subconsciente juega estas cartas para asirse de algo.
ResponderEliminarBusca en sus recovecos lo que queda de un mundo de ilusión aunque esté arrumbado allá lejos en la última fila de un cine de matinee. Si... deja un gusto amargo porque nos conmueve.