Este jueves, relato. Con el Alias de otro.
La Pillina.
-¿Nombre?
-Milagros, pero todos me
llaman “La Pillina”
-Señorita, déjese de chuflas
o la empapelo.
-Milagros Gómez, para servir
a Dios y a Usted.
-¿Profesión?
-Mis labores.
-¿Sus labores, con quién cree
que está hablando?
-Bueno… Puta, pero yo no
quería.
-A ver, y dice usted que el
finado se le desplomó encima en pleno “acto”
-Sí, verá Sr. Policía,
estábamos haciéndolo cuando de pronto se puso rojo y quedó quieto, como sin
respirar.
-¿Le dio algo de beber?
-Lo mismo que a todos, una
copita de anís “Los Molinos”
-Señorita… ¿cómo ha dicho
que se llama?
-Milagros, Sr. Policía,
Milagros Gómez.
-Señorita Milagros, ¿sabía Ud.
con quién estaba haciéndolo?
-No, le juro que no, al
cuarto entró de paisano, aunque me extrañó que me preguntará si tenía un
rosario, y me hiciera zapatear desnuda con el en la cintura.
-Un rosario dice… ¿de dónde lo
sacó?
-Ay... Sr. policía, no sabe Ud.
la de cosas que guardamos en nuestra caja de pandora.
-¡Joder! A ver cómo le digo
yo ahora al ministro que el Obispo la ha “palmao” pegando un polvo con “La
Pillina”
Más, el próximo jueves, día 14 en casa de Dorotea
Foto de cabecera: Paco Alberola sobre un obra de Manolo Valdés
Foto de cabecera: Paco Alberola sobre un obra de Manolo Valdés
Vaya maña la tuya de convertir esas palabras en una pieza de teatro con sorpresa final. Y menudo despertar que me has dado riéndome nada más abrir los ojos.
ResponderEliminarUn abrazo.
En plan relato "negro" con gran soltura, salero e ironía, has atado las palabrejas, me simpatiza la Milagros y me apiado de ella y de los gajes que conlleva de su oficio, !con el clero hemos topado! ¿y lo que nos hemos reído? No se preocupe el policía, que mire en los archivos, no será el primer caso con "rosario o escapulario" de por medio, ni mucho menos.
ResponderEliminarAplauso Alfredo.
PUES MUY BIEN ATADO Y REMATADO. UNO MENOS!!!
ResponderEliminarUn abrazo, compañero.
Palabras aliñadas a lo novela negra y un diálogo muy bien llevado.
ResponderEliminarUn saludo
Me hace especialmente gracia porque ayer comentábamos la historia de un respetado señor de la comarca al que repatriaron de Cuba, pensamos que se estaba tomando una copita de anís Los Molinos ...
ResponderEliminarDivertida historia, a ver como se lo cuentan al Sr. Ministro y peor, a la beata de su esposa.
Abrazos.
Vayaaaaa bree para el comisario!!! jajajajja pero que si se pasara revista por los burdeles nos quedariamos boquiabiertos al descubrir a la clientela!
ResponderEliminarBss.
Buen relato, aunque no me gusta que se meta a la Iglesia en estas cosas, pero bueno, al fin y al cabo es literatura, pero yo no escribiría algo si, vaya. El diálago muy bien llevado, eso si, y me imagino a la Pillina hablando con el policía. Un beso.
ResponderEliminarMuy bien montado tu relato, con ese toque de humor que le has dado que lo hace divertido
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta y me ha echo reír. Un diálogo rápido y ameno que finaliza con la sorpresa del "obispo". Saludos
ResponderEliminarMe gusta "La Pillina" con esa frescura que da el no conocer las normas para vivir con más soltura en su difícil vida...
ResponderEliminarTe cuento su historia? creo que no hace falta... y, ¿para qué? creo que es más divertido crear una nueva y que sea mágica y propia... como un traje hecho a medida.
Gracias por la sonrisa que me has arrancado, me la llevo para terminar el día.
Un beso
Me ha encantado como la historia se desarrolla a través de un diálogo, pleno de desenfado y con la soltura pertinente del personaje. Digamos que en todos lados se cuecen habas, y obviamente, nada ni nadie está exento... por qué habría de estarlo el obispo?, somos humanos, y creo que esa ya es suficiente justificación como para poder expresarla al Sr. ministro. Muy bien llevado y con las palabras calzando a la perfección!
ResponderEliminarBesos:
Gaby*
Muy bueno!! Qué final inesperado, sobre todo para el obispo...
ResponderEliminarEl dialogo entre La Pillina y el policía tiene su cuota de humor. Habrá que ver como se las ingenia para que tal realidad no salga a la luz (pocas veces esas cosas se cuentan).
Un beso!! Jime
Me encantó, que diálogo tan bien llevado. Pobre policía en menudo follón se metió sin quererlo, ahora le toca dar la noticia a él. Enhorabuena. Besote
ResponderEliminar¡Pero que diálogo tan bien desmigado, qué barbaridad! ¡Y encima con un final con sorpresa!
ResponderEliminarAsí que el pillín hizo zapatear desnuda a La Pillina con un rosario en la cintura... Qué manía tienene algunos de llevarse el trabajo a casa...
Que no solo de pan vive el clero, ya veo, un postre amargo llamado Pillina.
ResponderEliminarQue bueno, que bueno, que bueno.
Un beso
Grancioso relato. Jugoso diàlogo, divertido y desenfadado que se disfruta desde la L hasta la ùltima comilla.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, yayo (tocayo)
Qué imaginación por Dios! Qué manera de encajar las palabras en un diálogo tan divertido ja ja y la imagen de la puta (con perdón) bailando el zapateado con el rosario en la cintura...genial!
ResponderEliminarUn diálogo de lo más divertido, esto da para un acto en el teatro, me he reido imaginando a la pillina, con el señor guardia, y a este le he visto rascandose la coronilla.
ResponderEliminarMuy bueno Alfredo.
Un abrazo.
Jajajaj Qué buen relato para una tarde de domingo lluviosa. Parece que el lunes, que ya está al acecho grrrr, vaya a ser un poco más digerible y todo.
ResponderEliminarUn abrazo!
jajajaja... un dialogo fenomenal! una historia imposible de explicar jejeje... un saludo!
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