Este jueves, relato. Ídolos
Cada mañana, al levantarme,
veo a mi Ídolo en el espejo, taciturno, dormido, ido, irreverente y cáustico… Y
se me cae el alma a los pies.
No lo reconozco con ese
aspecto, me pregunto si no recogería la noche anterior a un sin techo que
durante el sueño ha usurpado mi identidad.
Necesito algo de tiempo, una
ducha fría, un café y recuperar el ritmo cardiaco. Precalentar y ensayar
sonrisas hasta dar con la más aparente.
Y de nuevo, ante la luna
pulida, limpia y reflectante aparecer como El Ave Fénix, renacido y dispuesto a
interpretar un nuevo Yo.
Porque en definitiva de eso
se trata, de interpretar al Ídolo que nunca somos, aunque haya días que estemos
a un “tris” de conseguirlo.
Ya tiene bemoles intentarlo,
y el ensayo es necesario. Miras con impertinencia al cristal opaco y retas a
ese de enfrente al más difícil todavía… Y susurras: -Ese sí, ese podría ser yo-
Lo ves de cintura para arriba, con barba de tres días y ojeras de cuatro noches.
Pelo blanco que se despeina con los dedos de la mano.
Lo miro fijamente y le
increpo: -Venga canoso, que eres mi Ídolo, ¡vamos fuera, que todo está por
hacer…!-
Y el canoso de canas
desordenadas, engañado por su reflejo, se lanza un día más a la aventura de
Vivir.
Pintura de cabecera: Peter Bonde
Hola!
ResponderEliminarQue buen relato, una mirada diferente al ídolo que llevamos dentro, porque todos los días enfrentamos batallas para poder sobrevivir el día a día.
Gracias por participar!
Besos
Con el personaje con que me encuentro en el espejo tengo algunas diferencias. Ahora me está diciendo como no se te ocurrió nada, le estás fallando a las integrantes de No lo soporto. Y ni se te ocurra culpar a las musas.
ResponderEliminarBien escrito. No podría haberlo previsto, para donde salió tu relato.
Qué difícil vivir y tener que intentar todos los días no decepcionarte a ti mismo. A los demás ya los hemos decepcionado hace tiempo. Besos.
ResponderEliminarEl mejor ídolo: tú mismo. Me ha gustado la idea y la forma en la que la has planteado y escrito. Un buen texto. Genial
ResponderEliminarMuy original, realmente muchas veces nos resulta imposible reconocernos, pero hay que darnos ánimos a nosotros mismos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
No es nada fácil atreverse con el que se refleja el espejo, desmenuzarlo y recomponerlo segundo a segundo, gustarse para gustar a pesar del pelo blanco, la desgana y ganar la batalla y quererse... ufffff que tarea.
ResponderEliminar¿Autorretrato de un ídolo que se acerca peligrosamente al borde de su pedestal? Quizá no. En esta sociedad tan aparente, podría ser cualquiera... Intrigante texto con multitud de lecturas.
ResponderEliminarBuena me encanto, mira que original historia
ResponderEliminarGenial, lo comparto muy mucho. Besos.
ResponderEliminarEstos que nos miramos todos los dia, y tratamos de recomponer nuestra imagen, estos somos un poco, idolos con los pies de barro. Muy buen relato. Me he visto a mi misma refllejada en este espejo.
ResponderEliminarSaludos jeuveros
Lo primero es querernos a nosotros mismos, di que si, muchas veces fallamos en eso, y ya comenzamos el dia cabizbajos.
ResponderEliminarUn abrazo
Y de sobrevivir con los huesos que pesan cada día más y ese ¡¡¡que yo puedo, leche!!! :)))
ResponderEliminarUn abrazo entre canas anda el juego, amigo, aunque se pinten para disimular...
Cafelito.
Si de canas hablamos, yo tengo todas las del mundo. El espejo siempre nos devolverá una imagen imperfecta de nosotros porque así somos. Tenemos una imagen de lo que nos gustaría ser y hacia ella nos encaminamos cada día. Unas veces con más ímpetu y otras totalmente desmotivados.Pero no creo que nos veamos ídolos de nada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya Alfredo, tú si que sabes cargarte las pilas todas las mañanas. Un buen ejemplo de optimismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
La revalorización de uno mismo... no siempre es fácil, y el espejo puede llegar a ser cruel. Pero mientras la voluntad y el empeño no nos falle, seguramente nos rearmamos para ser cada día un poco mejores, según la exigencia del día. Original enfoque, me ha encantado el giro que le diste al tema propuesto.
ResponderEliminarBesos:
Gaby*
¡Genial! ¡Bravo Alfredo, bravo! Es así. Tenemos que creérnoslo para seguir. Me encantó leerlo, me sentí próxima; me pareció tierno ese guiño a ti mismo. Un abrazo, canoso! Besos
ResponderEliminarMuy inteligente por tu parte mirarte al espejo y sentir que puedes y creerlo.
ResponderEliminarEsa es la cuestión que ayuda a encontrar el camino de la paz con uno mismo.
Conocerse y amarse....Besos alegres por ti .
En definitiva, de eso se trata, del espejo y su reflejo admitido a poder ser, con ironía fina y buen humor.
ResponderEliminarHe leído bastantes ídolos en lo juevero, y por ahora, únicamente una expone lo que se entiende tópicamente como ídolo.
Genial Alfredo, para no variar, besito.
A este ídolo si que hay que darle correa y ánimos, aunque la verdad hay quien aún viendo lo que ve, se siente por encima del bien y del mal, !que pena! porque tambien llegará el dia en el que tenga que bajarse del pedestal y afrontar las canas, las arrugas, y todo lo demás...
ResponderEliminarMe gusta tu giro Alfredo, me gusta como has tratado el tema.
Un abrazo, pelo despeinado.
Muy bueno, con varias frases dignas de aplauso. Eso de estar a punto de conseguir interpretar ese ídolo me ha llegado mucho. Y el final, estupendo.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Qué difícil es a veces superarse a uno mismo, ser quién pretendemos ser, sobre todo cuando nos levantamos a la mañana y el espejo nos muestra la cruel verdad. Pero ni modo, a restaurarse y seguir!
ResponderEliminarMe gustó tu relato, me pareció sumamente original.
Un beso!
Muy bueno Alfredo. Debemos empezar cada dia tratando de ser quien realmente queremos ser, pero con brillo positivo..........Un saludo afectuoso!!
ResponderEliminarDicen que es lo primero, quererse... así enfrentar la vida es más fácil... y se ve que este señor supera cada día bien temprano ese pequeño bache frente al espejo.
ResponderEliminarUn beso, Alfredo
Muy bueno Alfredo, lo primero es quererse a uno mismo y no dejarse vencer por el desánimo aunque a veces nos cueste y nos den ganas de volver a meternos en la cama. Me gusta el enfoque original que le has dado.
ResponderEliminarUn beso
Convencerse a uno mismo, a veces necesita un gran empeño. Aunque luego, cuando se sale a vivir tan bien compuesto nadie lo diría.
ResponderEliminarUn abrazo!
Pero amigo... la pròxima vez que te enfrentes al espejo, dale la espalda, firmá "con cariño para Casss" una foto, y ya está: si vos sos mi ìldolo!!
ResponderEliminarBesos oprimistas.