Este jueves, relato. "Una de tres"
Humo detrás del cristal.
Tengo que decir que me resultó difícil.
No quería que pareciese un plan de fin de semana. Estaba frente a mí, en aquella sala de estar
de su piso de separada. Me gustaba
mirarla, con la mirada ambiciosa del que está modelando un futuro.
Quería aprendérmela de memoria. Conocer su perfil, disfrutar de todas las formas posibles de su
cuerpo y retener esas tres dimensiones que me empezaban a enloquecer.
Tengo que decir que fue precisamente el desafío lo que me
retuvo allí.
A su lado, archivo en casillas virtuales sus sonrisas,
que son varias. Sus besos que mórbidos me descubren la morbidez de sus labios
y, de los míos.
La madrugada transcurría plácida, llena de expectativas.
La noche, ya vencida, quedaba borrosa entre sábanas de papel. Ella me
fascinaba. Jugué a levantarme y analizar
la situación desde la distancia, me acerqué a la ventana y le invité a compartir
aquel amanecer.
La primera calada de mi pitillo se escapó entre los
cristales. El humo, dibujó mis dudas en
la superficie pulida entre visillo y visillo. Ella se acercó, y su vaho y mi
humo se unieron para siempre.
Gracias Alfredo!!!...me alegra que hayas decidido sumarte, es un placer leerte este texto cargado de erótico vuelo!
ResponderEliminarUn abrazo grande y gracias otra vez!
=)
Alfredo me alegra que participes ¿aún estás lejano?
ResponderEliminarTengo que decir que me resultó fascinate fumar tras los cristales, el humo y el papel se mezclaron con la seducción y tengo que decir, afirmo, como Pereira, que resultó posible la sensualidad, amanecía.
Besito contento.
Después de haber compartido toda una noche, compartir un amanecer es casi lo obligado. No digamos nada de la agradable sensación que tiene que embargar el ánimo al mezclar y fundir su aliento con el humo del cigarrillo mientras juntos observan el despertar de un nuevo día.
ResponderEliminarTambién es muy agradable la sensación de leerte en el marco juevero, Alfredo.
Un abrazo.
Bonito amanecer compartido entre humos y vahos tras una noche inolvidable,
ResponderEliminarMe uno a la alegría de leerte!
Un beso.
Que bien lo has explicado; lo he vivido tal y como lo cuentas. Y sin ser fumadora he sentido este humo compartido, como una bocanada de aire fresco, de aquella inolvidable madrugada.
ResponderEliminarSaludos.
En una escena como la que cuentas no me habría importado el humo del cigarrillo. Imagino la felicidad en ese amanecer tras una noche llena de sensualidad. Me gustaría vivirlo.
ResponderEliminarUn beso.
En un vidrio empañado podría haberte dejado mi comentario. Es tan lindo escribir en ellos... escribir por ejemplo, la noche está estrellada y tiritan, azules, los astros a lo lejos...
ResponderEliminarPero no, te dejaré en este espacio mi impresión sobre tu escrito: conmovedor, emocionado, comprometido, intencionado, y bello, muy bello.
Quien almacena sonrisas, puede encontrar la felicidad a cada momento, a cada paso. Quien las regala, seguramente ya es felíz con eso.
Un abrazo de socia a socio, es decir a medias, que no es lo mismo que medio beso.
Alfredo , precioso y bello relato, me ha gustado mucho y ese poético final...
ResponderEliminarUn amanecer que se conjuga juntos, tras los cristales, la respiracion, y la sensualidad del escrito.
ResponderEliminarDeja una sensación reconfortante.
Un abrazo.
BELLO RELATO Y MUY POETICO ME HA GUSTADO
ResponderEliminarRelato sugerente y sensual, habitación, pareja y cigarro, con el protagonista mirando hacia la ventana con aire reflexivo.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando se escribe con el corazón, las palabras llegan y calan de lleno al que las lee, eso es lo que usted hizo señor Alfredo.
ResponderEliminarMe alegra encontrarte en este jueves.
Un abrazo.
¿Quien no ha soñado con un amanecer asi? La vida pasa entre el cristal y el humo y por suerte hay quien talla palabras en los sentimientos, como lo has hecho tu hoy.
ResponderEliminarBesos
pues yo, querido, ando fumando sosteniendo con mano izquierda mi rescoldo d pitillo..bue..ya esté en el cenicero mientras escribo. yo, querido, también tengo cristales sin telas y...y, la verdad, aunque tengo música de fondo, y de las románticas, acá, como que no sucede nada del otro mundo...¡será que me falta el jodío cuerpo MÓRBIDO!....por cierto, adjetivo que uno, inconscientemente a muerte...por cierto, adjetivo que he buscado para cerciorarme y..MENOS MAL...significa blandengue..
ResponderEliminarmedio beso mórbido.
Que confluyan su cvaho y tu humo es un original final perfecto. Buen relato, una vez más. Abrazos, amigo.
ResponderEliminarQue bonitooo :). He vivido esos amaneceres, después de noches apasionadas, me he sentido admirada y querida, y hoy, me has recordado, lo maravillosas que son.
ResponderEliminarUn abrazo
Lola
Hubo conexión entre humo y vaho ;)
ResponderEliminarSaludos!
Vaho y humo para unir dos existencias. Vida en común y compartir esperanzas. Tan bello relato como nos tienes acostumbrados. Un beso
ResponderEliminarUna historia de amor siempre es bella, y si se unen para siempre, mjor. Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermosa historia de un encuentro que comienza siendo algo casual y termina siendo eterno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha gustado como has jugado con la imagen haciendo que se pueda visionar los sentidos y la sensualidad que se respira en el ambiente.
ResponderEliminarBuen relato
Me alegra leerte de nuevo
Un abrazo
como en un tango.
ResponderEliminarme ha encantado.
un abrazo