Este jueves, relato: La Máquina del Tiempo.
Mi vida está dividida en cuatro cuartos. Los tres primeros ya
están consumidos; el cuarto, como lo fueron todos antes de suceder es una
incógnita. Estos cuatro cuartos son exactos, cada uno de ellos comprende 22
años. Mi ocupación en estos meses es viajar a los tres primeros -pasado-, y al cuarto -futuro- con mi peculiar
transportador de materia.
Hace unos meses regresé
del final del primero. Me vi con uniforme, sin galones, el pelo al cero, -casi
como ahora- fumador empedernido de glorias benditas al alucinante ritmo de los
Pink Floyd. Irresponsable, sabelotodo y torpe.
Semanas atrás la máquina me llevó a mediados de la segunda etapa. Mi pelo había crecido. Comprometido con las causas perdidas y rey de la oscuridad en una noche que dominaban los grises. Errando en lo esencial y engañándome en los detalles.
Semanas atrás la máquina me llevó a mediados de la segunda etapa. Mi pelo había crecido. Comprometido con las causas perdidas y rey de la oscuridad en una noche que dominaban los grises. Errando en lo esencial y engañándome en los detalles.
Ayer me desintegré en el tiempo y arañé unos minutos
de la tercera etapa, esa que ya dibujaba en color, pero a la que necesito retrotraerme
para olerla, tocarla, sentirla y dejarme llevar para emocionarme de nuevo.
Comprobé que me habían perdido las emociones y mi sensiblería me hizo navegar
en mares revueltos.
En cada una de ellas he corregido lo equivocado. Enderezado lo torcido. Purgado lo pecado. Pero ha sido un sueño, al volver todo seguía igual, las cicatrices, las pérdidas, los errores y sus consecuencias. Todo seguía en su sitio y todo pesando como una losa.
Estoy procesando el transportador de materia, para viajar a la cuarta etapa. En esta, al menos cuando regrese tendré la oportunidad de obrar en consecuencia.
Más máquinas en el Blog de Alberto.
En cada una de ellas he corregido lo equivocado. Enderezado lo torcido. Purgado lo pecado. Pero ha sido un sueño, al volver todo seguía igual, las cicatrices, las pérdidas, los errores y sus consecuencias. Todo seguía en su sitio y todo pesando como una losa.
Estoy procesando el transportador de materia, para viajar a la cuarta etapa. En esta, al menos cuando regrese tendré la oportunidad de obrar en consecuencia.
Más máquinas en el Blog de Alberto.
Es que tal vez en el pasado se hicieron en otros mundos paralelos, para otras versiones de vos. Es una teoría para explicar las paradojas temporales.
ResponderEliminarEl viaje al futuro puede ser que tenga mejores resultados.
Me gusta mucho. Me quedo con la frase..."errando en lo esencial y engañandome en los detalles".
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay cosas que no se pueden rectificar, y quizás sea mejor así. Siempre se aprende de los errores.
ResponderEliminarUn abrazo
Ay... si se pudieran corregir los errores...!
ResponderEliminarUn relato que te hace reflexionar sobre el pasado y sobre si las cosas podrían haber sido de otra manera a como fueron o todo está escrito en nuestra vida y no puede cambiarse.
ResponderEliminarMe ha encantado! Me gusta el final que dejas abierto....
Un beso
Estupendo tu relato. Me encantó y como siempre me uno a tu reflexión esperanzada sobre maximizar las posibilidades que aún nos esperan.
ResponderEliminar=)
Afortunadamente la máquina no te permitió cambiar nada en el presente fruto de un pasado, que sí te permitía cambiar. Al menos pudiste localizar tus errores, y así no volver a cometerlos en tu cuarto cuarto. Menudo trabalenguas! Tal vez sea mejor que no viajes a ver tu futuro, le quitarías la gracia a la vida.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Alfredo, y muchas gracias por participar.
¿Estás seguro Alfredo que podrás corregir los errores que aprecies en el futuro?. No lo estaría yo tanto. No creo que la experiencia del futuro, de aquello por venir, puedas trasladarla al presente. En un determinado momento nos acompaña también un determinado bagaje vital y creo que al volver del futuro olvidaríamos lo aprendido durante nuestra estancia en este.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Profundo y reflexivo Alfredo, me ha gustado y lo he disfrutado letra a letra. Releyendo pienso que somos como somos por todo lo vivido, si pudiesemos regresar al pasado y remendar ¿quién seríamos ahora? del futuro con suerte hablaremos cuando sea pasado.
ResponderEliminarBesos.
Mejor que fuera un sueño, sin los errores del pasado no seríamos como somos, así que dejémoslo estar.
ResponderEliminarPor cierto, vengo de tu otro blog.en el que no sé comentar ...
Abrazos.