Este jueves, relato. Hablar escribiendo... al aire
Sus gestos, lo decían todo. Extendía la palma de la mano con un giro gracioso, solícito, como demandando atención para a continuación perder la mirada en ella concediéndose unos segundos de reflexión. Sus ojos se movían pausados de derecha a izquierda, en un recorrido lento que anticipaba el dibujo detallado de sus sentimientos, para acabar cerrándolos en un guiño de abandono consentido. Sus labios, sellados, translucían ese brillo húmedo de la frase cálida que yerma, no nacería nunca y que describiría sueños no menos deseados por más imposibles que parecieran. Carlos, escribía alto y firme en el aire con sus manos, la voz que le negaba su cuerpo. Más sentimientos de este tipo en el Blog de Rossina