A fuego lento. Museo Peggy Guggenheim - Venecia
El paseo por el Gran Canal, es uno de los más recomendados en la visita a Venecia. Sus palacetes de fachadas húmedas, los viejos hoteles de aspecto rancio y los estucos de las paredes luciendo la más amplia gama de colores. La vista se va acostumbrando a esa riqueza de matices, sensaciones e historias escondidas entre la estrechez de sus callejuelas.
El museo Peggy Guggenheim es una sorpresa blanca, fresca. Un volumen diferente, presidido en su terraza delantera por una escultura ecuestre de Marino Marini de una obscenidad subyugante.
Después de disfrutar con la abstracción, el surrealismo y el expresionismo abstracto, su restaurante es la mejor escala para reponer equilibrar fuerzas.
El Antipasto, es el aperitivo frío servido antes del plato principal, plato tradicional de la cocina italiana. Incluye desde especialidades del chef hasta las sencillas aceitunas. Su objetivo es abrir el apetito sin saturar los sentidos. Un preludio al gran banquete de carnes o pescados.
Los dientes largos; acabo de volver, pasé por el Peggy Guggenheim, pero por problemas de tiempo no entré. Antipasti cayeron dos, divinos, seguidos por exquisitos platos de pasta y carne.
ResponderEliminarLa próxima vez entraré en el museo y saborearé un antipasto a tu salud.
Abrazos.
Vi tu reportaje de fotos... ¿Cómo no me iba a gustar?
ResponderEliminarVenecia es especial. lo saber mejor que nadie, que acabas de pasar allí unos días, seguro que inolvidables.
Abrazos
De una obscenidad subyugante es "contar dinero delante de los pobres" jajaja. Qué lugares, madre mía. Venecia... allá vamos, aunque sea vía post o google erath!!
ResponderEliminarFuera de broma, un post con los condimentos necesarios para abrir el apetito.
besos
Buena hora esta para leer y ver, pero sobre todo para abrir apetitos con esos antipasto.
ResponderEliminarUn beso.