Este jueves, relato. El teléfono
Entre el teléfono y él, apenas había
un suspiro; el justo para atenderlo con sólo alargar la mano.
Mientras esperaba, toda su
subconsciencia pasaba por recordar cómo había sido aquel primer y único
encuentro. Entre sombras adivinaba el color de la noche, el calor del lugar y
especialmente, la recordaba a ella.
Lily estaba en el mostrador, mientras
en el exterior la lluvia añadía agua al mar que tenían delante.
Asís se aproxima un poco más al
teléfono como si esa acción fuera determinante para adelantar la llamada… sabía
que no.
Él, por encima de diez brazos
intentaba recuperar su copa sin conseguirlo. Ella le miró y adivinó su
dificultad y su deseo. En los minutos siguientes resolvió su dificultad, pero
no su deseo.
Perdido en aquella turbulenta noche
de quieros mudos y quizás sonoros, recuerda un intercambio de números y una
mirada cómplice acompañando un… Te llamaré.
Asís fundía con la mirada a aquel teléfono, esperando una llamada que tal vez no llegara nunca.
Llegó desde lejos, aunque cerca, me alegro Alfredo.
ResponderEliminarEste relato trae sabor a deseo y esperanza.Cuidado y delicado, hace percibir el sentir de Asís.
Un abrazo.
Alfredo, me alegra mucho volver a verte juevero sin contar cosas de reportero.
ResponderEliminarEn el sopor de la noche, llueve dentro y fuera de los corazones a la espera de una llamada, se apuntan números, se beben tragos y planea una atmósfera de soledades buscando compañías. Encuentros y desencuentros.
Bello, intenso el estilo como siempre. Besito contento.
ring...ring... Hola, soy Vivi. Ah.... perdón, era Lily. Bien número equivocado.Ah... de todos modos no puedo dejar de comentar lo bien que escribe señor, y que me gustó mucho el relato.
ResponderEliminarBesitos.
Todos hemos sido alguna vez -quién no!- esclavos dependientes del teléfono. La espera del llamado ansiado se perpetúa en la memoria para siempre. Se hace parte de nuestros deseos alcanzados o diluidos entre los entramados del tiempo.
ResponderEliminarMuy bueno.
Abrazos!
Me han gustado tus tiempos. Tus secuencias, casi fílmicas; elocuentes.
ResponderEliminarEsta mañana llego el paquete. Gracias infinitas. Quizás se demoró para convertirse en un casi regalo de cumpleaños.
Un abrazo doble.
Me alegro de tu vuelta amigo Alfredo, tu relato, como siempre, trasmite un misterio y una poesía diferente que genera emoción.
ResponderEliminarQuizás llame o quizás sus espectativas fueron mayores que la realidad que la generon.
Un abrazo
!Alfredo! ayyyy, me llegó el mensaje a través del mensajero, lástima no haber escuchado tu melodiosa voz. Gran idea, teléfono que saca humo, feliz viaje, muchos besitos cariñosos.
ResponderEliminarEsas cosas pasan, intercambio de números, ya te llamaré y al final nada, todo se enfría y no hubo suficiente filing.
ResponderEliminarMe alegro de verte nuevamente en los jueves, amigo
Un abrazo
Está muy bien acompasado el tono del relato con el sentimiento que describes; esa impotencia, nostalgia, esperanza que se desvanece.
ResponderEliminarUn abrazo, me alegra leerte en los jueves tras tanto tiempo.
Me gustó, tu relato.
ResponderEliminarCon tu permiso me quedo.
Un beso y buen fin de semana
Elegante forma de narrar. Celebro tu vuelta.
ResponderEliminarCuántas veces nos dejamos atormentar ante la espera de una llamada, aún teniendo el número del otro, al que no nos atrevemos a llamar por si la situación empeora más todavía. Más vale mantener la esperanza.
Un beso.
Y no sé por qué, me ha llegado música de Jazz a través del relato.
ResponderEliminarSerá por el tono, quizá?
Un beso.
No sabemos si al final llamará, y que disculpa puede tener para no haber llamado antes. Buen relato
ResponderEliminarQuizás, pensamos al intercambio de números. Y nos queda la esperanzada llamada. Ojala ese nunca se transforme en un siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me costo encontrar tu blog, jaja ya lo tengo. (El que busca encuentra y el que espera desespera).
La ansiedad de que suene el bendito teléfono, de que el otro tenga ganas de marcar nuestro número al menos para decir "Hola".
ResponderEliminarOjalá llegue ese llamado, hay que saber esperar, tal vez...
Un beso.
Me acabo de dar cuenta de que no estaba entre tus seguidores y he subsanado ese fallo inmediatamente.
ResponderEliminarMe alegro de leerte de nuevo!
Eso de estar esperando la llamada que no llega, puede ser muy desquiciante, lo narras a la perfección.
Un beso.
SI, ESPERAR UNA LLAMADA QUE NUNCA LLEGA, TENER AQUELLA ESPERANZA DE... CON UNA LLAMADA TENER A ESA PERSONA AUN MÁS CERCA... UN TE LLAMARA QUE SE DICE PERO QUE NUNCA SE HACE, ESA AQUELLA ESPERANZADORA LLAMADA QUE NUNCA LLEGA ME HA PASADO MUCHAS VECES Y CONFIESO QUE HASTA HOY ESPERO...
ResponderEliminarNunca se puede esperar una continuación en un encuentro casual. Hay hombres y mujeres que prefieren dejarlo ahí, en el mejor recuerdo, hacerlo recurrente sería un lástima (en algunos casos). Muy bueno!! Te estaré llamando en breve saludos
ResponderEliminarSIGUES TENIENDO ESE DESPARPAJO PARA ESCRIBIR, ALFREDO...Y DIGO sigues POR EL TIEMPO TRANSCURRIDO DESDE QUE NO TE LEÍA. SIGUES TENIENDO ESA MALDITA CAPACIDAD PARA IMAGINAR...ESTA VEZ EN UNA ESCENA, ESTA VEZ EN UNA LEVE ESCENA, ESTA VEZ EN UNA FLAS, O COMO SE ESCRIBA, ESTA VEZ, EN UN MALDITO SUSPIRO DE LEVES ACONTECIMIENTOS, TRIVIALES, PERO QUE DEJAN ABIERTAS LAS ESPERANZAS...
ResponderEliminarMEDIO BESO.
Lo que me gusta leerte de nuevo...tantas veces confiamos en la suerte y en que el otro tome la decisión que a veces es mucho más facil echarle cara y adelantarse. Segura que vuelven a encontrarse. Gracias por participar. Un beso
ResponderEliminarIntensa huella la que dejó ese fugaz encuentro en tu protagonista. Tan intensa como esa espera cerca del teléfono ansioso por escuchar el timbre anunciador de su llamada. Hay una cosa sin embargo que se me escapa, Alfredo. Si intercambiaron números ¿Porqué no da el primer paso en ese acercamiento telefónico?. Cuando algo merece la pena hay que perseguirlo antes que esperarlo.
ResponderEliminarEs una auténtica gozada disfrutar de nuevo con tus escritos, personales y de un estilo inconfundible.
Un fuerte abrazo.
Satisfacer un deseo a través de una promesa que dudo mucho se cumpla. Una llamada telefónica de esta índole es, supongo, una continuación de una conversación cara a cara, donde los dos interlocutores se reconocen sus propios anhelos o expectativas hacia el otro, algo así como: quiero saber más de ti. Si este paso previo no se produce, el siguiente, de suceder, lo tildaría de milagroso.
ResponderEliminarUn saludo y muy buen relato.
¿Recibirá la llamada? Al parecer, él la espera ansioso, falta saber qué piensa ella... Buen relato. Un beso.
ResponderEliminarun historia por concretarse... algo un poco similar a lo que sucede en algún bar... el encuentro de los desconocidos... me gustó mucho el relato! un abrazo!
ResponderEliminarLa indecision separa mas que la distancia.
ResponderEliminarUn encuentro fugaz que se bifurca en direcciones opuestas.
La felicidad pendiente de un hilo.
Dos besos