Este jueves, relato. Primeras lecturas
Este jueves, relato. “Mis
primeras lecturas”
Son las cinco de la tarde, hora
de toros y toreros. La terraza del madrileño Café Gijón es un hervidero de gente
que deambula de un lado para otro en busca de una sombra en la que sentar su
curiosidad.
Dentro, en una mesa del
fondo, los Srs. Tagore, Hemingway y García Márquez despachan sus primeras
contradicciones delante de un humeante café. El grupo todavía no está completo,
faltan la Sra. Rodoreda y el Sr. Bach, que se les unen de inmediato.
El nombre de un lector común
a todos ellos, lanzado al centro de sus ciberconsciencias, les había golpeado
en plena memoria obligándoles a viajar en el tiempo, juntándoles alrededor de
una mesa hecha de y para la literatura.
El primero en abordar el
tema es Tagore.
-Lo recuerdo, era muy joven
y fue un reto para él, perezoso en las primeras páginas, pero ávido y
emocionado al final, especialmente en: “Me he sentado esta mañana, en mi balcón,
para ver el mundo. Y él, caminante, se detiene un punto, me saluda y se va”-
Le
siguió Hemingway.
-Me
dio la sensación de que era un tomo demasiado pesado para él, pero al instante
se identificó con Roberto, veo el reflejo de sus ojos en mis páginas y su
excitada emoción: “Así, pues, se encontraron de nuevo, a una hora avanzada
de la noche, de la última noche, dentro del saco de dormir. María estaba muy
unida a él y Roberto podía sentir la suavidad de sus…”
García
Márquez, tomó la palabra.
-Se
impresionó en la primera frase, no me lo podía creer, cogió un lápiz y empezó a
subrayar desde: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el
coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su
padre lo llevó a conocer el hielo”
Avanza
la tarde, todos sin excepción escarban en su memoria, recordando a aquel joven
que descubría en sus textos la gran aventura de la ficción literaria.
Doña
Merçe, presume de ser la que más impresionó a Alfredo, en su Plaza… está uno de
los párrafos que él recuerda con más fruición:
“Volví al comedor, me senté
delante de la mesa, y con la uña, me puse a sacar las migas de pan viejas que estaban
metidas en una rendija muy grande”
-Curiosamente, (interviene
Bach) mi texto fue el más corto y sencillo que leyó, casi un cuento de niños,
sin embargo esta frase la repitió hasta desgastarla: “¿Es que los kilómetros pueden separarnos verdaderamente de los amigos?
Si quieres estar con Rae, ¿no estás ya allí?”
Ya anochecido, dieron por
terminado el encuentro, que con motivo tan curioso les había reunido durante
unas horas alrededor de una mesa del madrileño Café Gijón.
Foto: Paco Alberola
Mágicas lecturas Alfredo, mágicas palabras, algunas me sonaron y eso que no estaba yo en aquella reunión, aunque ya me hubiese gustado ya.
ResponderEliminarY ese final... "Es que los kilómetros pueden separarnos verdaderamente de los amigos? Si quieres estar con Rae, ¿no estás ya allí?”
es como para leerlo una y otra vez hasta memorizarlo, porque va cargado de razón.
Un abrazo.
Que linda reunión, envidiada. Quien no se siente un rato al pasar por ellos, como dice San , en algunos me identifique. Desde ese café que aroma rico, ellos dibujaron paisajes, inventaron ciudades, amaron y también se fueron...
ResponderEliminarUn abrazo.
Se me olvidaba decirle que la imagen me gusto...evidentemente el relato me llevo.
ResponderEliminar¡Qué bonita biblioteca!
ResponderEliminarAntes que nada, no pude cesar de visualizar a los susodichos mientras lo leía. Volveré a decirle más cosas. Esta es sólo mi primer lectura ;)
Ay, me gustó mucho eso de La biblioteca de Rochies. Gracias. Voy y vuelvo.
Esa reunión de nuestros escritores favoritos hablando del lector es una genialidad.
ResponderEliminarMe fascinó esa frase: ¿Es que los kilómetros pueden separarnos verdaderamente de los amigos? No Sr. Bach, los amigos están a un simple golpe de memoria.
Te tengo presente amigo. Abrazos.
Ah, y por el nombre de tu blog entiendo que sí, que Dª Merce tiene razón.
Vaya tema para lanzarse al ruedo!...si se reunieran a debatir ¿qué dirían sobre nuestra actual generación? ¿conservarían la fe en la humanidad luego de contemplar lo que estamos haciendo? ¿qué opinarían sobre nuestras frivolidades y excesos? ¿se arrepentirían de pensar como pensaron?
ResponderEliminarMuy bue planteo juevero!
Un abrazo
Eres un mago, genial convocas a los genios y los juntas en el Gijón tertuliero, allí los autores hablan del lector,el primerizo y el maduro, de cómo interpreta y se zambulle en las letras de cada cual!gran idea! Sentirse aludido por Merçé la de tu plaza, ha de ser muy dulce y grafificante. Los sentimos vivos, están con nosotros en el camino, los que citas y tantísimos más, sin ellos y ellas estaríamos perdidos desde niños.
ResponderEliminarSi regresan al Gijón, éstos u otras, me llamas que tomo el AVE. Besito contento Alfredo.
!Ah! libros de madera, es verdad, de eso está hecho el papel.
Te felicito por la originalidad que has tenido a la hora de abordar el relato de hoy :)
ResponderEliminarEstaría bien que por una vez se reunieran nuestros autores favoritos para charlar con y/o sobre sus lectores.
Saludos!
Todavía no he podido levantarme del asiento en que has conseguido que me sintiera un personaje, invisible y mudo, extasiado en esta tertulia. Y los he visto a ellos, a los grandes, y aquí sigo detenida entre las páginas de algunos de esos libros que nos hicieron soñar
ResponderEliminarHe tendido el placer de sentirme tu lectora.
Enhorabuena
Original manera de plantear tus lecturas con los autores disertando sobre la influencias de sus escritos en ti.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho
Un beso
Brillante, Alfredo, brillante de verdad. Esa metafórica reunión de genios que te sentaron a su mesa del café Gijón, es sencillamente soberbia. Salúdalos de mi parte y si puedes que te firmen un libro cada uno para mi, a ser posible dedicado. ¡Menudas joyas!
ResponderEliminarUn abrazo
Relato original, que cualquiera hubiera querido presenciar, aunque fuera por un agujerito.
ResponderEliminarFelicidades Alfredo
Realmente original, Alfredo. Una reunión de autores hablando de ti y de tus lecturas preferidas... me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo.
Reunión de genios, tertulia de escritores con un tema nada trivial, las impresiones que sus escritos dejaron en la mente ávida de un lector común a todos ellos y en un marco más que adecuado; ese Café Gijón donde tantas y tantas tertulias literarias tuvieron lugar.
ResponderEliminarSensacional enfoque juevero para esta convocatoria semanal en torno a los libros que consiguieron de una u otra forma arañar nuestra piel.
Un abrazo.
Muy buena reunión has hecho, mira que me he sorprendido
ResponderEliminarUna joya Alfredo, has reunido esos autores maravillosos y esas citas de libros inolvidables en un texto que da placer leer.
ResponderEliminarCreo que coincido plenamente en la elección que has hecho.
Un abrazo enorme.
De una forma sutil, elegante e ingeniosa te pones en el centro de la escena para contarnos qué libros han dejado marca en ti.
ResponderEliminarMe ha gustado la forma y el contenido y por supuesto: la próxima vez que se reunan....
besos
¿Te puedo decir algo? Eres un romántico, has elegido el lugar donde sería el encuentro, allí donde se juntaban muchos intelectuales y con ese regustillo a añejo, el Café Gijón, emblemático sitio... y te los has llevado a todos, a todos los que te dieron algo, ofreciéndonos un recorrido corto y a la vez extenso en matices por esos libros que te gustaron... Digno de ti, no podía ser de otra manera...
ResponderEliminarBesos