Este jueves, relato. Ciudad Utópica
La Tierra gira y gira, y en ese girar, se mezclan materias con pasiones, efluvios con deseos. Aparecen entonces ciudades nuevas, ciudades utópicas que nos enamoran eternamente. Mi ciudad, después de la integración tiene forma sinuosa y senderos misteriosos que explorar. Su entrada es un corazón que a flor de piel hipnotiza, una puerta intangible que invita al milagro. La primera avenida empieza con dos arcos negros de charol deslumbrantes, sus tejados cubiertos de tejas color de la paja me envuelven y confunden. Dos fuentes de sonrosado caño e inagotable morbidez dan paso a la gran Plaza de la Vida, intensa, húmeda por el rocío de la pasión, arteria vital de pócimas y demás encantamientos. La Gran Vía, nace entre un jardín de rosas ensortijadas, parada obligatoria para el disfrute y la extenuación. Al final con el color de la carne y el olor a tierra mojada, se estiran dos bulevares de suaves curvas y cremoso tacto. Siempre… siempre, regreso por el mismo camino....